Boquerizu - Asturias

- Preguntóle Dionisio por qué los filósofos obsequiaban a los ricos, y no éstos a aquellos; los filósofos, respondió, conocen sus necesidades y los ricos las ignoran.

- Dad a los que os enseñan un santuario en vuestro corazón y gran ternura; la vida del Maestro es un calvario; no le aumenteis ¡oh niños! su amargura.

- Los cuerdos se instruyen con las extravagancias de los locos; y los locos, incapaces de instrucción, no sacan fruto alguno de los aciertos de los cuerdos.

- Pronuncia perpetuamente con respeto el nombre de Maestro que, después del de Padre, es el nombre más dulce que puede dar un hombre a un semejante suyo.

- El que entre en la carrera de las letras, ha de fijar su atención en los que le preceden y no en los que le siguen.

- Porque has de saber ¡oh Sancho! que no saber un hombre leer, o ser zurdo, arguye una de dos cosas: o que fué hijo de padres demasiado humildes y bajos, o él tan travieso y malo, que no pudo entrar en él el buen uso ni la buena doctrina ...... .......y así querría que aprendieses a firmar siquiera.

- Los dioses hacen Maestros a los que son objeto de sus iras.

- La sabiduría sirve de freno a la juventud, de consuelo a los viejos, de riqueza a los pobres, y de adorno a los ricos.

- Pretendo en una palabra, que sea tan ignorante, (la mujer) que esté su ciencia cifrada en coser, hacer calceta, rezar y con eso basta.

- Con la buena educación es el hombre una criatura mansa y divina; pero, sin ella, es el más feroz de los animales. La educación y la enseñanza mejoran a los buenos y hacen buenos a los malos.

- La lectura no da sabiduría al hombre; le da únicamente conocimiento.

- Las ciencias y las letras son el alimento de la juventud y el recreo de la vejez.

- Siempre que enseñes, enseña a dudar de lo que enseñes.