Foro- Ciudad.com

Carcarosa - Asturias

Poblacion:
España > Asturias > Carcarosa (Mieres)
05-07-12 16:58 #10274040
Por:Jose Manuel Z.L

Los que escaparon...8º
CAPITULO...158.


El edificio en el cruce de Barcelon con Bucareli, estaba a punto de ser coronado. La inspeccion de obras habia terminado unos minutos antes, por lo cual el arquitecto y su equipo ya no se encontraban en el solar adyacente. Pasadas las habituales discusiones con el encargado por los temas mas triviales, todos los responsables se dedicaban a relajarse un poco. Los obreros, por el contrario, mantenian su ritmo frenetico, pendientes de los ojos que les observaban a ellos.
Anda, larguemonos, le pidio Ernesto a Lorenzo.
¿Que prisa tienes hoy?
Odio esta mi.rda, señalo la suciedad habitual en cualquier construccion. Ni siquiera se por que nos ha hecho venir mi padre. ¡Cag.en Dios! ¿Vienes o te quedas?
Ya tomare un taxi.
Pues muy bien, hombre. Ernesto se dio media vuelta para marcharse de alli.
El peon no tuvo la culpa. La culpa fue de Ernesto. Se lo encontro casi encima y, para eludir el contacto con el polvo que desprendia el saco de cemento que transportaba, dio un pequeño salto hacia la derecha sin mirar siquiera el suelo. Fue peor. Cayo sobre un charco de agua blanca y lodo que le salpico los pantalones y casi le trago uno de sus elegantes zapatos.
¡M.erda!, exclamo Ernesto.
El peon, un hombrecillo que no sobrepasaba el metro y medio de estatura, rostro oscuro y ojos melancolicos, echo al momento el saco al suelo para intentar ayudarlo. Pero con lo que se encontro fue con un empujon que lo derribo al suelo.
¿Pero que haces, imbec.l?
Ernesto no se contento con el grito. Primero le dio un puntapie, y cuando el obrero reculo, asustado, en busca de proteccion, lo que hizo fue descargarle un puñetazo, ciego de rabia.
¡Maldito hijo de p.ta! ¡Vas a pagarme esto con sangre!
El segundo puñetazo no alcanzo su destino. Ernesto volvio la cabeza para ver quien acababa de cogerlo por el brazo y se encontro con Lorenzo.
¡Sueltame, tu!
¿Estas loco? Deja a ese hombre en paz, ¡ha sido un accidente!
¡Te digo que me sueltes!
¡No!
¡Estoy hasta las narices de ti, cab.on!
Quiso golpearlo, pero el fue mas rapido. Lorenzo eludio el puñetazo y Ernesto se encontro con el de su adversario en plena cara. Trastabillo hacia atras y cayo de nuevo en el charco, pero esta vez sobre su trasero. El obrero ya se habia levantado y no se hallaba a la vista. Estaban solos.
¿Por que has hecho esto?, puso cara de asco Ernesto.
No, eso dimelo tu. ¿Que te pasa? ¿Querias matar a ese infeliz?
¡A mi no me pasa nada!, parecio dispuesto a levantarse y volver a saltar sobre el, pero lo penso mejor al ver que Lorenzo continuaba con los puñoa cerrados y en guardia. ¡Tu eres el que...!¡Jod.r! ¡Mi.rda!, logro incorporarse, mojado y sucio. ¡Esta me la pagas! ¡Te juro que ni tu p.ta va a sacarte del lio!
Lorenzo fruncio el entrecejo.
¿De que estas hablando?
¡Oh, venga ya, vamos!, intento alejarse de su lado pero Lorenzo se lo impidio.
¿A quien te refieres con lo que has dicho?
¡Sueltame, cono!, chillo Ernesto.
Lo hizo, pero no se aparto de su camino.
¿A que p.ta te estabas refiriendo?
¡Ya lo sabes!
No, no lo se.
¿Ah, no? Ernesto se rio con sarcasmo. ¡La p.ta mayor del reino lo protege y el señor se hace el inocente!
Lorenzo le agarro la ropa a la altura del pecho con la mano izquierda. Levanto la derecha amenazante y Ernesto bizqueo al ver el puño cerrado de nuevo frente a sus ojos.
¿Hablo de la madame esa de los c.jones, Gloria, la de Casa Flora!
No la conozco, dijo Lorenzo.
¿Ah, no? ¡Pues ella a ti, si! ¡La muy p.ta! ¡Pero si se dice que es una española que vino con nosotros en el Sinaia, hombre.
Puntos:
06-07-12 16:38 #10277531 -> 10274040
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...159.


Maria acabo de cepillarle el pelo con el dulce mimo con que se lo hacia siempre. Le dio un ultimo toque con la mano y la caricia murio al llegar al extremo de la mata de color negro. Al levantar los ojos se encontro con los de Berta reflejados en el espejo y suspendidos en algun lugar indeterminado de si misma, porque miraban al frente pero sin ver mas alla de sus pensamientos.
Señora.
¿Si?, Berta recupero la nocion del tiempo.
¿Cuanto hace que no sale a la calle?
No lo se, admitio ella.
Deberia hacerlo.
Aqui vivimos de noche, Maria. Y tambien buena parte del dia a veces. Ademas, arrugo la cara restando importancia al tema, la luz del sol no me sienta bien. Tengo los ojos sensibles.
Y hermosos, señora.
Gracias.
Es usted tan bella que no entiendo como no...
Maria, la detuvo Berta.
Perdon, lo siento.
Hizo ademan de retirarse, pero Berta se lo impidio.
No tiene importancia, le aseguro. Puede que no haya nada ahi fuera por lo que valga la pena salir, ¿no crees?
Si, claro, señora.
Tu si deberias...
El comentario murio en sus labios de forma subita. Al otro lado de la estancia oyeron voces, carreras, pasos. Una espiral repentina de agitacion disparandose en la discreta quietud del ambiente. Las dos abortaron cualquier gesto. La puerta se abrio en ese mismo instante. Maria se llevo una mano a la boca. Berta, no.
Berta reconocio a Lorenzo.
Fueron los unicos que, de pronto, se quedaron inmoviles. Maria busco algo con lo que defender a su señora. La mujer que trataba de impedir que Lorenzo entrase en la habitacion quiso empujarlo por ultima vez. Algunas chicas mas aparecieron por detras.
¡Madame, esta loco!
¿Llamamos a la policia?
¡Señora!
Se dieron cuenta de sus miradas. De la del hombre y de la de ella. Maria fue la primera en detenerse.
Dejadnos solos, hablo Berta.
Pero, madane...
¡Marchaos!
Obedecieron su orden. Maria fue la ultima en salir de alli. Berta continuo sentada, como una estatua. Lorenzon no. Llego casi hasta ella. Su cara mostraba un millon de interroganras.
Tanto tiempo, dijo Berta.
No esperaba ninguna de las dos reacciones.
La primera, cuando Lorenzo le dio una bofetada que le hizo volver la cabeza.
La segunda, cuando la tomo por los dos brazos, la levanto sin apenas esfuerzo y la beso.
Berta no se movio.
Siguio quieta.
Tan lejos de alli como el Sinaia, estuviese donde estuviese.
Solo supo que, una eternidad despues, aunque probablemente solo fueron dos o tres segundos, el la aparto y le pregunto.
¿Por que?
¿Por que?
Si, ¿por que?
No se de que me hablas.
No la soltaba. Le hacia daño. Pero no se quejo. Trataba de parecer serena, digna, y sobre todo como siempre habia sido y era: fuerte.
¿Cuanto hace que sabes de mi?
Viniste aqui una vez, con don Rafael.
¿Estabas ya en esta casa?
Si, admitio.
¿Por que hiciste que trabajara para Ramon Alcaraz? ¿Te parecio algo mas legal, menos peligroso?
¿Eso te han dicho?
Si.
No pareces necesitar un angel de la guarda, Lorenzo.
La presion aumento, pero solo un poco mas. Acabo soltandola para apartarse de su lado. Fue como si dominara algo mas que sus emociones. Berta ya no se sento.
¿Que es esto?, Lorenzo abarco la estancia, y mas alla, toda Casa Flora.
Mi negocio.
Tu no eres...
Yo no me acuesto con nadie, querido. Solo he dicho que es mi negocio.
Lo vio respirar con fuerza, como si se ahogara. Lo vio contenerse, dominarse de nuevo, apretar los puños. Con los ojos llenos de fuego, las venas de sus sienes denotaban el paso acelerado de su sangre. Habia una guerra alla dentro.
Lo mismo que en ella, solo que para si misma el control era la unica defensa.
¡Dios santo, Berta!, se rindio el. Ahora ni siquiera puedo...
Dio un paso hacia la puerta, dispuesto a irse envuelto en la misma furia que lo habia acompañado en la entrada.
Quedate.
¿Aqui?
Si.
¿Hablas en serio? No podria hacerlo.
¿De donde sacas ese orgullo?
Lorenzo la miro, incredulo.
¿Tu me preguntas eso?
Lo mio no es orgullo, querido.
Entonces, ¿que es?
Berta desvio los ojos. El informe de Anastasio Gutierrez no estaba a la vista, sino guardado bajo llave en un cajon de la mesa de su despacho. Pero fue igual que si lo tuviese alli mismo. La respuesta, que nacio y murio al unisono en sus labios, la dejo desarmada.
Lorenzo dio otra vez media vuelta para irse.
Espera.
Se detuvo en la puerta, pero no giro la cabeza.
Ese beso..., pregunto Berta.
Como la bofetada. De bienvenida. Lo siento.
¿Por el beso o por la bofetada?
Lorenzo abrio la puerta. Cruzo el umbral y la cerro de golpe dejandola sola.
Solo entonces Berta se llevo la mano a la mejilla, se paso la lengua por los labios, y, pese a tener los ojos enrojecidos, sonrio.
Puntos:
07-07-12 16:23 #10280371 -> 10277531
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...160.

Carlos Gancedo habia trabajado en la sastreria hasta un mes antes. Para Natalia, su marcha habia sido una perdida importante, porque era el unico de los empleados con el que podia hablar de cualquier tema. Ahora, en el viejo establecimiento, solo quedaban los dos sastres, tres empleados mas viejos de mente que de edad y, por supuesto, el propietario, Bartolome Cienfuegos. Se pasaba el dia junto a las fotografias que colgaban de las paredes y en las que podia versele con los altos dignatarios del gobierno a los que vistio en el pasado. En los buenos tiempos, como decia el.
Asi que cuando Natalia vio a su ex-compañero de trabajo en la calle, haciendole señas para que saliera, porque el no queria entrar, se sintio feliz.
Vuelvo dentro de un minuto ahora que no hay nadie, le dijo a Bartolome Cienfuegos.
Señora, ¿adonde va?
Es una urgencia. ¿Quiere que llame por telefono desde aqui?
Eso era determinante. En la esquina habia un locutorio del servicio telefonico. El dueño de la sastreria agito la mano indicandole que se marchara.
Natalia salio a la calle. Carlos Gancedo, en el portal contiguo, la llamo para que fuera hacia alli.
¡Carlos! ¡Que alegria!
Le beso en la mejilla y se apartaron un poco mas, hasta la esquina en la que se protegieron de miradas ajenas. Volvieron a abrazarse con fuerza antes de sentirse apremiados por el tiempo.
¿Que estas haciendo aqui? ¡Que sorpresa!
Tengo un mandato cerquita, y quiero mentarte algo que pudiera interesarte, a ti y a Elias.
¿Ah, si?, se extraño ella
¿Sigue tu marido apasionado por la arqueologia y la historia?
Sigue. Y esta estudiando como un loco. Aunque entre el trabajo y todo lo demas...
Entonces toma estas señas, le entrego un papel con una direccion anotada. Es un grupo que organiza un trabajo de recuperacion en la zona de Oaxaca. Se estan preparando ahora, pero piensan marchase para alla en unas semanas, todo lo mas unos meses, con ayudas de no se que fundacion, becas y cosas asi. Es un minimo de tres años y un maximo de cinco, pero he creido que podria interesaros. Platicarlo no cuesta nada, ¿verdad?
Natalia leyo el nombre y las señas. Fue como encontrarse frente a un resquicio por el cual acabase de entrar un rayo de luz
¿Hablas en serio?
¡En serio, pues claro!, Carlos Gancedo se echo a reir. ¿A poco te crees que te solte un borrego? ¡Plata no va a haber, pero trabajo...! Aunque no la den por sentada. Primero vayan. Yo solo se lo comunico.
Eres un cielo, Carlos, aseguro Natalia.
¿Todito siguio igual en la Casa Siniestra?
Todito.
Bueno, pues no quiero que te avienten, asi que me voy. ¿De verdad puede interesaros?
¿Trabajar en excabaciones y recuperaciones zapotecomixtecas en Monte Alban, Mitla o Dainzu? ¡Elias mataria por algo asi, Carlos! ¡Como ves, hasta yo ya se de que va! ¡Y dicen que Oaxaca es preciosa!
Cuantito me alegro de haberlos ayudado.
Ojala, Carlos. Es lo que mas necesitaria ahora mismo.
Andele, no vayan a agarrarla del chongo, la empujo para que volviera al trabajo.
Era tan mexicano que a veces ni lo entendia. Pero en esta ocasion no quedaba mucho tiempo para hacer preguntas.
¡Oh, maldita sea!, protesto Natalia. Carlos, ven otro dia con mas calma, a la hora de cerrar, ¿de acuerdo? ¿Como te va?
He vuelto a sonreir, aseguro el joven. Tu deberias buscarte otro trabajo si no quieres terminar como las momias de don Siniestro.
¡Te recordare cuando estemos en Oaxaca, Carlos!
Se besaron de nuevo. Natalia empezo a caminar hacia la sastreria.
¡Nos vemos!
¡Orele!
Se guardo el pepel en el bolsillo y echo a correr.
Justo cuando iba a entrar, tropezo con Bartolome Cienfuegos, dispuesto a asomarse a la calle preocupado por su tardanza, aunque en la sastreria siguiera sin entrar nadie.
Puntos:
08-07-12 17:26 #10282459 -> 10280371
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...161.


