rosalia de castro Moría el sol,y las marchitas hojas de los robles a impulso de la brisa, en silenciosos y revueltos giros sobre el fango caian; éllas que tan hermosas y tan puras en abril vinieran a la vida. Ya era otoño caprichoso y bello ¡Cuan bella y caprichosa es la alegría! Pues en la tumba de las muertas hojas vieron solo esperanzas y sonrisas. Extinguiose la luz:llegó la noche como la muerte y el dolor,sombría; estalló el trueno,el río desbordose arrastrando en sus aguas a las víctimas; y murieron dichosas y contentas; ¡Cuan bella y caprichosa es la alegría! Un besín...Aruca |