Lugones/Llugones - Asturias

Confederación Hidrográfica inicia obras para paliar los daños de las inundaciones de febrero
El organismo destinará un total de 4 millones de euros para realizar trabajos de emergencia en Asturias y Cantabria

- ANDREA INGUANZO | LLANES. Se trabajará con especial interés en los ríos Sella y Piloña y Cares-Deva
Los trabajos podrían estar finalizados durante este mismo otoñoTras cuatro meses de espera la Confederación Hidrográfica del Cantábrico del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha iniciado las obras de emergencia para paliar las inundaciones del pasado mes de febrero. En esta actuación se acometerán más de un centenar de obras de diversa naturaleza e intensidad en la red fluvial de las comunidades de Asturias y Cantabria, para las que se destinará un importe global de 4 millones de euros. La comarca del Oriente se beneficiará de una buena parte de ese presupuesto, pues cuenta con numerosas zonas que quedaron afectadas tras las últimas crecidas. En total se calcula que se favorecerá directamente a más de 80.000 residentes de 42 municipios, 29 de ellos asturianos.
Las obras se repartirán por las cuencas de los ríos Eo, Nalón-Narcea, Sella-Piloña, Cares-Deva, Saja-Besaya y Nansa, así como por las cuencas costeras oriental y occidental de Asturias. Las actuaciones, que se calcula que podrían prolongarse hasta el próximo otoño, se iniciaban durante las últimas jornadas tras firmarse las actas de inicio de las obras con cada una de las trece empresas colaboradoras, entre ellas la pública Tragsa, elegidas tras un proceso de selección, y posteriormente a su declaración de emergencia por parte del secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, y el anuncio de estos trabajos por el propio ministro, Miguel Arias Cañete.
Los alcaldes de Ribadesella, Cangas de Onís, Parres, Peñamellera Baja y Piloña, los concejos más afectados por la riada de febrero, asistían pocos días después de lo ocurrido a una reunión con el delegado del Gobierno en Asturias, Gabino de Lorenzo, en la que también estuvieron presentes el por aquel entonces presidente en funciones de Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), Jorge Marquínez, y el jefe de Demarcación de Costas, Ramón Galán. Durante el encuentro los regidores dieron a conocer los daños reales tras las inundaciones, una vez hecho el balance definitivo, y comenzaron a concretarse las actuaciones que se llevarían a cabo, en un plazo de tres años, para rehabilitar esos daños.
Se inician ahora esas actuaciones entre las que cabe destacar el dragado de los sedimentos acumulados en las proximidades de diferentes estructuras de cruzamiento de la red viaria, en zonas de población con encauzamientos existentes que presentan riesgo de inundación. Esto sucede, por ejemplo, en los ríos Sella y Piloña, en la población de Arriondas y en el Hospital del Oriente; y en el río Cares-Deva en Panes, entre otros lugares. Con carácter general, los trabajos consistirán en la retirada de estos sedimentos, de los residuos sólidos arrastrados por las aguas, de los árboles o troncos caídos, así como el desbroce y poda selectiva de la vegetación ribereña. También se llevará a cabo el dragado de aquellos tramos de cauce que se encuentren afectados y la protección contra la erosión de las márgenes del río donde se asientan infraestructuras de titularidad pública.
Finalmente se contribuirá también a corregir las causas que determinan la concurrencia de las crecidas de los ríos y mejorar su capacidad de desagüe frente a nuevos episodios. Destaca en este apartado la realización de obras nuevas de protección en los lugares donde las crecidas han erosionado la plataforma de viales existentes, como es el caso del río Tabardín en el acceso a la localidad canguesa de Llano de Con.
Está previsto en este nuevo plan de actuaciones que se lleven a cabo dragados en otros tramos de cauces donde las últimas inundaciones originaron la consolidación de barras de sedimentos que propician la concentración de los caudales en una de las márgenes, con el consiguiente efecto erosivo y riesgo de producir cambios de cauce a través de las vegas.
Entre las actuaciones más importantes se encuentra la eliminación de la naturaleza muerta, los árboles con riesgo inminente de caída y otros residuos que existen con gran profusión en los cauces principales, y el acondicionamiento y limpieza de conductos secundarios con desbroce de vegetación arbustiva intensiva, retirada de residuos y dragados puntuales. Trabajos estos muy demandados por los alcaldes de comarca. Como ejemplo, el regidor de Parres, Marcos Gutiérrez Escandón, incluía en sus reivindicaciones posteriores al desastre natural del mes de febrero obtener el permiso para retirar un tronco de grandes dimensiones atascado en las inmediaciones de uno de los puentes sobre el río Piloña, en Arriondas.
Ejecuciones puntuales
Los ayuntamientos han ido desarrollando actuaciones puntuales, en la medida de sus posibilidades económicas, para solventar algunos de los daños ocasionados tras las inundaciones, con personal y maquinaria municipal en la inmensa mayoría de los casos. Destaca, por otro lado, la reparación del boquete en el muelle de Ribadesella, que se abría tras las primeras crecidas, y que se está llevando a cabo desde la Consejería de Fomento, que acudió para ello a la financiación, de un presupuesto de 200.000 euros, con ahorros de gasto corriente.
Pendientes quedan ahora por atender solicitudes de algunos municipios, como el estudio del sistema de alcantarillado en el barrio de El Barco en Arriondas, para el que los vecinos recogieron firmas tras las últimas inundaciones. Tampoco se ha pronunciado la Confederación Hidrográfica sobre la posibilidad de retomar el plan de restauración fluvial del bajo Sella, redactado por este mismo organismo, y al que los alcaldes de Parres y Cangas de Onís apuntaban como posible solución definitiva.