Los silencios en la casa siempre resultaban espectrales. No eran simples silencios por ausencia de voces o ruidos. Eran silencios de vacio y distancia, de miedo y odio. Su densidad era tal que a veces les dolian, juntos y por separado, sin darse cuenta de que ese era el motivo de su inquietud, sin pensar que la presencia de la otra persona actuaba como detonante central de toda su angustia. Vivir en silencio, dormir en silencio, comer o cenar en silencio.
Amparo dejo la cuchara al lado del plato de sopa e hizo lo que hacia mucho tiempo que no hacia: mirar fijamente a Ramon.
Su marido sorbia cada cucharada con un leve siseo. Con la otra mano pasaba las paginas de un periodico que ojeaba sin prisas, aunque sin aparentar leerlo. Daba un vistazo a los titulares y poco mas. Cucharada, pagina. Cucharada, pagina. Una simetria perfecta alcanzada a base de muchas horas de practica.
El silencio.
Amparo sintio la llegada del dolor.
El dolor invisible, el del alma, el peor de todos.
Lo recibio y lo aparto para liberarse de el.
Se pregunto quien era el hombre que tenia sentado delante.
No lo conocia.
Creia que si, en otro tiempo, y a lo mejor entonces si era verdad, cuando el amor y el respeto le distorsionaban la razon, como a cualquier ser humano bajo la patina dulce de la felicidad. Pero en aquellos ultimos tiempos...
Ramon.
¿Quien era? ¿Un desconocido? ¿Entonces por que lo sabia todo acerca de el? Todo, hasta lo que ignoraba.
Ramon.
Del otro lado de la mesa le llego algo parecido a un rumor. Su marido continuo comiendo y leyendo.
Ramon, dijo por tercera vez, ahora con mayor fuerza.
¿Que?, levanto la vista el.
Amparo sostuvo aquella mirada distante, hueca y ausente de emociones.
¿Que?, repitio Ramon.
Ni siquiera lo esperaba, pero se oyo a si misma decir:
¿Que nos ha pasado?
¿Cuando?, no la comprendio.
Estos años, en nuestra vida, en todo.
Se lo noto por el tono, y tambien por su semblante. Ramon dejo la cuchara en el plato y abandono el contacto con el periodico. Su frente se poblo de arrugas al fruncirla. ¿De que estas hablando?
Me preguntaba en que momento del camino nos olvidamos.
¿Olvidarnos de que? ¡Por favor, Amparo, solo puedo leer el periodico este rato!
De nosotros.
Ramon lleno los pulmones de aire. Se apoyo en el respaldo de la silla. Fueron unos pocos segundos de nuevo silencio, pero ahora atronadores. No hizo falta mas. Comprendio.
¿Estas bien?, quiso saber.
Empiezo a estarlo. ¿Vas a responderme?
¿Quieres saber en que momento del camino nos olvidamos de nosotros?, repitio la pregunta despacio, llenandose de ire, sintiendo una subita marea que nacia desde el fondo de su contencion. Quizas la primera vez que tu olvidaste que eras mi mujer.
Esperaba su reaccion. No le sorprendio. Amparo logro mantenerse firme en su fragil equilibrio.
Se que no he sido una buena compañera, dijo. Esposa, si, sumisa, callada, sorda, ciega y muda, pero compañera, no. Y lo lamento. Aunque tu tampoco me diste muchas oportunidades de compartir nada.
¿A que viene eso ahora?, la corto Ramon con cansancio.
Es un momento como otro cualquiera. Y las circunstancias tambien.
¿Que circunstancias?
Todo, continuo hablando con mas y mas firmeza, pero sin cambiar el tono de voz, inalterable, triste, mientras que ella se mantenia distante e incisiva. Para empezar, tienes un hijo extraordinario, feliz, casado, con una esposa maravillosa, al que has dado la espalda.
El me la dio a mi.
Te quiere.
¿Y por eso se fue a vivir con ese hombre?
Tu lo echaste de casa.
¡Yo no lo eche de casa!
Fue el primer grito. Amparo no se movio.
Lo echaste de casa, repitio. Y el se ha casado con una mujer que es lo mas dulce que he visto en la vida. Pero no es solo ella. Ese hombre, como tu lo llamas, es una buena persona, una persona honrada.
El y los que son como el...
Son los que estan haciendo algo de verdad aqui, en Mexico.
¡Ah, yo no hago nada importante!
Ramon, por favor, aparecio un apice de intensidad en la voz de Amparo. Todo esto, la empresa, tu puesto, el dinero...Nunca te lo he preguntado, nunca. Pero es hora de que lo haga. ¿Es algo de lo que puedas sentirte orgulloso?
¿Que quieres decir?
Lo sabes de sobra.
Son negocios.
Eso no es una respuesta. Yo te hablo de dignidad personal, de poder mirar a la cara a los demas.
¡Maldita sea!, Ramon se puso en pie de golpe. Derribo la silla, pero no se molesto en recogerla. Dio dos pasos, acercandose a su esposa. ¡Tu no sabes nada!
Se que esto no es lo que querias en España, ni cuando vinimos aqui. Y se que estas arrastrando a Ernesto contigo. Esto es lo que se. ¿Donde quedo el comunismo, Ramon?
¡El comunismo me traiciono a mi!
Las causas no traicionan a las personas. Son las personas las que las crean y las destruyen, las utilizan de una forma o de otra, se acercan o se alejan segun sus intereses. Yo no me enamore de ti porque fueras comunista. Lo hice porque creias en la igualdad, en la integridad, en un mundo socializado, abierto y libre. Luchaste por ello, perdiste por ello. Pero si ya no te respetas a ti mismo...
Ramon dio otro paso hacia ella. Sus ojos destilaban fuego. La rabia que lo superaba era desconocida. Jamas la habia sentido igual, ni en la guerra, cuando los fascistas los masacraban. Se dio cuenta de que Amparo era la unica que podia hablarle asi, porque pese a todas las distancias, seguia siendo su mujer.
¡Eso es lo que los malditos curas han hecho de ti!, bramo. ¡Beata mea pilas!
Yo he encontrado un camino.
¡Yo no lo he encontrado! ¡No he tenido tanta suerte! ¡Yo he tenido que hacermelo!
Vinimos a este pais en busca de esperanza, y nos acogieron sin reservas. No los defraudes.
¡Vinimos a este pais porque nos echaron de España! ¡Y aqui, como en todas partes, o luchas por la supervivencia, o mueres por ella!. Se canso de pronto y la aparto imaginariamente con un manotazo al aire antes de dar media vuelta dispuesto a irse. ¡Bah, que sabras tu!
Ramon, quiso detenerlo ella.
¡Estas loca, Amparo! ¡Loca! ¡Te han comido el cerebro! ¡Cena tu sola, porque yo me voy!
Espero que por lo menos ella te de la paz, porque lo que ya no puedes ni podras jamas es ser feliz.
Parecio a punto de darse la vuelta. Solo lo parecio. Vacilo un segundo. Luego siguio caminando hacia la puerta del comedor, que cerro con un portazo que hizo retumbar toda la casa.
Puntos:
09-07-12 16:18 #10292889 -> 10282459
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...162.


Lorenzo se apoyo en el marco de la puerta mientras ella la abria. Era una puerta vieja, como la casa, de una sola planta y fachada muy estropeada por el sol y la falta de cuidados. El interior no estaba mejor, apenas lo esencial. Hizo un intento de dejarse caer sobre una silla pero su compañera lo evito.
No, aca no, mi torito. Vengase para la alcoba.
La alcoba tenia una cama, un espejo, una silla, un baul, un pequeño tocador y una ventana cerrada. Lorenzo se derrumbo en la cama, boca arriba, y ella se le sento encima, a horcajadas.
Te tomaste demasiados tragos y ahorita te ira pesimo, aunque seguro que seras bueno. Me daras bateria, ¿verdad?
Lo beso en la boca, y se la abrio con la lengua. Se la metio hasta el fondo y el la sintio alli, explorando todos los rincones. No correspondio al beso aunque tuvo la intencion. Se dejo hacer. Los suyos eran unos labios gordezuelos, carnosos, y la lengua la tenia calida y humeda.
Cuando termino el beso le metio la cara. Su pelvis se aplastaba contra su sexo, excitandolo.
¿Como dijiste que te llamabas?, pregunto el.
Chala.
¿Chala?
Diminutivo de Rosalia.
Eres guapa, Chala, mintio el.
Lo se, la mujer se sintio alagada. Y muy buena en la cama, lo ves ahorita.
Intento centrar sus ojos en ella. Le costo. Era gordita, cara redonda, pechos generosos, cuerpo todavia firme. Levanto una mano y la acaricio.
Voy a hacer chis y me regreso, le dio un ultimo beso.
Se aparto de encima de el. No la retuvo. La vio salir de la habitacion y estuvo a punto de cerrar los ojos para abandonarse.
Le llamo la atencion una fotografia colgada en la pared frontal, encima del tocador. Se veia a Chala vestida con un esplendido traje tipico y sonriendole a la camara. No era una fotografia normal, sino muy profesional. Una foto artistica.
El regreso de su compañera fue muy rapido. Experiencia. No es bueno dejar solo al cliente. Algunos cambian de idea. Cuando reaparecio ya estaba desnuda, con todas sus carnes liberadas y sus abundantes pechos dispuestos para la batalla. Volvio a ponerse encima de el, lo tomo de las manos y se las puso en los senos.
Agarralos, le pidio.
Empezo a desabrocharle la camisa, a tocarle el pecho, a enredar sus dedos con el bello.
¿Por que no trabajas en Casa Flora?, pregunto Lorenzo.
Huy, mi amor, eso es demasiado selecto para mi, se le echo encima para frotarse contra el mientras le susurraba con voz llena de cadencias: Pero soy mejor que ellas, vas a verlo. Te hare cositas que nunca te hicieron y que esas estiradas ni siquiera conocen. Ven, soy buena, Muy buena.
Esa foto de ahi...
Lo besaba, lo mordia, lo aplastaba y lo envolvia con sus encantos, pero el seguia lejos, demasiado borracho.
Yo era actriz, pero nunca me dieron un estelar, nomas pequeños papeles, y me canse.
Chala...
Te gusta platicar, ¿eh? Bueno, tu platica, y te me relajas. Chala lo hara todo. Dejame. Volteate un poco, lo estaba desnudando, le quito los pantalones, los calzoncillos. Puso cara de susto y gimio. ¡Voytela, pero que bien dotado estas! ¡Oh, mi torito, cuanto placer vas a darme! Ven, ven...
Lorenzo cerro los ojos definitivamente.
Asi, asi..., la oyo jadear. Sienteme...jala...jala...
Debio dormirse en ese instante.
La prostituta lo noto. Trato de excitarlo, mantenerlo en activo, pero ya fue imposible y ella supo de inmediato que la noche habia terminado. Su rostro cambio, se volvio impasible, aburrido. Acaricio el desfallecido sexo de su cliente y se resigno.
Mira que eres guapo y estas muy bien, cariño, suspiro. Pero vas a pagar igual.
Se levanto y empezo a registrarle la ropa para estar segura de que llevaba dinero.
Puntos:
12-07-12 21:12 #10305780 -> 10292889
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
Desde hace tres dias estoy intentando poner el capitulo 163, y no me lo admite, seguire intentandolo haber que pasa.
Puntos:
16-07-12 17:22 #10318426 -> 10305780
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...164.


Era la tercera vez que Anastasio Gurierrez estaba alli, en su despacho, Y como las dos anteriores, el detective le mostraba toda su cauta devocion. A Berta seguia antojandosele un hombre especial, discreto, amable, y por encima de todo, profesional. La forma de moverse en su trabajo se correspondia con sus gestos, sus miradas, su perspicacia.
Es un placer verla de nuevo, señora, se inclino levemente al estrecharle la mano.
¿Mucho trabajo?
El justo, respondio con llaneza.
Berta lo invito a sentarse. Señalo varias botellas situadas en un pequeño mueble bar y el declino el ofrecimiento, como la ultima vez.
¿Puedo decirle que esta usted bellisima, señora?, se atrevio a preguntar.
Puede, desde luego.
Pues lo esta. Con este peinado me recuerda a Carole Lombard.
No es la primera vez que me lo dicen, acepto ella. Pero ahora me hace estremecer. Carole murio en ese accidente de aviacion en enero del 42, ¿recuerda?
Si, si, señora, se arepintio de haberlo dicho. Perdone la comparacion.
Berta se tomo unos segundos de pausa. Sentada detras de su mesa, con el delante, la sensacion de andar metidos en negocios se hacia mas evidente. El detective supo que no habria mucha mas charla.
Hay algo que aprecio en usted señor Gutierrez, dijo Berta. Las dos veces en que me ha servido lo ha hecho bien, y con discrecion. Por ese motivo esta de nuevo aqui.
Gracias, señora.
Ahora , incluso, la discrecion debera ser mayor.
Lo entiendo.
¿Lo entiende?
Tiene usted una posicion, esta casa, responsabilidades.
Es una buena forma de decirlo, sonrio Berta.
¿Y en que puedo ayudarla ahora?
Usted ya conoce al personaje.
¿Lorenzo Vila?
Si.
Muy bien, señora.
Sin preguntas; solo trabajo. Anastasio Gutierrez le caia bien; un detective honrado. Algo no extraordinario pero si curioso.
Casi nunca habia confiado en nadie, y menos alli, a excepcion de Cruz, la pelirroja del Jorocho. Maria era lo mas cercano que tenia en esos momentos. Una amiga, tan solitaria a la fuerza como ella, que le servia fielmente, con peculiar devocion.
Quiero que siga a Lorenzo Vila unos dias, y mejor usted que alguno de sus subordinados, hasta que lo avise de lo contrario.
Bien, señora.
Me informara una vez por semana, a traves de Maria. No es necesareo que venga por aqui. Le dara a ella el informe en un sobre cerrado y eso bastara.
¿Le interesan detalles de a quien ve, con quien esta, que hace?
No es lo mas importante. Es mas, no lo es. Me interesa saber si se va de la ciudad, en cuyo caso usted lo seguira discretamente.
¿Solo seguirlo?
Si.
No quiere que se le pierda,¿es eso, señora?
Asi es.
¿Y que le hace sospechar que el señor Vila puede irse de la ciudad?
Tengo motivos para ello, eso es todo.
Y si abandona el pais, viaja lejos...?
Usted, sigalo.
¿A donde sea?
Hasta el fin del mundo si es necesareo.
¿Solo seguirlo?
No se acerque demasiado, no es tonto.
No me referia a eso. Me referia a si me limito a observarlo, sin interferir en nada de lo que haga.
¿Por que deberia interferir?
Nunca se sabe.
Me interesa su seguridad, por supuesto.
Anastasio Gutierrez no treadujo al exterior sus emociones. Su rostro se mantuvo sereno, imperturbable. La pregunta sono casi aseptica, desprovista de todo matiz que no fuera el estrictamente profesional.
¿Hasta que punto le interesa, señora?
Y se encontro con la respuesta que esperaba. La respuesta que cerraba el circulo.
Como mi propia vida, dijo Berta. No lo olvide.
Puntos:
17-07-12 17:03 #10322076 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...165.


