Cangas de Onís - Asturias

J. M. CARBAJAL Se van apagando los ecos de este atípico verano, en lo meteorológico, en el oriente de Asturias y cada cual hace su correspondiente balance. Para unos, bueno; para otros, más bien flojo. Es cierto, nunca llueve a gusto de todos. La afluencia a los Picos de Europa, y pese a la tan cacareada crisis económica que sufre la mayoría de los ciudadanos de este país, ha sido importante. Pudo ser bastante peor, al menos por los presagios negativos que se vinieron anunciando un día sí y otro también.

Pero, dejando aparcadas cifras y demás estadísticas turísticas, lo que más me ha calado de toda la campaña estival en la comarca del suroriente astur fue el lanzamiento de la Banda de Gaitas «Ciudad de Cangas de Onís», que iniciaba oficialmente su andadura en las pasadas fiestas de San Antonio de Padua. En apenas cuatro meses han firmado alrededor de sesenta actuaciones, desde el Descenso Internacional del Sella pasando por la fiesta del Pescador; sin olvidar la colaboración con el sorteo de la lotería nacional de verano o en el Día de Asturias. Numerosos pueblos y localidades de la zona -este último fin de semana en Santianes de Tornín y en Carreña de Cabrales- se han visto agraciados con la presencia de ese nuevo colectivo de música tradicional en sus respectivos festejos. Incluso tuvieron la oportunidad de abrirse al panorama internacional, merced a su participación en el Festival Intercéltico de Lausana (Suiza).

Veintidós miembros, donde prima muchísima juventud, magistralmente dirigidos por Jesús Miguel Gómez Pellico, encandilaron a más de uno por cuantos lugares recorrieron en este verano de 2009. Confieso que no soy un experto en la materia, pero hago caso de algunas personas que sí conocen a fondo el sentir de la música tradicional asturiana -¿verdad, Titu Manzano?-. Pese al escaso tiempo que llevan ensayando juntos, los componentes de la Banda de Gaitas «Ciudad de Cangas de Onís» han dado muestras de su buen hacer, recabaron infinidad de elogios y continúan sumándolos allá por donde van. Si la suerte les acompaña, seguro que les aguarda un prometedor futuro. Lo digo bien alto, pues en algunas localidades, como podría ser Cangas de Onís, somos muy dados a hacer y deshacer agrupaciones, ya sean culturales, deportivas o de índole cultural. Espero y deseo que no ocurra lo mismo con esta formación que tan buen sabor está dejando en sus actuaciones.

Otro punto que me ha calado hondo vino a ser el nombramiento de Dominico Foyo Berdayes, más conocido entre sus convecinos por Minicio, como padrino de honor de la susodicha banda de gaitas canguesa. Un enorme acierto, teniendo en cuenta la dedicación del veterano paisano al mundillo de la música tradicional durante diversas épocas en la vieja capital del reino de Asturias. Nadie pone en duda, ni tampoco discute, el arduo y desinteresado trabajo de Minicio Foyo por todo lo que sonaba a música tradicional. Tuvo su momento de gloria, en aquel momento no con demasiada ayuda institucional; ahora, como vecino, disfruta como el que más de la savia nueva aglutinada en la banda.

Insisto, de extraordinaria iniciativa quiero calificar la fundación de la flamante agrupación, de lo más grato que aconteció en esta campaña estival en la comarca del suroriente asturiano, apoyada en estos primeros andares por el Ayuntamiento cangués -todo hay que decirlo- y, lógicamente, por el área municipal de Cultura que dirige con acertado tino la concejala Marilá de la Pola. Ésa, en mi opinión, ha sido una de las gratísimas satisfacciones de la temporada veraniega que da sus últimos coletazos, precisamente cuando no somos muy dados a impulsar actividades de marcado acento cultural. Por todo ello, sólo me queda desearles el mayor de los éxitos a todos los integrantes de la banda de gaitas, sobremanera después de demostrar que atesoran un tremendo potencial. Les llovieron parabienes desde todos los ángulos, pero es que se los merecen. ¡Enhorabuena!

https://ww.lne.es/opinion/2009/09/17/opinion-banda-gaitas-ciudad-cangas-onis/809448.html