Grado - Asturias

Mientras ella adquiría los mejores tocinillos de cielo del mundo, dos docenas para llevar, acerqueme a una mercería por comprar un pañuelo de tela, pues que las manías no las curan los médicos, tengo que restregame las napias con la fina tela que llaman pañuelo.

Yo llevaba en la mano un euro para pagar, y aquella viella de la tienda pidiome cinco (¡como nun toy de comprar trapos, que si yo lo que valen!) así que pague-y lo que me pidió. Mi chica me dijo que eran excesivamente caros pues me cobraron lo que vale una docena.

A lo hecho pecho... Pero aquella tarde fui a ver al Esporting. Sufrí más que un mártir, chillé y bramé hasta perder la voz, todo por culpa de aquel árbitro (hijo de ya sabemos qué clase de madre) hasta que harto y sin voz saqué, con fuerte impulso, mi pañuelo de 5 euros que me puse a batir con rabia pidiendo la cabeza del malhadado trencilla.

Instantáneamente una jugada rápida, y ¡Riás! el mi Esporting empata. Guardé el pañuelo y gasté los siguientes cinco minutos en apagar el poco resto de voz que me quedaba gritando ¡GOOOOOOOOOOOOL!

¿Vosotros creéis que el maldito juez de la contienda enmendó? Nada, torpeza tras torpeza, hasta que en el minuto 90, hartos ya, y dando por bueno el empate, empezamos a pedir de nuevo la cabeza del árbitro.

Como ya no me quedaba ni un resto de voz, desenfundé otra vez el mi pañuelo de 5 euros, y aventelo con furia por toda la tribuna. En esto, a la salida de un corner, melé, y el balón dentro: El dos uno, final del partido y tres puntinos pal mi Esporting.

¿Visteis que bueno me salió el mi pañuelín de batista? El domingo que bien vuelvo llevalo a Castellón. Esti pañuelo mágico que me vendió tan caro aquella viella sube al Esporting, eso dígovoslo yo, o poco he de poder.

Salud a tod@s [V]