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nsidesa, en vanguardia del diseño
Los profesores Fernando Almaraz y Jorge Bogaerts hacen un repaso de los pequeños «inventos» que facilitaron el trabajo en la siderúrgica
08:26
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Aspecto del salón de actos de la Escuela de Arte, en el Camposagrado.
Aspecto del salón de actos de la Escuela de Arte, en el Camposagrado. ricardo solís
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Amalio Hidalgo, que dirigió las obras civiles, primer diseñador de la «fabricona». Avilés

S. F.
Los diseñadores solucionan problemas. Esto es, al menos, lo que sostienen los profesores Jorge Bogaerts y Fernando Almaraz, que ayer ofrecieron una charla sobre los pequeños productos que salieron de las mesas de los delineantes que trabajaban en la antigua Ensidesa. Esta charla estuvo programada por el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés y se celebró en el salón de actos de la Escuela de Arte del Principado de Asturias, centro en el que los dos conferenciantes desarrollan su vida laboral.

Los problemas que había que solucionar eran de todo tipo: exceso de población infantil, largos trechos para llegar a los talleres, exceso de suciedad en los portales de los edificios del poblado de Llaranes... «Los diseñadores de Ensidesa trabajaban en Avilés, no tenían conciencia de ser diseñadores, no buscaban la originalidad... lo único que ambicionaban es solucionar las dificultades del día a día», explicó Almaraz.

Bogaerts explicó que el primero de los problemas era un colegio. «Por una falta de previsión la escuela de niñas se quedó pequeña nada más abrir, así que, mientras tanto, decidieron levantar lo que popularmente se llamaron "tubos" o "conejeras"». Estos edificios, como apuntó el profesor Bogaerts, «fueron llamadas escuelas provisionales... no pudieron encontrar peor nombre: fueron un centro escolar entre 1957 y 1978». El público que escuchó la conferencia bicéfala hizo memoria de estos singulares edificios escolares cuando los contemplaron en la pantalla. Almaraz, encargado de comentar los diseños, recordó que «los "tubos" en principio se construyeron en el interior de la empresa; eran oficinas a pie de obra». Bogaerts completó el comentario recordando «el primer triunfo de este diseño fue el traslado a la ciudad -hubo "tubos" también en el grupo Francisco Franco-, pero el segundo triunfo fue nacional e, en algún caso, internacional», aseguró el autor de «El mundo social de Ensidesa» (Azucel).

Los «tubos» -«invitado estrella de esta charla», según dijo Bogaerts- fueron las primeras construcciones curvadas de Avilés, mucho antes del Niemeyer. «Se levantaban en el departamento de prefabricados de Ensidesa, con una viga curva de noventa grados...», apuntó Almaraz.

El interés de los dos profesores pasó por cosas tan pequeñas como el «quitabarros» de los portales. «Dos piezas de metal y una pletina que servía para reducir la suciedad de los zapatos», comentó Almaraz. «Lo curioso es que Llaranes fue uno de los primeros barrios de Avilés totalmente urbanizados», apostilló Bogaerts.

Uno de los diseños más recordados fue el de los «bicicleteros», perchas para las bicis de los trabajadores: «Una cubierta a dos aguas con pilares curvados gracias al reino del hormigón», apuntaron los dos profesores


saludos

Amalio Hidalgo, que dirigió las obras civiles, primer diseñador de la «fabricona»

El relato de los primeros diseños de Ensidesa que ayer ofrecieron los profesores Jorge Bogaerts y Fernando Almaraz en un concurridísimo salón de actos de la Escuela Superior de Arte se centró en los primeros años de la historia de la gran siderurgia: los cincuenta y los sesenta. «De otro modo, esto sería eterno», bromeó Bogaerts.

Precisamente, Bogaerts abrió fuego con una conocida fotografía en la que figuran el dictador Francisco Franco y los primeros directivos de Ensidesa. «Franco, si nos atenemos a la definición de diseñador, sería el primero de la fábrica», comentó. Para que se llevaran a cabo sus diseños organizó el Instituto Nacional de Industria (INI), que era el propietario de la fábrica. «Pero, en verdad, el primer diseñador de la fábrica fue Amalio Hidalgo, el director del departamento de obras civiles», apuntó Bogaerts.

De las oficinas de Hidalgo salían los planos destinados a solucionar los problemas. Y los problemas eran de toda índole, incluso de ocio. Almaraz se asombró del diseño de los balancines del parque de Llaranes. «Ahora no cuentan con las tablas, sólo queda la base de piedra sillar: parecen búnqueres o una escultura extraña», comentó el diseñador. El estado actual de esos columpios se comparó con el de los primeros años de la década de los sesenta. «Eran tan minimalistas que no tenían ni manillar... parecen salidos de la Bauhaus», comentó Almaraz. «No sabemos quién es el diseñador de la pieza, lo seguimos buscando», añadió el profesor.

Uno de los diseños en el que más incidieron los profesores fue el de la cerca del propio parque (los mástiles semejaban muñecos de plomo). «Estoy seguro de que muchos de los que están aquí, en esta sala, se acuerdan todavía de ellos», comentó el profesor Bogaerts. En el repaso por el mobiliario del parque los dos conferenciantes echaron mano también de los columpios, «que no se sujetaban con cadenas, si no más bien con unas estrechas varas de hierro que unían el sillín con el armazón, que era de madera», apuntó Almaraz.

Los dos conferenciantes concluyeron su charla recordando que «el diseño de productos también tiene un valor patrimonial y creemos necesario recuperar alguno de ellos», comentó Bogaerts. Tras la charla se abrió un debate con el público que se acercó al Camposagrado.

No pude ir, porque curraba. Pero si que hubiera ido, ya estuve en alguna charla de Bogaerts. Algunas de las fotos antiguas que puse son de sus libros

Hola Aaron, hacia mucho que no aparecias por el foro, encantada de que entrases y de paso aprovecho para mandarte un saludo

Antonia

buenas buenas buenas nochessssssssssssss

buenasssss
nochesssssssssssss
al forooooooooooooo


a los de la luzzzzzzzzzzzzzzz