Casa Flora brillaba como una ascua en la noche. Y no por ser muy llamativa su presencia en la calle, sino por lo que ocultaba, por las personas que, de forma discreta, entraban en su interior. Las mas importantes escogian siempre la parte de atras del edificio, en la que Lorenzo se hallaba apostado.
Miro las ventanas. Tres dias antes habia visto a Berta asomada a una del tercer piso, el ultimo. Una vision fugaz, con la luz interior bañandola desde atras y la penumbra exterior apenas dibujando sus rasgos en la noche.
Ahora sabia que esperaba en vano.
Se detuvo un coche. En un visto y no visto, de el se apeo un hombre. Hizo lo imposible para ser ajeno a cualquier mirada pero Lorenzo capturo su imagen al pasar bajo la luz de la puerta.
Sebastian Salinas.
No le importaba quien entrase o saliese. Sabia que alli iban los que podian pagar los mejores servicios. Salinas o cualquier otro. Incluso don Rafael habia estado repitiendo sus visitas a la casa. Un hombre familiar como el, apegado a los suyos.
Lorenzo desvio la mirada. Cerca vio un estanquillo, y mas alla una teberna. Se le hizo la boca desierto al pensar en el tequila. Y casi al mismo tiempo su voluntad le ordeno olvidarlo.
No, se dijo a media voz.
La ultima borrachera habia sido la peor. Y la penultima excesiva.
No queria despertar en mas camas extrañas.
Lo unico que tenia que hacer era volver a entrar en Casa Flora. Nada mas. Podia matarla. Podia quedarse, como Berta le pidio. Podia...¿que?
De pronto las noches eran muy largas.
Y los pensamientos, tanto como los deseos, muy oscuros.
Un hombre mal vestido, con un sarape viejo por encima y calzando guaraches, las clasicas sandalias indigenas formadas por una plantilla de vaqueta sujeta al pie por correas de cuero, se le detuvo delante. Le tendio la mano con la palma abierta hacia arriba.
¿Me da un poco de feria, amigo?
Dinero suelto.
¿Para que?
¿Pa que sera?, dijo con una cantinela mexicana llena de armonias. Pa un fajo.
Un trago de tequila.
Si le hubiera dicho que era para comer, no se lo habria dado. Al diablo con cualquier mentira. Pero el tipo estaba siendo sincero.
Lorenzo le dio algo mas que dinero suelto. Le dio unos pesos, monedas.
Con estos tecolines tendra para un buen farolazo.
El hombre abrio los ojos.
Gracias, amigo, dijo, emocionado. Asi me pongo una buena peda. ¿Me da su chamarra?
No, respondio Lorenzo.
Entonces, ahi nos vemos, se despidio el tipo.
Lo vio marcharse con paso vivo. Se metio en la taberna. La calle dejo de moverse y entro una quieta paz. Lorenzo volvio a mirar hacia las ventanas del tercer piso, estaban cerradas , y a oscuras. El resto, no.
Aparecio un hombre por la esquina opuesta. Fue al pasar bajo la segunda farola cuando lo reconocio: Ramon Alcaraz.
Hizo lo que todos: estrar en Casa Flora.
Lorenzo solto un respingo, un bufido de sarcasmo.
Dejais un rastro, como los caracoles, musito.
No dijo nada mas.
Permanecio inmovil los minutos siguientes. La siguiente hora.
Hasta que vio salir de la taberna al hombre del sarape, tambaleandose, ahogado en un mar de alcohol, y el mismo reacciono para ponerse en marcha y alejarse de alli.
Puntos:
19-07-12 19:48 #10330432 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...166.


Narciso Guzman acabo de leer los apuntes escritos a mano, los datos, la correlacion de fechas e informes, los registros extraidos de la propia regiduria, todo lo que Valeriano le habia puesto sobre la mesa diez minutos antes. Una lectura superficial, no en profundidad, pero suficiente. Durante ese tiempo, el periodista estuvo sentado al otro lado de la mesa de su despacho, en silencio, muy quieto. El director de El Independiente no se sintio incomodo ni presionado por ello.
Dejo el pliego de papeles delante de el.
Intereresante, manifesto.
¿Solo interesante?, quedo defraudado Valeriano.
Revelador.
Es como sumar dos y dos.
Todo el mundo cree que dos y dos son cuatro, pero son veintidos, dijo Narciso Guzman. Dos mas dos si son cuatro. Señor Guzman, señalo los papeles con el dedo indice de la mano derecha, todo encaja, las fechas, el metodo, el proceso desde el primer dia hasta hoy. Juntos y por separado, esos cuatro hombres tienen que ver con el Proyecto Magno. Es mas: ellos son el Proyecto Magno. Va a consumarse el mayor fraude urbanistico de Mexico y nadie va a hacer nada.
`Porque nos sale veintidos en la operacion, Puig, no cuatro.
Ellos...
Ellos son poderosos, lo detuvo el director de El Independiente. Salinas no habria hecho nada sin tener las espaldas muy seguras y cubiertas.
¿Y si, precisamente por sentirse tan fuerte, no las tuviera como dice?
Pienselo, por favor, insistio Narciso Guzman. Salinas ha actuado, oficialmente, por el bien de la ciudad. La empresa constructora ha licitado legalmente por el proyecto, que le ha sido adjudicado sin aparente trampa, atendiendo a la mejor oferta realizada. Que Ramon Alcaraz, el director, compre los materiales a Amadeo Reyes es tan legitimo y normal como la ley de libre comercio.
¿Y que me dice de ese gangster, Rafael Santoña?
Todo legal, le repitio. Tanto que asusta. Aparecen como intocables.
¿Incluso para El Indepediente?
¿Que quiere decir?
Que si son tan intocables como para que nosotros nos callemos y nos crucemos de brazos.
Le pedi pruebas, Puig. Puso una mano sobre el pliego de papeles e informes. Esto es una verdad de la que solo surgen sospechas. Hablamos de gente sin mancha, personas respetadas e influyentes.
Que todos saben que no lo son.
No me sea iluso, por favor. La mayoria de los politicos en America son corruptos, o estan en el poder para ejercerlo y se olvidan siempre del pueblo al que prometieron las cosas. ¿Y que? Somos nosotros los que nos movemos por terrenos resbaladizos si olvidamos nuestra principal mision: informar.
Diciendo la verdad.
¿Que verdad? ¿La suya, la mia, la de ellos, la de la gente de la calle, la de los que podran vivir en esos pisos aunque un dia se les caigan encima, esta?, volvio a tocar los papeles con la mano. Siempre hay muchas verdades.
Y un unico dinero, que va a parar a las mismas manos.
¿Y que quiere hacer?, mostro su agotamiento Narciso Guzman.
Dejeme publicar algo.
¿Algo?
De tanteo.
¿Como de tanteo?
Haciendo preguntas al aire.
Especulando.
No del todo. Con habilidad, con tacto, hablando de si se ha hecho una investigacion previa, y de si se controla el proceso, y de si la regiduria tendra acceso a un control de costes y gastos...
Pero eso es absurdo.
De acuerdo, pero lo unico que perseguimos es levantar la liebre, ¿no? Puede que se pongan nerviosos.
Puede que hagan algo mas que ponerse nerviosos.
Valeriano bajo la cabeza.
Usted nunca se rinde, ¿verdad?, pregunto Narciso Guzman.
No se trata de rendirse.
Tengo un mal presentimiento con esto, ¿sabe?, fue sincero el director del periodico. Es demasiado grande. Demasiado.
Por esa razon quiero escribirlo.
Se miraron el uno al otro. No fue una pugna, fue mas bien una resistencia compartida. Del mismo lado.
Quiero leerlo antes, Puig, se rindio Narciso Guzman. Afinese porque no voy a publicar ni una coma que me parezca fuera de lugar, ¿me ha entendido?.




"Aqui tengo ese recorte de prensa.
¿El original?
Una fotocopia. Estaba entre todos los papeles del caso. Valeriano Puig guardo siempre lo que escribia. Era un hombre minucioso y detallista.
¿Puedo leerlo?
Por supuesto, aunque el resumen es simple. Documentandose a fondo, dando fechas y datos muy precisos, Valeriano Puig relacionaba de forma directa a Sebastian Salinas, Amadeo Reyes, Ramon Alcaraz y Rafael Santoña, don Rafael. No fue una mera especulacion, fue algo mas. Un trabajo periodistico de primera, con un lenguaje medido y acertado, y todas las preguntas en el aire, pero lo suficientemente densas como para que empezaran a formarse nubes con ellas y amenazara tormenta, rayos y truenos. A nuestros personajes no les convenia mucho armar ruido, y por supuesto que no lo hicieron, a excepcion de Salinas, que estaba mas en el disparadero por ser objetivo publico. El tipo se puso nervioso. Fue su error. Pero con o sin la reaccion de Salinas, ese articulo agito el corral.
Ya se habian fijado en Valeriano Puig.
Era una firma incomoda, si. Sabian de lo que podia llegar a ser capaz si no se lo atajaba.
Y fueron a por el.
Conocia el riesgo cuando escribio el articulo denunciando el Proyecto Magno.
¿Cuando fue eso?
Natalia y Elias iban a marcharse a Oaxaca, para trabajar alli en las ruinas de Monte Alban. Mss o menos coincidio con esa etapa.
Y lo de Lorenzo y Berta.
Tambien.
¿Habria sido lo mismo sin que una cosa se relacionara con la otra?
No lo se. ¿No dicen que los caminos del Señor son inescrutables?. El destino siempre juega sus cartas al margen de nosotros, y en nuestra historia el destino tuvo que ver constantemente. Unio y desunio. Los pasageros del Sinaia; los exiliados de Mexico; los renacidos del futuro. Puedes ponesle el nombre que desees.
Se publica el articulo. ¿Que paso a continuacion?"
Puntos:
21-07-12 17:44 #10336731 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...167.


Don Rafael ya no visitaba las perreras ni las galleras. Su nuevo despacho estaba en un moderno edificio de Danubio con Panuco. El nombre tambien tenia visos de lustrosa legalidad: Contratas Santoña. Dos plantas enteras, pero solo se accedia a la superior entrando por la inferior. No habia secretarias ni protocolos. Abajo, en horas de oficina, se trabajaba. Arriba, el cerebro del pequeño imperio estaba solo. De los viejos negocios se encargaban peces mas pequeños que le rendian cuentas. Un sobrino cubria el juego, otro las apuestas, y un tercero se encargaba de organizar las peleas. El resto, desde montar veladas de boxeo hasta representar a un par de toreros, pasando por muchas otras variantes, corria a cargo de uno de sus hermanos.
Lorenzo tuvo que esperar a que terminara de hablar con una visita. Cuando el hombre, obeso, tostado y enjoyado, salio del despacho con una enorme sonrisa de oreja a oreja diez minutos despues, metio la cabeza por el vano de la puerta sin llamar.
¿Don Rafael?
¡Lorenzo!, le abrio los brazos amistoso y los mantuvo asi hasta que el llego a su lado. ¡Que bueno! ¡Ya se hace duro verle la jetota!
Todo bien don Rafael, se dejo palmear la espalda.
¿Bebes? ¿Viste al que se pelo?
No quiero nada, gracias. Y si lo he visto.
Negocios hacen negocios. Vamos a darle un impulso a la Zona Rosa. Ese era el licenciado Alvarado. Platicamos acerca de abrir unos locales regios.
Me alegro de que le vaya bien.
Ah, Lorenzo... Tu entusiasmo es como el de la viuda que le llora al cab.on que se le murio despues de cuarenta años.
Se sento en una butaca. Don Rafael lo observo por encima de su silencio. Acabo imitandolo. Los dos quedaron separados por una mesita de madera noble en la que habia un gran cenicero de cristal y un jarron sin flores.
¿Problemas?, intuyo don Rafael.
No, ninguno, dijo el con toda naturalidad.
¿Que lo trajo por aca entonces?
Preguntas.
Adelante, lo invito.
¿Cuanto tiempo durara el Proyecto Magno?
Un par de años desde el inicio.
¿Tanto?
Es una gran obra. ¿Por que?
Cuando termine todo eso me ire.
Eso sera una pena, Lorenzo, sus ojos se convirtieron en sendas rendijas. Fruncio el entrecejo con verdadero pesar. ¿Y adonde quieres ir?
Mexico es grande, y tambien Latinoamerica.
A ti se te hara pequeño todo. Acabaras con los gringos, arriba.
No, no me caen bien.
¡Ay, Lorenzo!, hizo un gesto de afectacion, reaccionando mas a la tremenda. ¡A poco ya se me quedo chueco el dia! ¿Que te pasa hombre? ¿Acaso no te dije que cuando terminarase la obra habria una buena gratificacion?
La gratificacion es un buen motivo para quedarme esos dos años, reconocio el.
¿Asi que te quedaras dos años por la lana y solo por ella?
Y tambien porque he de hacer algo mas aqui.
¿Negocios o una mujer?
Las dos cosas.
Espero a que dijera algo mas, pero su visitante no lo hizo.
Nunca confias en nadie, ¿verdad?
No.
Tendria que encabronarme por eso, y hacer que te partieran la madre por cutero, se lamento don Rafael.
Usted me dijo que el silencio era siempre la mejor virtud de los negocios y la vida.
¿Por nque quieres irte?
Porque no me gusta lo que va a pasar.
¿Y que cosa sera eso?, fruncio de nuevo el entrcejo don Rafael.
No estoy sweguro, pero las peleas de gallos y perros y el juego me gustaban mas. Todo esto, abarco el nuevo despacho, es demasiado para mi.
Esto es legal.
Pero excesivo. Tambien me canse de los Alcaraz, de controlarlos, de no hacer nada.
Podrias ser mi segundo.
Me ha ido bien con usted. Y he trabajado a fondo. Pero soy libre.
¿No sera por ese articulo?, el hombre apunto un ejemplar de El Independiente arrojado directamente a una papelera.
No, no es por el. Eso ha sido una casualidad.
¿Asi que lo leiste?
Si.
¿Que opinas?
No tiene pruebas. Esta tratando de que alguien muerda un anzuelo.
O soliviantando a la gente. Ese Puig... ¿Por que crees que lo hace?
La gente honrada tiene agallas, dijo Lorenzo.
Y los cementerios estan llenos de esas gentes, replico despacio don Rafael.
Se miraron en silencio.
Y seguian en silencio cuando sono el telefono de la mesa.
Se levantaron los dos. Lorenzo miro la hora; su jefe, el aparato. Llego hasta el y descolgo el auricular. Solo hizo una pregunta. La voz que le llego desde el otro lado lo hizo dirigir una instintiva mirada a la papelera, luego a su visitante.
Yo ya me iba, don Rafael, dijo Lorenzo.
Si, de acuerdo. Es una conferencia y platicare un tanto. Pero hemos de seguir conversando de todo esto, ¿de acuerdo?
Claro.
Lorenzo fue hasta la puerta del despacho. La abrio y salio afuera, cerrandola a su espalda. Camino media docena de pasos sobre un suelo de caliza rojiza, pisando con fuerza, hasta que llego a la otra puerta, la que conducia al piso inferior. La abrio, pero no paso bajo su marco. Regreso sin hacer ruido hasta detenerse de nuevo en la puerta del despacho que acababa de abandonar. Aplico su oido a la madera. Desde el otro lado le llego nitida la voz de don Rafael.
Oiga...¡Oiga, Salinas! No, escucheme usted. Esto se termino, ¿entendio bien? ¿Para que estoy yo si no? Ese pendejo va a dejar de chingar. Se la gano. Ahorita si se la gano. Hubo una pausa. ¿Y que quiere, que la siga molestando? ¿Se le puede embarrar la mano?, otra pausa. Pues entonces hay que ir a la cargada, les guste o no. Lo haran Justiniano y Chivo. Son buenos. Y...si, no se me preocupe, va a parecer un robo, pues claro. Usted paselas en familia, con amigos. Y mejor no hable con Reyes ni con Alcaraz. Esas cosas...
Lorenzo ya no espero mas.
Se marcho de alli, del piso superior y del edificio, igual que una sombra sin dueño.
Puntos:
23-07-12 16:59 #10342291 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...168.


