Gallinal - Asturias

Hala, aprovechando que dejaron la puerta abierta, y hoy también me puedo colar, voy a contaros un cuento.
A modo de explicación del texto os diré que este verano pasé tres días deliciosos en La Semana Negra, disfrutando y debatiendo con los autores. Después me enteré que el evento tenía problemas con la nueva corporación municipal.
Recorrí la ciudad en Autobúses guiados por expertos conductores, pero de carácter agrio, y excesivamnete parcos a la hora de informar.
La Universidad obligó a vallar el recinto de La Semana Negra, próximo a su campus.
Además pude conocer y disfrutar de la amenidad de Taibo-2, factotum del evento, que como todos sabéis se inicia con un tren proveniente de Madrid con un destacado elenco de escritores participantes.
Para mi, Gijón, la villa que algunas denominan de Jovellanos, es en realidad la de Julina, en honor de la lucha obrera llevada a cabo en esos afamados Astilleros... Bueno pues con estos mimbres idee el siguiente relato:



¿PERO ALGUIEN MATÓ A TAIBO?
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Tras otra Semana Negra arremetida por eminentes expertos en el secuestro, el chantaje y el asesinato, en el tiro y la puñalada... subrepticiamente arribados en el tren de Madrid, su cuerpo inerte, arrojado contra la marquesina que protege de la intemperie aquella parada del autobús, yace sin hálito sobre la acera.

Orvalla:
Esa neblina borrinosa que mudada con traje gris y tocada de bombín londinense cruza el Atlántico para colársenos por el Cabo Peñas, sume la ciudad en un denso amasijo de edificios, plazas y avenidas, imperceptibles desde la distancia, en el entorno de la mar Cantábrica que se manifiesta altiva, cual elogio del horizonte, bramando sobre las olas espumadas contra las rocas.

Dúctiles gusanos articulados, desmesuradamente veloces para su tamaño y condición, guiados por diestra mano de ciudadanos temperamentalmente hoscos y de agria conducta, atraviesan la villa de Juliana constreñidos entre el dédalo angosto de sus rutas habituales tatuadas al borde del asfalto con los dígitos 1 y 4.

La universidad, sonrojada por el bochorno, se desvanece cual pública hetaira ocultándose a hurtadillas tras el mugriento vallado de hojalata ferruñosa con tal de fornicar.

De improviso el cartel surge omnipresente. Se hace patente entre la tupida borrina signando el hecho: ¡AYUNTAMIENTO DE GIJÓN!


POSDATA PARA EL LINOTIPISTA (tal vez mensajes subliminales con inconfesables propósitos a modo de pistas, o ineludibles huellas dejadas en el escenario del crimen):

1) AYUNTAMIENTO DE GIJÓN en bastardilla negra (ahora más que nunca)
2) Destacar asimismo TAIBO con letras nobles en negrilla
3) Por esta vez y sin que sirva de precedente, el término "cartel" no lo acentuamos como manda la añosa Academia (no por real menos patética... ¿o patente?)

Calla, que se me olvidaba despedirme antes de que cierren la puerta y no pueda entrar durante una temporada:

Un saludito a todas y todos (los que estáis, y muy especialmente a las/los que ya no están... aburridas/os de esa tonta impertinencia) Y que seáis felices. Muy felices ¡SIEMPRE!

Algunas veces, además de hacer el paripé como que somos los mejores,deberíamos de interesarnos por lo que la población quiere.
Y si ese lugar tiene impedimentos,este evento tiene la suficiente categoría para allanarlos o en su defecto,buscar otro.

Aunque no soy de las que visito la Semana Negra,es algo que viene funcionado desde hace años y no entiendo muy bien porque hay que dejar de celebrarlo.

El calor sigue y aunque parecía que se nos avecinaba una borrasca profunda por Galicia,eso desapareció y hay que buscar la sombra como si de agosto se tratara.

Un besin