Boquerizu - Asturias

En el arcén de una carretera, la GCT ve venir un coche a velocidad muy lenta. Se suben en la moto y va tras el infractor. Cuando se acerca ve que hay cinco viejecitas dentro, con los ojos muy abiertos y muy pálidas. La señora que va conduciendo, visiblemente confundida, le dice al agente:
-Sr. Agente, no lo entiendo. Yo iba conduciendo exactamente a la velocidad permitida.
- Caramba señora, le dice a la anciana que conducía , el agente. Conducir a una velocidad mucho más baja que el límite también puede ser muy peligroso.
- ¡Pero agente, yo iba exactamente a la velocidad permitida: 22 Km/h!
-Tratando de aguantar la risa , el agente le explica que 22 no es el límite de velocidad, sino el número de la carretera.
Un poco avergonzada, la señora sonríe y le agradece al agente el haberla sacado de su error.
-Pero antes de dejarla ir, señora, digame si están todas bien. Sus compañeras parecen muy asustadas, y no han dicho palabra.
- A lo que la viejecita responde:
- No se preocupe, pronto estarán bien. Es que acabamos de salir de la carretera 190.




Un Barquero está paseando a un Sabio en su barca. El sabio le pregunta al barquero:
Oiga, ¿sabe Ud., algo sobre física?
El barquero responde que no.
Entonces el sabio le dice:
Pues ha perdido Ud., cinco años de su vida.
Continua el paseo, y de nuevo le pregunta:
¿Y sabe algo sobre filosofía?
El barquero le responde que no.
El sabio le vuelve a contestar que ha perdido otros cinco años de su vida.
Asi le va haciendo varias preguntas, y a cada una que va contestando negativamente le va quitando años.
De pronto, viene una enorme ola y los dos caen al agua. El sabio grita:¡Socorro! ¡ Me ahogo! El barquero entonces le pregunta:
¿ No sabe usted nadar?
Y el sabio , asustado , con el agua a la altura de la boca, contesta: ¡No!
Entonces le dice el barquero:
¡ Pues ha perdido la vida entera!




Una tortuga sube trabajosamente a un árbol. Al llegar arriba se lanza al suelo. Se sacude entonces la tierra, se acomoda y , dificultosamente, vuelve a subir al árbol. Una vez arriba se vuelve a tirar moviendo afanosamente las patitas. Así, una y otra vez.
En una rama del árbol, una pareja de palomas observa la escena, y el palomo dice:
Querida, ¿ no va siendo hora de decirle que es adoptada?


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