Berta cerro el periodico y lo dejo a su lado, a la izquierda, sobre la cama. Su enorme y eternamente vacia cama en la que muchas veces creia perderse, aunque en ocasiones tambien se le antojaba una isla. Desierta. La unica isla de Casa Flora con un solo habitante.
Bueno, tambien estaba la de Maria.
Miro hacia la ventana, hacia la claridad del dia. Ya era muy tarde, como casi siempre. Solia despertar a la hora en que los demas mortales tomaban su almuerzo.
¿Se encuentra bien, señora? Apenas si ha probado bocado.
Maria la hizo salir de su abstraccion. La bandeja con la comida quedaba a su derecha, encima de una mesita movil con patas, como las de los hospitales, que facilitaba su manejo sin tener que apoyarse en la cama. Nunca tenia mucha hambre al despertar. Cenaba un poco mas y mejor.
Si, si, estoy bien.
Pues al leer el periodico se ha quedado traspuesta.
Habla de gente que conocemos, eso es todo.
Maria no pregunto de quienes hablaba. Nunca lo habria hecho. En el supuesto de que le interesase, ella misma leeria El Independiente. Y si no, tanto daba.
¿Le preparo el baño?
Si, dame cinco minutos.
Aparto la mesita y se levanto de la cama. La bata, en manos de Maria, la recibio con su tacto de seda. La anudo ella misma, echo para atras su cabello y, descalza, prescindiendo de las zapatillas, camino hacia la puerta.
Bajo al piso inferior, donde se encontraba su despacho. La casa estaba silenciosa. Unas horas al dia no habia servicio. Esa era una de las diferencias de prestigio. Casa Flora no estaba hecha para apresurados, incontinentes o ansiosos de sexo. Casa Flora era el placer absoluto, y para gentes refinadas. La idea crecia mas y mas. Si madame Suzette pudiera haberlo visto, se habria sentido orgullosa.
Berta entro en el despacho. Fue a su mesa, ocupo la butaquita en que solia sentarse y abrio el cajon central con la llave que extrajo de un neceser con un departamento secreto. Extrajo varias carpetas con decumentos y selecciono una con las cubiertas rojas.
Las fotografias estaban en ella.
Especialmente una.
Sebastian Salinas, Amadeo Reyes, Ramon Alcaraz y don rafael.
A veces no sabia si aquello era una locura, una garantia, un seguro de vida, un desatino...
¿O que?
Algo iba a suceder, y supo que no seria bueno para nadie.
Puntos:
25-07-12 17:20 #10350217 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...169.


Ramon marco por quinta vez a lo largo de la mañana el numero telefonico de la direccion de Urbanismo y Planificacion. Los dedos de su mano izquierda tamborilearon en la mesa. Pero no era un gesto alegre, sino el disparadero, cada vez mayor, de sus nervios. El ejemplar de El Independiente era mas bien un grito a un lado de su despacho. Primero lo habia estrujado y arrugado hasta terminar echandolo a la papelera. Despues lo recupero, para volver a leer el articulo mas despacio. De eso hacia una eternidad.
Aquella maldita mañana.
¿Direccion de...?, oyo la misma voz de otras veces.
El señor Salinas, por favor.
¡Oh, ¿es usted?, lo reconocio la voz. Ya le dije que el licenciado Salinas no iba a poder comunicarse esta mañana debido a...
¿Le ha dicho que he llamado yo, Ramon Alcaraz?, detuvo a su interlocutor por segunda vez.
No he podido verlo, señor. El licenciado Salinas no esta en su despacho. Lo lamento. Pero descuide que sera informado de sus llamadas en cuanto lo vea. No se preocupe, señor Alcaraz.
Colgo el auricular sin despedirse y estuvo a punto de echar el negro aparato al suelo. Domino su impulso, aunque no su rabia. Volvio a centrar sus ojos en el periodico.
Hijo de p.ta, le dijo. Maldito hijo de p.ta.
La puerta de su despacho se abrio. Ernesto metio la cabeza por el hueco. Ni siquiera pudo pronunciar una palabra.
¡Ahora no, Ernesto!
Su hijo se retiro al momento.
Ramon tomo por segunda vez el auricular. Busco un numero telefonico en la agenda depositada en un angulo de la mesa y lo marco. Tuvo que esperar al quinto tono para recibir la respuesta.
¿Que hubo?, canto una voz.
¿Don Rafael?
Era su telefono directo y personal, asi que la pregunta carecia de verdadero significado. Al otro lado del hilo telefonico, el mafi.so se tomo una leve distancia temporal antes de responder.
¿Quien lo urge?
Soy Ramon Alcaraz, señor.
Otra pausa, mas larga, mas tensa.
¿Por que me llama?
Ya lo sabe.
No, no lo se. Digamelo usted, amigo.
¿No ha leido el periodico?
Oh, si, lo lei. ¿Y que?
¡Por todos los diablos, don Rafael!.
Alcaraz, ¿por que no se me aplaca?. La voz del hombre era tranquila, cadenciosa. Este tranquilo, ¿si?
¿Como quiere que este tranquilo?. Ese hijo de p.ta da nombres. ¡Nos ha relacionado a los cuatro!
No se ponga salidon. A poco se creia que todo iba a ser extender la mano y ganar plata. Pues ya ve. Pero se lo repito: tranquilo. Estas cosas pasan. No lo platique con nadie, no le de importancia, comportese como si nada le afectara, sonria. Que no lo vean serio o afectado, carajo. Y lo mas importante: no cometa estupideces, o le juro por mis muertitos que no vivira lo suficiente para disfrutar de su dinero.
¿Y nadie va a hacer nada?
Usted, desde luego, no. Nosotros si.
¿Quienes?
El licenciado Salinas dara una respuesta oficial al ataque del que ha sido objeto su departamento. Para eso es gallon.
¿Cree que eso hara callar a Puig?
No, no lo hara callar. Pero no se ande fregado con eso. Es asunto mio.
¿Que va a hacer?
Señor Alcaraz, el tono de don Rafael se hizo todavia mas crepuscular. ¿Le pregunto yo como lleva sus negocios?
Esto es diferente.
¿De veras?, creyo percibir el sarcasmo en su voz.
Eso fue casi en el momento en que don Rafael le colgaba el auricular.
Puntos:
29-07-12 17:19 #10362487 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...170.


El articulo no aparecia en primera pagina, sino mas bien discreto, oculto, en las paginas de informacion local. Lo publicaban todos los periodicos de derechas, afines al gobierno, y reproduciendo el mismo texto facilitado por la Direccion General de Urbanismo y Planificacion. No habia error posible, asi que cada palabra tenia su exacto significado. Despues de una farragosa entrada, llegaba la parte esencial, el nucleo de la proclama. El segundo parrafo:



<<Por el bien de la ciudadania, se procedio a reconvertir un terreno esteril, destinado a usos que no se correspondian con la realidad de su entorno, en lo que sera un orgullo de la expansion de Ciudad de Mexico, en lo que sera un estandarte de esta administracion, en lo que sera un barrio popular, moderno, equipado, dotado de servicios y espejo de futuras realizaciones en este sector. Doce mil familias, cincuenta mil personas cuando menos, se beneficiaran de ello en cuanto concluyan las obras. Y para llegar a tal dia, una empresa constructora licito en buena lid y se adjudico los trabajos. A los industriales que dicha empresa compre sus materiales, este departamento ni los conoce ni tiene tratos, aunque es de suponer que tambien esos industriales licitaron con otros para hacerse con los contratos pertinentes. Esa es la escala normal en cualquier situacion laboral, tenga la envergadura que tenga. Y asi es, ademas, como se crean puestos de trabajo, y como la ciudad, el pais, va para adelante. El esfuerzo es comun, porque el trabajo es comun. Es, por tanto, falso que este departamento pueda manejar intereses ocultos. No hay conexiones entre los nombres que cierto medio informativo ha puesto en el disparedero de la duda. Ninguna conexion salvo la de mi departamento con la empresa constructora y la de la empresa constructora con los respectivos industriales. El cuarto nombre citado, debo manifestar que ni siquiera se quien es. Si hay una prueba, una sola prueba, que relacione mi persona con los integrantes de esta supuesta trama, que aparezca. Mientras no sea asi, y nunca lo sera porque no existe, la prensa que divulgue falacias, mentiras y siembre dudas entre la ciudadania, no sera mas que la clasica prensa desleal, opositora del progreso, hecha por mentes retorcidas que no saben de la verdad y buscan, unicamente, vender periodicos entre sus seguidores mas fanaticos, los anarquistas, y eternamente insatisfechos y quejosos del buen rumbo que hemos tomado por el bien de todos>>.



Y concluia con una serie de logros del departamento, destinada a resaltar la buena labor llevada a cabo, su transparencia, su vitalidad, su dinamismo y su inquebrantable vocacion ciudadana, para mayor gloria de Sebastian Salinas, que era quien lo firmaba.
Valeriano no supo si sonreir, porque los habia puesto nerviosos, o si resignarse y echarse a llorar, porque eso era todo.
El articulo habia sido muy medido, pero la respuesta de Salinas tambien lo era: consistente y directa.
La palabra <<prueba>> resaltaba por encima de las demas.
Brillaba con luz propia.
Oyo la voz de Narciso Guzman, y sus propios pensamientos.
Prebas, pruebas, pruebas...
¿Y acaso iban a ser tan estupidos como para haberlas dejado?
Intento dejar de pensar.
Dentro de un par de dias, el siguiente numero de Nuevo Pensamiento estaria a punto. Habian vuelto a conseguirlo. Firmas de prestigio, colaboraciones de nivel, articulos esenciales... Eso debia proporcionarle el orgullo y la satisfaccion que el resto le negaba.
Debia.
Miro el periodico que acababa de leer.
¿Cual es vuestro punto debil?, le pregunto a la pagina en la que se reproducia la respuesta de Sebastian Salinas.
Puntos:
02-08-12 17:20 #10378022 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...171.


Elias salio a la calle, todavia en vuelto en sus pensamientos y con las palabras de su madre, sus lagrimas y su ultimo abrazo presionandole el animo. Era lo unico que sentia dejar atras, porque ahora ella iba a estar sola.
Se lo habia propuesto: <<Vente con Natalia y conmigo.>> Y ella le habia contestado: <<Mi puesto esta aqui, al lado de tu padre. Sigo siendo su esposa para siempre.>>
<<En las penas y las alegrias, la salud y la enfermedad, la riqueza y la pobreza>>, penso el.
Tropezo con Ernesto de bruces. Fue un choque indoloro pero lleno de ecos. Los dos se reconocieron al instante. Los dos ahogaron toda emocion que no fuera la de la sorpresa. No era hora de que Ernesto estuviese alli. Y en cuanto a el...
El hijo secreto, dijo su hermano mayor.
No seas ridiculo, Ernesto.
¿Po que no vienes de visita cuando estemos todos'
Yo no vengo de visita. Esta es mi casa, le recordo Elias.
Ya no.
No esperaba aquella sequedad, pero fue mayor todavia el desprecio destilado en los ojos de Ernesto, que lo alcanzo de lleno y le hizo daño.
De acuerdo, suspiro. Puesto que me voy, supongo que es asi.
¿A donde vas?
A Oaxaca.
¿A Oaxaca?, lo miro como si estuviese loco. ¿Que diablos vas a hacer tu en Aoxaca?
Trabajar en la recuperacion de las ruinas de la zona.
Ernesto lo observo de hito en hito.
¿Hablas en serio?
Si.
¿Vas a tener una vida de m.erda, cuando aqui podrias tenerlo todo?
Ya lo tengo todo, se sintio mas fuerte al decirlo. Natalia y mi trabajo.
Esa estupida te ha sorbido el seso.
Ernesto, no.
¿No, que?
No hables asi de ella, lo previno.
¿Vas a pegarme?, le mostro una sonrisa de superioridad. Aun puedo darte una buena.
Lo se, y no voy a pegarme contigo. Pero no te metas con mi familia.
Oh, si, la familia, movio la cabeza de un lado a otro, adoptando un falso aire de condescendencia. Incluyes en ella a tu querido suegro, claro.
Por supuesto.
¿Y has visto lo que escribio ayer tu querido suegro?
Si.
Ernesto unio todo su desprecio.
Eres un traidor, lo acuso. Deberias saber cual es tu sangre.
Ya lo se, afirmo Elias.
Echo a andar pasando por el lado de su hermano mayor.
¡Eh, espera! ¿Eso es todo?, quiso retenerlo Ernesto.
No, no lo es, reconocio el. Dile a papa que lo quiero.
¿Asi de facil?
El amor siempre es facil. Basta con que sea sincero.
Dio otro paso mas.
¡Estas huyendo, eres un cobarde, siempre lo has sido!, alzo la voz Ernesto. ¡No eres mas que un pusilanime! ¡Y estas loco! ¡Loco!
No volvio la vista atras. Miraba al suelo.
Recordo que siempre miraba al suelo, en casa, de niño, de adolescente, incluso en la guerra, asi que de pronto se sintio libre, fuerte, seguro.
Y levanto la cabeza.
Puntos:
06-08-12 16:48 #10389976 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...172.


