Morcín - Asturias

Los escollos para llegar a acuerdos electorales con Podemos, y para mantener después una acción política concorde a nivel estatal, no son los mismos que se dan aquí en Asturias en la Junta General. La presencia de Llamazares y la tradicional colaboración de dirigentes de IU y del PSOE, son elementos que marcan la diferencia entre lo que puede suceder a nivel del Estado y lo que ya está ocurriendo aquí.
Aquí en Asturias Llamazares y muchos de los dirigentes de IU se creyeron que eran la única voz de la izquierda, y con sus componendas con el PSOE venían apareciendo como la alternativa a los gobiernos de derechas, aunque en muchas ocasiones no estaban lejos de hacer lo mismo que esos gobiernos, promoviendo o aceptando medidas muy alejadas de lo que debe defender la izquierda. Pero sucede que entran en la Junta General voces nuevas que critican abiertamente la posición del IU y sus acuerdos con fuerzas de la derecha, por ejemplo para mantener los privilegios de los diputados, y entonces Llamazares se siente muy ofendido y con su argumento de que debe tener una retribución “digna”, pierde los papeles y se dedica a atacar a “los nuevos”, que vienen a agitar las tranquilas aguas en las que cómodamente navegaba subido muchas veces al barco del PSOE. Lo suyo fue una reacción desproporcionada y muy agresiva, porque le tocaron donde le duele, al hacer ver que los diputados en la Junta gozan de privilegios, y al poner de manifiesto que nadie hasta entonces, incluida esa izquierda de la que Llamazares se consideraba único representante, había escarbado en el asunto.
Cuando se le dice que cobra mucho, Llamazares se ofende, cuando se le reprocha que no hace política de izquierdas, Llamazares se irrita, y cuando se le critica que con su apego al PSOE está favoreciendo posiciones de la derecha, Llamazares alborota, y a partir de ahí, en ese estado de crispación, cuando se trata de intentar acuerdos para concurrir a la elecciones generales en compañía de quienes tanto le ofenden, le irritan y le hacen perder los estribos y alborotar, Llamazares se opone tenazmente, ¡faltaría más!.
El resultado de la consulta de IU fue favorable a la confluencia con Podemos y, con acierto, la dirección de IU acordó someter de nuevo a refrendo los acuerdos electorales a los que se llegue. Llamazares y otros tienen perfecto derecho a oponerse, pero sería bueno que nadie pudiera encontrar motivos para pensar que con tal oposición están defendiendo intereses personales o posturas irreflexivas fruto de rabietas originadas por no saber encajar las críticas que, acertadas o no, son legítimas y deben merecer, si cabe, respuesta acorde, y no la improcedente pataleta caprichosa de niño consentido.