Morcín - Asturias

Sí, Juan Antonio el de Argame, que trabajó en Nicolasa, y hasta entrar en la mina trabajó desde muy joven en un taller de mecánica del automóvil en Oviedo. Fue de los que se hizo a sí mismo en unos tiempos difíciles, compatibilizando el trabajo y los estudios con el consiguiente esfuerzo.
Se nos fue una gran persona, que aún no había cumplido los setenta, y deja muchos amigos entre los que tengo el honor de encontrarme. Fue con quien primero hice amistad cuando compré una casa en Argame, en la que vivo, y empecé a venir por aquí hace ya muchos años para lo de las interminables obras de restauración.
Juan Antonio se ofreció para ayudarme en todo y tuve su ayuda en cuanto necesité. Era así, de carácter muy abierto y desprendido. Todo lo suyo y él mismo estaba siempre a disposición de sus amigos, y tenía muchísimos.
Fue concejal por IU en el Ayuntamiento de Morcín y recibió en Argame, como prueba del aprecio de sus vecinos, la distinción del “Figu de Oro”.
Con la prejubilación y más tarde en la jubilación ocupó su tiempo tallando madera (tengo un reloj de pared que me regaló) y en otras muchas actividades, llevar a su nietos a la escuela, trabajar la huerta, hacer navajas (también me regaló una) y en la mecánica, que, a mi entender, era lo que más le gustaba. No se tumbaba a la bartola y hacía muchas cosas, en las que demostraba sus grandes habilidades.
Aparecieron algunos achaques, el médico le recomendó pasear y daba largas caminatas con su perro pastor alemán. Fue en estas caminatas cuando empezó a notar que se fatigaba, fatigas que fueron a más, sobre todo al subir escaleras. Hospital, pruebas, y un diagnóstico de problema serio en los pulmones. Tratamiento muy fuerte para combatir el mal y debilitamiento muy importate de su salud. Se fue apagando y finalmente nos dejó. Ahora está en el tanatorio y esta tarde será incinerado. Le acompañaremos muchos, muchísimos, porque somos multitud los que apreciamos a la gran persona que era. Todo un paisano y un buen amigo.
A Benedicta, su mujer, a sus hijas, Rosi y Bea, a los demás familiares y a sus amigos, les acompaño en el sentimiento de pena, porque es verdaderamente penoso que nos falte alguien como Juan Antonio.