Creia que Juanito estaba en casa de la vecina, jugando con su hijo, por lo cual se sorprendio al oir su voz en el instante de abrir la puerta del piso.
No tuvo tiempo de pensar en nada malo, porque el niño se estaba riendo.
Ana cerro sin hacer ruido, se dirigio a la cocina, para dejar las dos cestas con la compra recien hecha en el mercado de San Juan, y despues se oriento a la busqueda de Juanito. El pequeño seguia riendose con ganas, asi que el reclamo la condujo directa hasta el.
No entro en la habitacion. La voz de Sara se unio a la de su hijo.
Y ella seguia haciendole cosquillas...
Juanito se desternillaba de risa. Ana no pudo evitar una sonrisa propia. No llego a abrir la puerta del todo. Estaba ya entornada. Se limito a mirar por el hueco. Sara debia de estar leyendole un cuento, porque el libro habia caido al suelo y ahora ella luchaba con el niño, que se debatia entre sus brazos.
Contemplo la escena unos segundos.
Una simple escena de paz, amor, felicidad.
Aparto la cabeza y regreso a la cocina, aunque no llego hasta su pequeño retiro. Algo la hizo detenerse delante de la puerta de su habitacion. Se encontro dentro sin apenas darse cuenta. Y se vio a si misma en el espejo, reflejada, sentada en su cama con aquella fotografia en las manos.
Juan, su Juan.
Ana paso las yemas de los dedos por aquella superficie plana, igual que si tuviera relieve y pudiera seguir una vez mas el contorno del rostro de su marido. Cuando hacian el amor, le gustaba cerrar los ojos y hacer lo mismo, tocarlo, frente, pomulos, parpados, nariz, labios, menton... Se aprendia de memoria cada pequeño rincon de aquella geografia, cada relieve, cada surco. Juan tenia la piel de un niño, suave, dulce.
Se aferro a su voluntad para no llorar, pero le costo.
A veces, de noche, cuando no podia dormir pese al cansancio, oia amarse a Natalia y a Elias.
A veces le bastaba con ver a su suegro y a Sara, aunque nunca se habian tocado.
A veces.
Y era suficiente.
Juan..., susurro.
Se encontro con aquella mirada risueña, aquella sonrisa ausente de toda fatalidad, aquel rostro sereno y hermoso. Ya nunca lo recuperaria, pero la vida no se habia detenido. La vida continuaba. Tal vez no la suya, anclada en el recuerdo, pero si la de los deemas.
¿Que debo hacer?, le pregunto a la fotografia.
La voz de Juan siempre fue cantarina, agradable, de tono alto y vibrante fuerza. La tenia todavia dentro de su cabeza. Le hablaba.
Pero no lo hizo en esta ocasion.
Asi que Ana supo que la respuesta estaba en si misma.
Beso la fotografia y la dejo sobre la mesita de noche. Suspiro antes de levantarse de nuevo sin querer luchar mas contra lo evidente. Ella no era una mala persona; nunca lo habia sido. La amargura no tenia nada que ver con ser o no ser una mala persona. Y en cuanto a las respuestas... Hacia tiempo que las tenia. Una vez comprendidas las preguntas, todo habia resultado mas facil.
Y ya era hora de enfrentarse a ellas.
No fue a la cocina. Regreso a la habitacion de Juanito. Habian dejado de hacerse cosquillas, pero la escena mantenia el mismo calor humano. Sara tenia el libro entre las manos y le leia al niño un cuento mientras el, tumbado en la cama, seguia cada una de sus palabras con embeleso. Ana entro en el cuarto sin llamar.
Y al hacerlo Sara dejo de leer.
He ido a buscarlo a casa de la vecina y estabamos..., comenzo a decir de forma atropellada.
Ana no respondio nada.
Solo llego hasta ella, la miro a los ojos, le sonrio con abierta ternura, la abrqazo con todas sus fuerzas y le dio un beso en la mejilla.
Eso fue todo.
Despues se marcho dejandolos de nuevo solos.
Puntos:
08-08-12 17:36 #10405604 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...173.


Lorenzo tenia la vista fija en el desconchado del techo de su habitacion. Era un desconchado artistico, surrealista. Segun la luz, se parecia bien a un monstruo de dibujos animados, bien a un redondo personaje de historieta. Al anochecer surgia esperpentico. Al amanecer se iluminaba risueño. Siempre cambiante. No habria sido la primera vez que le contaba algo. En esta ocasion, sin embargo, su mente estaba muda, quieta, suspendida del tiempo y del espacio. Todo su ser latia bajo minimos. Imagino que su pulso rondaba la escala mas baja.
¿Cuanto tiempo llevaba sin tomar decisiones?
¿Cuanto, a la espera de que el destino decidiera por el?
No movio ni un solo musculo cuando oyo los tres golpes en la puerta. No hablo.
¿Lorenzo? ¿Estas ahi?
Reconocio la voz de Rosita. Eso lo hizo reaccionar. Se incorporo de la cama de un salto, aunque no fue necesareo que acudiera a la puerta para abrirla ni tuvo que recordarle a ella que nunca echaba el pestillo. Su primer amor mexicano entro y se encontro con sus ojos sorprendidos. Cerro la puerta a su espalda y se quedo quieta.
Lorenzo contemplo su ardiente belleza, aquella frescura natural y salvaje. Lo hizo a pesar del ojo cerrado y violaceo, el labio partido y el pomulo inchado como si debajo hubiera crecido un huevo. Ni los daños, siempre externos, podian cambiar tanta hermosura, aunque ahora la estropeasen produciendo desagrado.
La extraña sensacion de que el mundo debia de haberse vuelto loco.
Lorenzo..., Rosita empezo a llorar.
Ven, le pidio el.
Lo obedecio. Abandono la proteccion de la puerta y la pared y llego hasta su cuerpo. Lorenzo le abrio los brazos antes de que la mujer se rindiera bajo aquel deseado calor. Cuando esos brazos se cerraron sobre ella, se hundio por completo. Lloro. Lloro mientras el le acariciaba el pelo, la espalda, y le besaba la frente con una ternura que ya tenia poco de amante y daba paso a una dimension mas profunda del amor. Quiza la de el padre.
No hubo preguntas.
Hasta que Rosita se hubo vaciado.
Entonces ella se aparto para mirarlo.
Viene a por ti, susurro con la voz ardiendole en la garganta.
¿Por que?
Estoy esperando un hijo, y por alguna razon...Manuel cree que es tuyo.
¿Le has dicho que no nos hemos tocado desde que estas con el?
Se lo dije, pero no me creyo. Se puso como un loco. Me golpeo...
Rosita.
¿Si?
¿Lo amas?
No, ya no. Cayeron dos nuevas lagrimas por sus mejillas. Puede que nunca lo quisiera, que todo fuera una pataleta, miedo a estar sola y convertirme en una quedada. Iba a dejarlo, Lorenzo. Iba a hacerlo cuando hace unos dias descubri que estaba embarazada y eso lo cambio todo.
¿Por que iba a cambiarlo?
Me entro la angustia.
Tenias que haber acudido a mi.
Y aqui estoy.
Pero para decirme que el quiere matarme.
¿Que vas a hacer?
La pregunta coincidio con un acceso de lagrimas que no pudo devorar. Se le atragantaron y la hicieron toser. Lorenzo la sento en la cama. La misma cama en la que, al comienzo, tantas veces habian compartido la vida. Se la habia llevado al cambiar de habitacion. Algo debio de transmitirle porque ella se estremecio y cerro los ojos.
¿Sabe Manuel que estas aqui?
No. Se puso como loco, me golpeo, dijo que te mataria, pero despues se fue a tomar.
De acuerdo, asintio Lorenzo. Ahora vete a casa, cariño.
Rosita le mostro todo su miedo.
¡No!
Has de hacerlo. Me ayudaras mas si te quedas alli.
Volvera para golpearme.
No antes de que lo intente conmigo.
Lorenzo...
Confia en mi, ¿quieres?
Es una bestia. Es malo. Los celos lo han devorado una y otra vez. Te matara.
No dejare que lo haga.
¿Tendras cuidado?
Rosita. La abrazo y volvio a acariciarla. Ahora lo siento, ¿sabes? Si pudieras perdonarme.
Nadie tiene la culpa de que las cosas sean como son.
Ella lo rodeo con sus manos. Hubo una parte de deseo, pero mucho mas de alivio y de paz.
Lorenzo miro el desconchado del techo. La ultima pregunta, la ultima respuesta. Ahora todo estaba claro. El camino que debia seguir. Una vez mas, el destino habia decidido por el.
Escucha, continuo acariciando a su amiga, es posible que deba irme antes de lo previsto, tal vez dentro de un par de dias. Solo es una precaucion, una remota alternativa. Si es asi, necesitare mi dinero.
Esta bien guardado, Lorenzo. Nunca toque nada. Lo sabes.
Lo se, aunque no me habria importado que lo utilizaras mas.
Cuando quieras, ven a mi casa.
Bien, musito el.
Continuaron quietos, fundidos en aquel abrazo, apurando el ultimo calor, a pesar de saber que ya todo estaba dicho.


"Ese hijo...¿era de Lorenzo?
No, por supuesto.
Antes de eso, el ya habia decidido marcharse.
Sabia que iba a suceder, y sabia que iba a hacer. No tenia otra solucion. Lo de Rosita, y despues lo de Manuel, no tuvo nada que ver.
Pero ¿por que tomo partido?
Porque era un hombre que lo tomaba, siempre, en los momentos culminantes. No podia limitarse a no hacer nada o ver pasar la vida sin mas. Era asi. Lorenzo respetaba a los Valeriano Puig del mundo, aunque trabajase, por necesidad o por no tener otra cosa que hacer, con los Alcaraz o los Santoña.
Creia que el primer embarazo fue el de Natalia.
Rosita no forma parte de la familia. De la historia, si, pero de la familia no, asi que es cierto: el primer embarazo fue el de Natalia, y coincidio en espacio y tiempo con el de Rosita. No se si te has dado cuenta, pero en todo esto casi nunca los hechos han sobrevenido en solitario, siempre se han producido de dos en dos, o arrastrandose unos con otros.
¿Cuando lo supo Natalia?
Precisamente aquel dia.
Extraño.
No, curioso si, extraño no".
Puntos:
09-08-12 16:56 #10409339 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...174.


Al ver aparecer al medico, con su sonrisa flotante debajo del bigote, Natalia supo que todas sus sospechas acababan de convertirse en certezas.
Señora Alcaraz, el hombre la tomo de la mano. Mis mas cordiales felicitaciones. Esta usted en estado de buena esperanza.
Sonrio, arrastrada por la felicidad del medico, aunque noto la flojedad de sus piernas de inmediato. Se sento en la silla para vencerla y siguio escuchandolo mientras flotaba en una nube multicolor en la que no faltaban las mas negras dudas.
... asi que, ahorita, a esperar que la naturaleza siga su curso.
Doctor Menendez, ibamos a mudarnos dentro de unos dias.
No veo ningun problema en ello. El medico abrio y cerro las manos. Es usted joven, fuerte, y el proceso ya sabe que se prolonga nueve meses, se rio de su aparente chiste. Usted hagale su vida normal hasta que la barrigota ya me le pese demasiado.
Gracias, doctor.
Pero vaya donde vaya, visitese regularmente.
Lo hare.
¿Cual es su destino, si puede saberse?
Oaxaca.
Linda, asintio el hombre.
Mi marido va a trabajar con un equipo de arqueologos en la restauracion de las ruinas de Monte Alban.
Hermoso patrimonio, si. No deje de visitar el arbol de Tule, a unos pocos kilometros de Oaxaca. Tiene un perimetro de 46 metros. Se necesitan treinta personas con los brazos extendidos y tocandose con la punta de los dedos para rodearlo. Y tiene dos mil años de edad. Alla los lugareños le llaman el gigante.
Habia oido hablar del famoso arbol de Tule, y le encantaba escuchar historias y aprender de los que mas sabian.
Pero ahora lo que mas deseaba era salir corriendo de alli.
Gracias, doctor Menendez.
Fue un placer, el hombre se puso en pie de nuevo. Siempre es grato darle buenas nuevas a una mujer tan joven y bonita como usted. Mis felicitaciones a su marido.
Se despidio y abandono la sencilla consulta. La mayoria de los exiliados iban al Centro Medico Farmaceutico de la calle Guadalquivir, o al Ramon y Cajal, mas conocido como Sanatorio Nuevo Leon por estar en esa avenida, o la mas reciente, la Benefica Hispana, inaugurada en enero del 42, pero ella preferia un simple profesional de los de siempre. Y Sara le habia recomendado ese.
La flojedad en las piernas no reaparecio hasta llegar a la calle. Se apoyo en la fachada del edificio y calmo la espiral de sentimientos que se estaba levantando en su animo. Desde alli podia verse la famosa plaza de toros de la ciudad, El Torero. No le gustaban los toros. Ni a ella ni a los suyos. Asi que la vision del coso la obligo a ponerse de nuevo en marcha rumbo a la parada del tranvia, casualmente de la linea Peralvillo-Oaxaca, que la dejaba en el centro.
Un hijo. Un hijo en el momento de irse para empezar realmente su nueva vida.
Fue en algun lugar de aquel trayecto en tranvia cuando decidio no decirselo a Elias. No hasta llegar a Oaxaca y empezar a trabajar. No hasta que se hubiesen instalado. Un hijo no podia cambiar nada; no debia cambiar nada.
Eso la hizo sentirse mejor, aunque no por ello menos asustada.
Puntos:
10-08-12 16:26 #10412987 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...175.


