Salvador Puig Antich Hace cuarenta años que el régimen represivo hasta lo sanguinario de Franco agarrotó al joven anarquista catalán, condenado a muerte por un tribunal militar. En algún medio de comunicación se habla hoy, rememorando el espeluznante hecho, de la tibieza de la oposición democrática ante tal crueldad. Algunos, aunque no éramos anarquistas, participamos en la organización y en el desarrollo de actos de protesta y, como era de esperar, cayó sobre nosotros la represión franquista. Poco después la transición vino a pasar por alto sobre los crímenes del régimen y terminamos siendo todos iguales, represores y reprimidos. Ahora las hermanas de Salvador, habiéndoseles negado aquí en España la revisión del proceso que le condenó a muerte, se ven obligadas a buscar en Argentina el castigo para los culpables de la sangrienta barbarie. |