Morcín - Asturias

En los niveles básicos de representación política, como son los pequeños Ayuntamientos, generalmente no está justificado que el político viva de su dedicación a la política municipal, y ello por varias razones, entre las que se encuentra la penuria económica de esas corporaciones locales, y el que no sea necesaria una dedicación intensiva a las funciones propias del cargo.
Además de las limitaciones establecidas por la ley, parece lógico que en los pequeños Ayuntamientos no se reciba un sueldo, y solamente se compense a quienes desempeñan los cargos por lo que les puede suponer, como disminución de ingresos en su profesión habitual, el tiempo que han de dedicar al Ayuntamiento. Así mismo se les ha de compensar por los gastos que les origina tal dedicación.
Sucede, sin embargo, que en los casos de personas ya jubiladas, o que no tienen merma retributiva por su dedicación al Ayuntamiento, como ya no se puede hablar de pérdida de ingresos, se arbitran procedimientos tramposos para pagarles, fijando cantidades por asistencia a sesiones, por kilometraje o por dietas, que exceden con mucho de la prudente compensación de gastos. Y a partir de ahí, venga sesiones, kilómetros y dietas para cobrar, siendo este motivo, el de cobrar, la justificación, porque las más de las veces no se necesitan para el correcto funcionamiento del Ayuntamientos tantas reuniones, viajes y comidas.
Las nuevas formaciones políticas que entraron recientemente en los Ayuntamientos parecen tener claro, al menos hasta el momento, y toca madera, que no se ha de ganar dinero por representar a los vecinos, y eso es bueno. Pues a ver si se acaba con esa corruptela de cobrar bajo manga, o, al menos, se denuncian tales casos bien alto y bien claro, porque hay que impedir que nos chuleen.

Cuando un alcalde, como es el caso de Barbao, cobra trienta euros por cada comida, y para cobrar esa cantidad dice que come casi todos los días fuera del concejo, está claro que le sobra dinero. Lo que le sobra puede regalarlo al partido, a las hermanitas de la caridad o gastarlo en cubalibres, pero es evidente que habitualmente no se gastan treinta euros en la comida de mediodía, y que no es necesario comer tantos días fuera del concejo para atender los asuntos del Ayuntamiento.
No está bien que el alcalde coma langosta a diario,por ejemplo, y no se ha de admitir que le sobre dinero de la comida para destinarlo a otras cosas, porque está gastando nuestro dinero, incluido el de vecinos que, en no pocos casos, no les alcanza para cubrir sus más elementales necesidades.
El PSOE tiene cuatro votos en el Ayuntamiento de un total de once, así que si las cosas continuan como están, ya sabemos quienes son los responsables.