Acabo de cenar en su habitacion, como siempre, y cuando Maria entro para retirarle la bandeja se lo pregunto:
¿Que tal la noche?
Floja, fue sincera su asistenta.
Me lo estaba pareciendo. Antes no he visto mucha actividad.
Y es extraño. Hoy es uno de los dias de la semana habituales para algunos.
Como Sebastian Salinas, dijo su nombre Berta en voz alta.
Asi es.
Berta se incorporo. Fue a la ventana, aparto la cortina y miro a la calle. Por aquel lado siempre habia mas calma que por la fachada principal. Aun asi, la noche se le antojo mas oscura que de costumbre. Eso la hizo tener un ramalazo de frio.
Es como si todos se hubieran quedado en casa a la vez, musito.
¿Decia, señora?
No, nada, Maria. Ahora bajo a mi despacho.
De acuerdo, señora.
Maria la dejo sola. Abrio la ventana y se asomo al exterior. No se movia ni la vida, ni mucho menos una brizna de viento. Vio a un hombre con un sarape tumbado en el suelo. Uno de los borrachos habituales. Casi por instinto recordo otras noches, lejanas, distantes, en España. Noches que ya no iban a volver.
Aunque ni siquiera en ellas tuvo la sensacion de haber sido feliz.
Un dia te daras cuenta de que todo ha pasado y de que ya sera tarde, volvio a decir para si misma.
Perdio unos pocos segundos mas antes de meterse en la habitacion y cerrar la ventana. Segundos de luces y sombras.
En Mexico, los malos augurios casi podian tocarse una vez se presentian. Por esa razon, el pais entero celebraba como una fiesta el Dia de Todos los Santos, la Gran Efemerides de los Difuntos, con mayusculas, y comian calaveras de azucar.
Un pais que se reia de la muerte porque la conocia bien.
¿Que vais a hacer?, le pregunto al aire.
Abandono su habitacion despues de comprobar su aspecto por ultima vez, cincelo su mas refulgente sonrisa como madame de Casa Flora y descendio la escalera de su piso privado hasta el siguiente nivel, en el que se encontraba su despacho, los salones y las principales habitaciones de lujo. Por experiencia sabia que un solo cliente merecia siempre lo mejor. Siempre.
O no regresaban.
Puntos:
11-08-12 17:23 #10416042 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...176.


Valeriano salio un poco mas tarde que de costumbre de El Independiente. Habia dudado mucho en el tono de aquel articilo, y a poco de darlo por concluido y antes de pasarlo a maquetacion y tipografia, todas sus reservas se le convirtieron en certeza, con lo cual opto por regresar a la mesa en la que trabajaba y lo reviso. De la revision habia pasadado practicamente a reescribirlo de nuevo. Todavia con dudas acerca del tono, pero mucho mas satisfecho por el contenido y la estructura, se resigno a lo inevitable. Asi que la noche lo recibio con una caricia de soledad al sunergirse en ella y echar a andar rumbo a su casa.
Se movio por inercia. Solia hacerlo. Su cuerpo y sus pasos seguian la ruta establecida. Su mente, mientras tanto, cabalgaba a lomos de sus inquietudes o de aquello que lo persiguiera en esos instantes. A veces pensaba en la ultima carta de Jofre, llegada tanto tiempo atras, cuando aun era posible sin que la guerra lo impidiera, y recordaba el pesimismo de su hermano, la distancia que lo hacia todo eterno, la repeticion de lo ya sabido: que Ismael, si vivia, estaba en algun lugar de Europa, luchando o prisionero. Quedaba la esperanza, siempre ella, pero cada vez menor. Jofre resistia. Solo. Ellos sobrevivian juntos, pero tambien de alguna manera solos. Habia tanto en cada una de aquellas cartas que ahora ya ni siquiera llegaban debido al bloqueo de los mares y de los cielos.
Ensimismado, ausente, el eco de sus pisadas lo acompaño formando un marco estatico en cuyo centro gravitaba el. Una calle, dos, una esquina, dos, otra calle.
Oscura y silenciosa, por la hora, y por ser poco importante.
Los dos hombres que lo habian seguido desde el periodico aceleraron la marcha. Valeriano no presto atencion a los signos de lo evidente. La primera constancia que tuvo de que algo andaba mal fue el golpe en su espalda. Lo abatio de bruces. Bastante hizo con protegerse de su impacto contra el suelo, aunque no evito el daño. Una vez en el no pudo ni darse la vuelta. Uno de los hombres lo aplasto con su peso; el otro le agarro la mano derecha y se la extendio tirando de ella.
¡Quieto!, ordeno el de la espalda.
Sera rapido si no te mueves, le aconsejo el de la mano.
Aun asi, quiso mirarlos. No pudo; el de la espalda le sujeto la cabeza como si quisiera undirsela en tierra.
Escribes demasiado, pendejo, rezongo el de la mano, que hablaba mas tranquilo. Asi que vamos a arreglar eso primero.
Valeriano noto como le tiraba de los dedos, para evitar que cerrara el puño. No entendio el significado de aquello hasta que el se lo dijo:
No grites, o sera peor. Solo sera un crujido nomas.
Iban a destrozarle la mano. Asi de simple. Iban a machacarle su mano derecha. Y habian dicho <<primero>>
Sintio rabia, desesperacion, y penso en Natalia, en Ana, en Juanito... y sobre todo en Sara.
¡Fregasela duro!
Espero el golpe. Aguardo el momento en que todo empezase y terminase. Cerro los ojos. Iba a suceder... Y desde luego algo sucedio, a su derecha y a su espalda. Inicialmente fue un gemido, y con el, la presion en su brazo desaparecio. Lo segundo fue una imprecaciion, y con ella, el de la espalda dejo de estar ahi.
¡Ah!
¡Pero que...!
Valeriano se sintio libre. Se dio la vuelta, dispuesto a levantarse y echar a correr. Pero lo que vio lo paralizo de nuevo.
Un hombre encapuchado peleaba con uno de sus dos agresores. El otro yacia en el suelo, inmovil, despues de que su defensor le hubo dado con un palo en la cabeza. Probablemente no pudo hacer lo mismo con el segundo, de ahi la lucha.
¡Cutero hijuep.ta...! ¡Te voy a cachar!
El hombre de la capucha resistio el envite, y la lluvia de golpes de su agresor. Parecio esperar el momento, aun estando contra la pared. Y este llego en un simple despiste de su oponente. Le basto fingir que cedia para luego meter un puño por entre los de su rival, y antes de que este se recuperara del impacto, un tremendo gancho de derecha lo noqueo incluso antes de llegar al suelo.
El tipo se desplomo como un fardo encima de su otro amigo.
Valeriano miro a su salvador.
Levantese y vayase, le ordeno el hombre del pasamontañas.
¿Quien es usted?
¿Importa eso? Le tendio una mano para ayudarlo a levantarse.
Si.
El hombre se quito el pasamontañas.
Y Valeriano regreso al Sinaia, a una noche, en la cubierta, en la que...
¿Usted?, quedo boquiabierto.
¿Se acuerda de mi?, se extraño Lorenzo.
Mal periodista seria si no recordara una cara.
Lorenzo lo miro con simpatia.
Deberia cuiidarse mas si es que esta dispuesto a meterse en lios.
¿Como sabia...?
Sin preguntas, señor Puig. Y a ser posible, no hable de mi. Favor por favor, ¿de acuerdo?
Estoy en deuda con usted, reconocio el periodista.
No, dijo Lorenzo. Ahora estamos en paz.
Una gota de sangre bajo de la frente de Valeriano hasta su ojo izquierdo. Alzo una mano por instinto, para apartarla de el. Entonces descubrio la herida de la cabeza, producto del choque con el suelo o de su aplastamiento para inmovilizarlo.
¿Se encuentra bien?, pregunto Lorenzo.
Si, lo tranquilizo Valeriano. No es nada, salvo el susto.
Uno de los dos agresores gimio y empezo a moverse.
Vayase a su casa, y cuidese, dio por terminada la charla Lorenzo.
Espere.
No le hizo caso. Echo a andar calle arriba.
¿Donde puedo encontrarlo?, alzo la voz Valeriano.
No puede, le respondio el de espaldas, sin dejar de caminar.
El hombre de el suelo volvio a gemir.
Valeriano ya no espero mas.
Siguio su camino, en direccion contraria, a la mayor velocidad que sus temblorosas piernas le permitieron.
Puntos:
12-08-12 16:23 #10418257 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...177.


Ana se aseguro de que Juanito estuviese dormido antes de salir de la habitacion. Lo hizo despacio. No siempre era sencillo hacer que el pequeño calmara sus impetus. Cada vez la desbordaba mas y mas aquella energia que le recordaba tanto a su padre. Fue a la salita. Al pasar por delante de la puerta del despachito de su suegro vio a Natalia repasando una vez mas los articulos del inminente numero de Nuevo Pensamiento. Eso la hizo detenerse.
Se te van a caer las pestañas, susurro desde la puerta.
¿Se ha dormido?
Si, Ana puso cara de agotamiento.
¿Quieres que escuchemos la radio?, propuso Natalia, levantandose.
Muy bien.
Cerraron la puerta del despachito y caminaron juntas hasta la salita. El reloj de pared les anuncio lo tarde que ya era.
A papa se le habra complicado el trabajo, menciono Natalia.
Y el pobre Elias, tan liado con lo del viaje...
Te voy a echar tanto de menos, Ana, se detuvo ella. Y a Juanito tambien.
No tendras tiempo.
Si no fuera porque estoy segura de que lo que hacemos es lo mejor para Elias...
Teneis que vivir vuestra vida.
Lo se.
Se detuvieron frente al aparato de radio, pero ninguna de las dos hizo el gesto de ponerlo en funcionamiento. La fotografia de Teresa Prades presidia el pequeño ambito en torno al cual se reunian para escuchar musica o los programas informativos que hablaban de la guerra en el mundo. Una guerra cada vez mas favorable a los defensores de la libertad. Muy cerca, en la mesita, el resto de los ausentes lanzaba el grito de su silencio: Juan, Carmen, Ismael, los padres de Ana...
Natalia...
Lo que iba a decir murio en sus labios. Oyeron el sonido de la puerta del piso al abrirse y reaccionaron al unisono. Caminaron en direccion al pasillo para darle la bienvenida al cabeza de familia. Se lo encontraron cuando iba a entrar en el servicio.
Fue el gesto, la mano en la cabeza sosteniendo el pañuelo, la sangre, lo que las alarmo a las dos.
¡Papa!
¿Que te ha sucedido?
Se abalanzaron sobre el. Valeriano, que pretendia entrar en el servicio sin asustarlas, no pudo hacer nada para detener aquel alud de preocupacion y cuidados.
No es nada, tranquilas, me he caido.
¿Como que te has caido?, fruncio el entrecejo su hija.
He tropezado, eso es todo.
¿Estas bien?
No lo estaba. El susto seguia emergiendo, imparable. De pronto era como si todo se viniera abajo. Su seguridad, su fuerza, su valor. Trato de dominarse.
¡No pasa nada, tontas!
Pero la sangre era demasiado escandalosa. La sangre bastaba siempre para desatarlo todo. Unas gotas, rojas, dramaticas, cambiaban cualquier nocion en torno a la realidad.
¡Avisa al medico, Ana!, ordeno Natalia.
Pero..., quiso impedirlo el.
¡Papa!
Ana ya corria en direccion al telefono. Natalia entro en el pequeño servicio para lavarlo y limpiarle la herida a su padre. El hombre acabo resignado.
Estaba en su casa.
Puntos:
13-08-12 18:47 #10421603 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...178.


Lorenzo tenia abierto un ojo en la nuca desde que sabia que Manuel, tarde o temprano, iria a por el. Y sabia que en su caso, ciego de celos y de odio, seria mas bien lo segundo que lo primero. Pese a todo, mientras se dolia por el puñetazo dado a Justiniano, abriendo y cerrando la mano derecha para comprobar que no tuviera nada roto y con los nudillos enrojecidos y dañados, estuvo a punto de meterse en el callejon que conducia a su pension sin tomar las precauciones que de momento lo mantenian con vida.
Se detuvo en la misma esquina y metio la cabeza para atisbar las sombras.
Podia dar un rodeo, eludir aquel paso, pero queria zanjar cuanto antes aquello. Habia estado buscando a Manuel sin exito. El padre del hijo que esperaba Rosita no se dejaba ver. Eso era lo que le hacia peligroso, por impredecible.
Transcurrieron unos segundos.
Hasta que vio el movimiento, apenas perceptible. Un pie o algo parecido, cambiando de posicion en la oscuridad bañada de lejos por un par de distantes luces.
Podia meterse en el callejon, en guardia, y detenerse antes de llegar a Manuel para llamarlo y tratar de convencerlo. Podia rodear el lugar y entrar por arriba, al amparo de las mismas sombras, sorprendiendolo, puesto que el lo esperaba por abajo. Podia llamarlo desde alli mismo.
Ninguna de las tres opciones era buena.
Y, sin embargo, la cita resultaba ya ineludible.
Suspiro. Le dolia la mano. A Chivo lo habia dejado inconsciente con el golpe en la cabeza, pero a Justiniano... Y era duro, muy duro. El pedazo de bestia tenia una buena mandibula. Eso y el tiempo que hacia que no peleaba con nadie. Los nudillos seguian enrojecidos y el del dedo medio, el mas salido, estaba un poco despellejado. Otra pelea seria definitiva.
Dos en una noche.
Increible.
Opto por la opcion de dar un rodeo y sorprender a Manuel por la espalda. Si el muy id.ota llevaba una pistola, no tendria muchas posibilidades. Asi que echo a correr por la calle, doblo la primera esquina a la izquierda, llego a la siguiente, hizo la misma operacion, y ya en la tercera esquina, la de el callejon por arriba, volvio a mesurar cada gesto, cada paso, cada una de sus respiraciones. Pegado a la pared, una vez ubicado el punto exacto donde estaba apostado Manuel, bajo tan despacio como le fue posible. Debio de tardar una eternidad, pero consiguio detenerse a unos tres metros de su enemigo.
El ultimo calculo. Echarsele encima y aprovechar el factor sorpresa, o hablarle y hacerle ver que sus sospechas eran infundadas, pero beneficiandose tambien de ese mismo factor sorpresa al mantener la iniciativa.
Manuel no iba a entrar en razon.
Lorenzo dio el salto.
El mexicano volvio la cabeza antes del impacto. No lo evito, pero al menos se guarecio lo justo. Los dos hombres cayeron al suelo y Manuel se puso a dar golpes y patadas para sacarselo de encima. Lorenzo intento dominarlo sin exito. Preparo el puñetazo. Fue inutil. Como si llevase mil serpientes en el cuerpo, su oponente se zafo lo ujusto y logro conectarle un rodillazo seguido de un codazo.
Lorenzo perdio la iniciativa. Y cuando quiso recuperarla, Manuel ya tenia el cuchillo en la mano.
Se pusieron en pie, lentamente, mirandose el uno al otro. En la oscuridad, la escena adquirio visos de pesadilla.
No lo hagas, Manuel, fue el primero en hablar.
Pendejo de m.erda, te la beneficiaste en mi cama, el mexicano hablo como si cada palabra surgiera de un latigazo previo. ¿Me diras que fue un tirito, nomas? ¿Cuanto tiempo llevabais poniendome el cuerno?
Es tuya, Manuel. Desde que me dejo no la he tocado, y deberias saberlo y dar gracias, y tambien deberias quererla porque es la mejor persona que he conocido, aunque eso, a ti, imagino que debe de resultarte dificil.
Hablas bien, solo eso.
Daban vueltas en torno a si mismos: Manuel, encorvado, con el cuchillo en la mano derecha; Lorenzo, mas erguido, siguiendolo sin perderlo de vista.
No se que vio en ti, m.erdoso c.bron pelado, pero se acabo. Primero voy a descuajarigarte la cara, para que te vayas al infierno gacho. Despues te quiebro del todo y adios.
Mira mi fierro, miralo porque te va a despellejar.
Movio la mano derecha hacia adelante y el dio un salto hacia atras. Los dos repitieron la accion. El callejon no era un buen terreno. El suelo estaba accidentado. Lorenzo lo comprobo al tropezar y trastabillar.
Lo suficiente para que Manuel lo atacase a fondo y sin reservas.
Aparto el cuchillo lo justo, aunque no del todo. La hoja no se hundio en su pecho, pero si en la parte externa de su costado izquierdo, atravesandole la carne de lado a lado. Sintio el dolor, el fuego, y eso le hizo perder todas sus reservas. Con el puño derecho golpeo la cara de su antagonista para sacarselo de encima.
Lo logro parcialmente.
A Manuel ya no le importaban los golpes. Solo matarlo.
Levanto la mono para asestar el nuevo cuchillazo.
Y entonces se quedo quieto, rigido.
Lorenzo no perdio el tiempo. Con la izquierda atrapo el brazo armado. Con la derecha volvio a darle un puñetazo. Noto que el brazo ya no tenia tension, y que el rostro apenas si mantenia una minima consistencia. Los ojos del mexicano adquirieron un tono vidrioso aun antes de ese impacto.
Manuel cayo de lado, el cuchillo resbalo de su mano y se quedo inmovil. Lorenzo reculo para ponerse en pie. Cuando logro hacerlo vio dos cosas: la primera, que otro cuchillo sobresalia de la espalda de Manuel; la segunda, que un hombre se acercaba recien salido de las sombras.
La herida del costado ya le estaba abrasando.
¿Quien es usted?, pregunto Lorenzo.
Un amigo, lo saludo el aparecido.
No tengo amigos, ni creo en las casualidades.
Esa herida sangra mucho, señalo el hombre. Necesita que un medico le eche un vistazo.
No.
¿Quiere morirse?
No voy a morirme por eso.
Tampoco esta bravo como para ir a una fiesta.
Tenia razon. Lorenzo lo comprendio. Estaba empapado en sangre, y comenzaba a sentir el hormigueo de la debilidad. Asi que la herida era mas grave, o peor de lo que imaginaba segun lo que hubiese cortado. No podia enfrentarse solo a todo aquello. Y mas con el cadaver de Manuel alli en medio.
No me lleve a un hospital. Harian preguntas y avisarian a la policia, accedio.
No pensaba hacerlo. El hombre se le acerco para ayudarlo. Voy a dejarlo aqui unos minutos, ire a por mi carro y me llevare el cuerpo para echarlo en alguna barranca donde no lo encuentren.
Lo apoyo en la pared y lo ayudo a sentarse. Despues hizo lo mismo con el cadaver de Manuel, al que le quito el cuchillo, lo limpio y se lo guardo. Si alguien pasaba por alli, podia creer que eran dos borrachos durmiendola. Lorenzo lo vio marcharse sin entender nada, pero sabiendo que seguia vivo.
Empezo a perder el conocimiento antes de que su salvador regresara.
Y lo perdio del todo ya tumbado en el asiento trasero del automovil, despues de que el hombre metiera a Manuel en el maletero. No tenia ni idea de adonde lo llevaba, pero eso ya era lo de menos.
Puntos:
14-08-12 16:46 #10424487 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...179.


Chivo no dejaba de tocarse la cabeza. La tenia dura, pero el golpe habia sido tremendo. De hecho no recordaba nada, salvo el despertar en la calle, con Justiniano echandole agua. El propio Justiniano no tenia mejor aspecto. La huella violacea de su quijada se extendia igual que una mancha de aceite. Pero lo peor era la cara de don Rafael. No estaba acostumbrado a fallar; nunca lo habia hecho. Sentia vergüenza. Impotencia.
Me dicen... ¿que?, pregunto, incredulo, su dueño.
No lo esperabamos, patron, dijo Justiniano. Cuando quisimos darnos cuenta, Chivo ya estaba ausente, y el me la tenia ganada conmigo. Apenas si pude volverme. Pelee pero el tipo era bronco y llevaba ventaja.
¿Y Valeriano Puig?
Se zafo. Anduvimos a punto pero el otro lo evito.
¿Quien os ataco?
Justiniano y Chivo intercambiaron una rapida mirada.
No lo sabemos, respondio el primero. Llevaba la cara tapada con una capucha.
Tuvo que aparecer de la nada, apunto Chivo. No lo oimos llegar.
¿Pensais que fue una casualidad?
Yo no diria eso, jefe.
O sea, que el periodista iba protegido.
¿Protegido?
¡Un guardaespaldas, hijuep.ta!, grito don Rafael por primera vez.
Justiniano y Chivo volvieron a mirarse.
No hubo respuesta.
Patron, hablo de nuevo Justiniano, usted sabe que a mi no me tumban asi nomas a la primera.
Es cierto; tienes la cabeza como una piedra, reconocio don Rafael.
Pues el tipo me pego duro y habil con el puño. Y sabia como y donde hacerlo.
¿Que quieres decir?
Le digo que me puso a dormir un profesional.
De acuerdo, no era uno que pasaba por la calle en ese momento. Asi que Puig llevaba las espaldas cubiertas. ¿Y que?
El tipo sabia boxear, patron.
Las palabras de Justiniano quedaron flotando entre ellos; tenian densidad propia, casi pudieron tocarlas. Un peso que para don Rafael se hizo mas y mas ostensible.
¿Andan seguros de eso?
Chivo no dijo nada.
Si, afirmo Justiniano.
Don Rafael cerro los ojos. Necesitaba mirar hacia adentro; mirar en la misma direccion que sus contradicciones. Sus dos subordinados se mantuvieron muy quietos, aunque a Chivo le dolia cada vez mas la cabeza y a Justiniano la quijada amenazaba con descolgarsele de la cara.
La noche era cerrada, pero en casa de su amo lo parecia mucho mas. Cerrada y negra como su animo.
Busquenme a Lorenzo, pidio don Rafael.
Puntos:
16-08-12 16:39 #10430282 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
Capitulo...180.


Valeriano abrio los ojos.
La habitacion estaba en penumbra, pero el dia debia de llevar un buen rato en movimiento, porque la luz que se filtraba por la ventana era muy fuerte. Permanecio quieto un instante, intentando recordar por que le dolia la cabeza, y por que seguia en cama a una hora tan tardia, y por que Natalia estaba sentada en una butaca durmiendo vestida.
Se movio y entonces la punzada en la sien le hizo revivir todo lo sucedido la noche anterior.
No estaba soñando. Era real.
Natalia, llamo.
Fue un susurro, pero, resulto suficiente. Como si su hija tuviera la sensibilidad a flor de piel o estuviese en guardia, desperto de golpe, casi con brusquedad. Se lo quedo mirando antes de reaccionar impulsando todos sus musculos a la vez.
¡Papa!
Natalia se le echo literalmente encima. Se sento en la cama, le paso una mano por la frente, bordeando el vendaje, y lo cubrio con una mirada de tranquilidad mezclada con otra exactamente igual de preocupacion; una curiosa dualidad.
¿Has estado toda la noche ahi?, lamento el.
El medico dijo que un golpe en la cabeza siempre es un golpe en la cabezqa, corto su conato de protesta. ¿Como te encuentras?
Bien.
¿De verdad?
Nom fue nada, mujer.
Natalia suspiro con gravedad. Fue una larga bocanada de aire saliendo de sus fosas nasales. Debian de haberlos oido, porque la puerta se entreabrio y por ella asomaron Ana y Elias.
¿Se ha despertado?, pregunto ella.
Ahora mismo, les informo Natalia.
Entraron. Elias se quedo de pie. Ana acompaño a su cuñada en la cama. Sus preocupaciones se entremezclaron.
¿Quereis dejar de poner esas caras?, intento infundirles valor Valeriano.
¿Recuerda algo mas, padre?, pregunto Ana. Anoche dijo que apenas si sucedio todo en unos segundos.
¿Que mas quereis que os diga?
¿Quien lo ayudo?
La defensa del accidente no habia sido muy consistente. El medico acabo de desbaratarla. Natalia tampoco era tonta, ni Ana ni Elias. Valeriano se daba cuenta de algo mas: tal vez ellos tambien estuviesen en peligro. No siempre se hace daño directamente a quien molesta. Hay muchas formas de hacer ese daño.
¿Recordais aquel hombre del Sinaia, la noche antes de que naciera Juanito?
¿El suicida?
Si.
¿No me digas que...?
Fue el, Natalia, asintio Valeriano.
¿Volviste a verlo alguna vez desde que llegamos?
No.
¿Una casualidad?, se mostro incredula Ana.
¿Creeis en la casualidades, de noche, a esa hora y en solitario?
¿De que hombre hablais?, quiso saber Elias.
Papa evito que uno saltara al agua en el barco.
¿Y ese hombre es el que anoche lo ayudo?
Las miradas cruzadas fueron silenciosas.
¿Y ahora que, papa?, pregunto Natalia.
Querian asustarne, eso es todo.
¿Y lo han conseguido?
Esta vez Valeriano no respondio.
Puntos:
17-08-12 16:57 #10433432 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...181.


¿Y si estuviera muerto?
El cielo, forzosamente, tenia que parecerse a todo aquello.
Una cama enorme, sabanas de seda, almohada de plunas, muebles bonitos, de maderas nobles, espejos, cuadros, cristales tallados en las lamparas, detalles caros y en cierta medida nobles.
Si, el cielo debia de ser asi.
Lorenzo hizo un leve ademan un gesto iniciatico para levantarse. No lo consiguio, porque el pinchazo en su costado izquierdo lo atraveso exactamente igual que la acerada hoja del cuchillo de Manuel la noche anterior. Se quedo quieto unos segundos. Luego, con la mano derecha, tanteo la zona herida. Llevaba un vendaje fuerte.
Olia bien. La cama, el aire y el mismo.
¡He!, llamo.
Aparecio una mujer. La puerta estaba entornada, asi que debio de oirlo sin problemas. Su aspecto era de criada. Se le acerco para estar segura de que no era un sueño.
Buenos dias, le deseo. O mejor decir ya buenas tardes.
¿Donde estoy?
No hubo respuesta. La mujer salio de la habitacion. No reaparecio. El tiempo consumio dos o tres minutos tan extraños como el despertar, antes de que se oyeran pasos ahogados por las alfombras.
Y entro Berta.
Lorenzo se la quedo mirando, estupefacto, aunque poco a poco la sorpresa fue dando paso a una concatenacion de hechos y realidades; una suma elemental: el ambiente, la cama, el olor, ella.
Lo alcanzo la furia.
Volvio a intentar levantarse. Esta vez casi lo consiguio.
¿Estas loco?, Berta avanzo sobre el igual que un tanque, solo para estar segura de que no lo lograria. No puedes moverte. Perdiste mucha sangre. Ni siquiera se como aguantaste.
No va a matarme una cuchillada, rezongo el.
No, pero la herida era lo suficientemente mala como para inmovilizarte, que es lo que haras aqui.
¿Aqui?
Si, ¿te molesta?
La tension menguo. Fue un ultimo huracan en busca de algo que azotar. De la misma forma que habia surgido se convirtio en una tregua. Berta siguio a su lado.
Deberia volver a besarte y pegarte, dijo Lorenzo.
¿Por este orden?
No lo se, quiso apartar los ojos de ella pero no pudo. ¿Que estoy haciendo aqui?
Anoche tuviste un poco de agitacion.
¿Ah, si?
¿Desde cuando te dedicas a salvar periodistas y desde cuando quieren matarte a ti despues?
Lorenzo siguio atando cabos. Llego al ultimo.
Tu hombre tambien tuvo una noche movida.
Fue casual,mintio Berta. Pasaba por alli, te reconocio.
Y supo que me conocias, por eso me trajo aqui.
Si, se encogio de hombros.
¿Que hizo con el cadaver de Manuel?
¿Sabias quien era?, dedujo que si. Tienes unos amigos bastante peculiares. Ahora ya no has de preocuparte. Dudo que lo encuentren nunca.
Lorenzo movio la mano derecha. La toco. Los dos superaron la descarga electrica.
Berta.
¿Que?
¿Que es todo esto?
Esto son complicaciones, dijo ella sin ninguna emocion en la voz. Tu andas con don Rafael, con Ramon Alcaraz... Y de noche te transformas y rescatas doncellas.
Valeriano Puig no es ninguna doncella.
Para el caso es lo mismo.
¿Y tu?
Te lo dije: soy libre. Mi unica prioridad.
¿Entonces por que me salvaste?
Yo no te salve. Fue ese hombre.
Me vigilaba.
Berta no dijo nada.
Salinas, Alcaraz, Reyes, don Rafael... todos vienen por aqui, apunto Lorenzo.
No tengo nada que ver con ellos. Dirijo un negocio.
Renacio el silencio. El roce de la mano de Lorenzo se desvanecio. Pero sus ojos siguieron tan unidos como si se penetraran animicamente. La inmovilidad los hizo naufragar durante unos instantes. Fue una leve concesion a los sentimientos.
Parece que haya pasado una eternidad desde el Sinaia.
Pudo haberlo dicho ella, pero lo hizo el.
Si, reconocio Berta.
Se sintio desarmado.
Y los olores le hicieron daño.
He de irme, insistio.
No puedes, el tono de Berta fue muy firme. Lo de la sangre no era broma. Dentro de dos o tres dias estaras bien, pero por lo menoa has de quedarte en cama veinticuatro horas, para darle tiempo a cicatrizar a tu herida.
El deseo fue un iceberg. Asomo una punta a ras de agua. El resto quedo sumergido debajo de ellas. No hubo mas.
Solo aquella contencion.
Ahora voy a decirle a Maria que te prepare algo para comer, dijo Berta sin darse tiempo a mas.
Puntos:
18-08-12 16:48 #10436180 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...182.


El titular de la mañana hablaba del desembarco aliado en Normandia, primer nuevo paso para el comienzo del fin de la guerra en Europa. Pero aun se presumia lejano, duro y dificil. Un año o mas. Y quedaba la battalla del Pacifico contra los japoneses, mas duros y fanaticos.
Mas abajo, en una esquina, el otro pequeño titular era un grito aun mas poderoso para el: <<PERIODISTA, AGREDIDO.>>
Ramon leyo las escuetas lineas. Ninguna informacion adicional; ningun detalle. <<Valeriano Puig, articulista de El Independiente y editor de la revista Nuevo Pensamiento, se salva de una agresion perpetrada por dos desconocidos que lo asaltaron anteanoche cuando regresaba...>
Sintio un sudor frio. Tan frio que se estremecio como no lo hacia desde las noches en el campo de refugiados frances, o el invierno del 39. El ultimo invierno español.
Le tenia miedo a don Rafael. La palabra era sin duda esa; miedo. Pero tuvo que levantar el auricular del telefono y marcar su numero. Una voz le decia que no, y el marcaba las cifras una tras otra.
La espera.
Mas breve que unos dias antes.
¿Que hubo?
Don Rafael, soy Ramon Alcaraz.
Iba a llamarlo, le anuncio el maf.oso.
¿Ah, si?, se extraño.
Primero usted.
Era sobre Puig.
Aja, se limito a decir don Rafael.
¿Que paso?. El periodico no dice demasiado. Ni siquiera sabia...
Su compatriota tuvo suerte. Alguien lo saco del problema.
¿Querian asustarlo o algo mas?
¿Usted que cree?
El corazon le latia muy de prisa. Descubrio que tenia motivos para sentirse asi, pero no se detuvo.
Esto se esta escapando de las manos, se oyo decir a si mismo.
Usted odia a ese chingado.
Pero matar a alguien...
Oiga, Alcaraz, lo corto en seco el tono de su interlocutor. No me ande cuenteando ni se pase de lanza, amigo. A poco me tiene usted ya harto con sus remilgos. ¿Le digo yo como manejar sus asuntos?. Usted dediquese a construir, y dejenos el resto a los que sabemos como solventar los problemas. ¿Me comprendio de una vez?
Lo intento, suspiro Alcaraz.
¡Chinguese Alcaraz!, el grito lo atraveso. ¡Usted haga su chamba que yo hare la mia! ¡Y no vuelva a llamarme nunca! ¡Nunca!
Deseo matarlo. Hacia tanto tiempo, desde la guerra, que no deseaba matar a alguien.
Y ahora escuche, la voz de don Rafael recupero su aparente calma. Se que ayer Lorenzo Vila no vino a la oficina, porque ya me lo informaron. ¿Llego esta mañana?
No, que yo sepa.
Es urgente dar con el, Alcaraz. ¿Alguna idea de donde puede encontrarse?
No, ¿por que?
Puede estar haciendo una guerra por su cuenta.
La noticia le estallo en otra parte de su animo.
¿Lorenzo Vila?
Tengo a mi gente buscandolo por toda la ciudad. Usted ponga a su hijo con lo mismo, por si conoce algo que no sepamos, ya que iban juntos. Y digale que se ande con cuidado. Tal vez sea peligroso. Si lo localiza o sabe algo, que se comunique conmigo. ¿Entendido?.
Sabia que don Rafael no iba a darle ninguna otra respuesta.
Si, de acuerdo, se aturdio por lo imprevisto del tema.
La comunicacion se interrumpio al otro lado de la linea. Ramon se quedo mirando el auricular.
¿Lorenzo Vila?, repitio en voz alta.
Puntos:
19-08-12 17:01 #10438589 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...183.


Berta espero a que Maria descolgara el telefono. Se movio rapido, asi que mato la prolongacion del segundo timbre. Su criada puso la misma cara de importancia con que siempre solia acompañar ese gesto.
¿Alo?
La cara se le transmuto.
Un momentito, por favor.
Tapo el auricular con la mano y miro a su ama.
Don Rafael, exhalo.
Berta arqueo una ceja. Se tomo su tiempo. Primero cogio el auricular de manos de Maria. Despues espero a que Maria hubiese salido de su despacho. Finalmente conto hasta diez, atemperando aun mas su respiracion y sus nervios. Cuando lo hubo dominado todo, lanzo una oleada de frescor con un tono de ingenuidad a traves de la linea.
Don Rafael, siempre es un placer oir su voz. ¿Como esta?
El frescor tropezo con un muro de hielo, y murio en la nada de aquella distancia.
¿Sabe usted donde esta su protegido, señora?
Berta miro el techo, igual que si fuese transparente y pudiera ver su cama, con Lorenzo en ella.
¿Mi que?, se domino.
Su protegido, don Rafael lo repitio mas despacio. Lorenzo Vila.
No es mi protegido.
Señora, por favor. Ahorita mismo la cortesia no es mi fuerte.
Supo que no podia jugar con el. Reyes, Alcaraz, incluso Salinas, eran de otra clase. El maf.oso, no.
No se donde esta, mintio, aferrandose al telefono. Nunca ha venido por aqui. No es mas que un hombre que vi en el Sinaia y que trate de que tuviera una oportunidad.
¿Me esta diciendo la verdad?
Si.
Hubo una pausa que ella no supo como interpretar. Estuvo a punto de llamar a Maria, para que fuese a poner sobre aviso a Lorenzo. Logro mantener la calma.
Señora Gloria, recupero la palabra don Rafael, hablando con una extraña paciencia. En estas horas hay un buen numero de cabos sueltos que no logramos atar de ninguna forma, y otras tantas preguntas que no tienen siquiera una respuesta logica. Y su protegido, lo recalco, ha desaparecido. Asi que son demasiadas coincidencias, ¿no le hace?. Y cada minuto que pasa es peor.
¿Que ha hecho ese hombre?
Es lo que puede haber hecho, y lo que no esta haciendo, canto con su acento mexicano y un tono de nuevo crepuscular, que se movia como un funambulo sobre la cuerda floja de su furia. ¿No leyo el periodico de hoy?
Me levanto tarde.
¿Asi que no sabe lo que sucedio anteanoche?
A esa hora aqui trabajamos, usted lo sabe.
La nueva pausa fue aun mas larga. Berta apreto las mandibulas.
Señora Gloria, si lo ve...
Descuide, don Rafael.
Es por su bien.
Se lo dire.
Me refiero a su bien, señora, no al de Lorenzo.
No era una insinuacion; era una amenaza, directa y concisa.
¿Por que no se pasa por aqui esta noche, don Rafael?, saco de si misma todo su aplomo y caracter. Lo mejor para la tension y los problemas ya sabe lo que es. Y aqui siguen estando los mejores remedios curativos. ¿Le reservo a alguna de mis chicas?
Con Dios, señora, se despidio el hombre.
Con el diablo, hijo de p.ta, musito Berta despues de haber colgado el telefono.




"Eso fue el disparadero.
Finalmente. Ya te dije que Lorenzo y Berta no se vieron hasta que estallo la tormenta. Asi que estamos en las horas previas. Y no fue solo una tormenta; fue una gran tempestad.
Para que tantas personas entren en confliucto, y mas en una partida de ajedrez a tantas bandas, necesareamente ha de producirse un error por parte de una de ellas. ¿Quien cometio ese error?
Es dificil decirlo. Todos tuvieron parte de culpa.
¿Que habria pasado si...?
No, no vamos a especular, ¿de acuerdo?. Paso lo que paso, y es inutil pensar que pudo suceder de otro modo. Lorenzo estaba acorralado; Berta, dispuesta a matar, ahora que parecia que podian estar juntos; don Rafael se sentia herido por la traicion del que habia llegado a considerar casi como un hijo, y los otros tres...
No hablas de Valeriano Puig.
El tuvo el ultimo rayo y provoco el ultimo trueno, pero antes esa tempestad hizo muchisimo ruido.
Asi que Valeriano Puig no se rindio.
Valeriano Puig tuvo una reaccion especial. Se habia visto a las puertas de la muerte; se habia enfrentado al miedo. Las personas obran de formas muy caprichosas despues de algo como eso. Y lo que hizo el fue desear la vida mas que nunca.
Con Sara.
Con Sara, claro. ¿Con quien sino?"
Puntos:
20-08-12 16:35 #10441505 -> 10318426
Por:Jose Manuel Z.L

RE: Los que escaparon...8º
CAPITULO...184.


Sara le quito la venda con cuidado, sin arrancarle de cuajo las tiras de esparadrapo que la mantenian pegada a la piel. Al retirar el ultimo aposito mostro su alivio.
Esta mucho mejor, se alegro.
Ya os dije que no fue nada, insistio el. Un rasguño.
Eso es un buen golpe, no un rasguño. ¿Y el susto?. A veces estas cosas van mas por dentro que por fuera.
Ya paso, dijo Valeriano.
No estoy yo tan segura.
Comenzo a limpiarle la herida en torno a la costra, aunque no habia mucho que hacer y termino colocandole la gasa con la pomada y la nueva venda, que sello con otras cuatro tiras de esparadrapo. Valeriano estaba muy quieto. No recordaba cuando le habia tocado Sara por ultima vez, ni cuando la habia tenido tan cerca. Su cabeza quedaba a la altura del pecho de su compañera de trabajo. Podia sentirlo; podia ver como subia y bajaba siguiendo su respiracion; podia incluso oir los latidos de su corazon.
Pero sobre todo la olia.
Sara olia a vida y libertad.
¿Que vas a hacer?, le pregunto ella dando por terminada su labor.
Ir a trabajar.
Me refiero a... bueno ya sabes.
Querian asustarme, nada mas.
¿Como lo sabes?. Si no llega a ser por ese hombre, igual te matan. No creo que se anden con chiquitas. No aca.
No puedo dejar de ser lo que soy.
¿Un valiente muerto?
Sara...
Me dije que no lloraria, de pronto la mujer contuvo a duras penas sus lagrimas. Pero lo que paso... Tengo mucho miedo.
Lo hizo. Lloro. Primero Valeriano no supo que hacer. Luego si. Sara estaba alli mismo, a unos centimetros de el, rompiendose sola y desconsolada. Extendio las manos y la abrazo. Casi se sorprendio de que ella se deshiciera en sus brazos, fundiendose con su cuerpo. El contacto se convirtio en una comunicacion directa con sus propias almas. Un dialogo final.
Sara, cariño.
Si te hubiera sucedido algo, yo...
La beso en la cabeza, y ella se apreto mas contra el.
Cuando iban a..., bueno, lo que fueran a hacerme, recordo su mano extendida, y las palabras de aquellos dos energumenos, pasaron un monton de cosas por mi cabeza, pero la mas presente...fuiste tu.
¿Pensaste en mi?. Sara se aparto lo justo para mirarlo.
Has sido un regalo para mi,¿sabes?. Un sueño. Y cuando te hacen un regalo a mi edad.
Eres un hombre maravilloso, Valeriano.
Un hombre de cincuenta años que casi te dobla la edad.
¿Que quieres decir?
Tan cerca, y por primera vez, no tan lejos. Miro sus labios, despues sus ojos.
Te quiero, Sara.
Y yo a ti, Valeriano.
¿En serio?
Tonto, logro sonreir ella.
Pero...
Fue Sara la que lo beso. Iba a hacerlo el, pero ya no importo quien diera el paso. Unio sus labios a los de el y entonces ambos cerraron los ojos en el abandono final.
Puntos:

Tema (Autor) Ultimo Mensaje Resp
INES...1... Por: Jose Manuel Z.L 13-11-12 13:23
Jose Manuel Z.L
0
Cosas dormidas....6º. Por: Jose Manuel Z.L 03-02-12 17:21
Jose Manuel Z.L
8
fin buenu Por: No Registrado 03-01-11 00:06
Lenita Carcarosa
6
no, ke no ,keno ke NO: Por: rosy llanoperal 25-04-08 23:46
rosy llanoperal
2
Simulador Plusvalia Municipal - Impuesto de Circulacion (IVTM) - Calculo Valor Venal
Foro-Ciudad.com - Ultima actualizacion:08/08/2020
Clausulas de responsabilidad y condiciones de uso de Foro-Ciudad.com