Boquerizu - Asturias

FRANCISCO DE QUEVEDO(1580-1645)


SONETO
Desconoció su paz el mar de España
Tanto, que fue su orilla sólo el cielo;
La ley de arena que defiende el suelo,
Recelo y no obediencia de tal saña.

Con temerosos gritos la montaña
Hirió;llevase el día el negro velo;
Mezcló en las venas con la sangre yelo,
Erizado temor que le acompaña.

¡Qué me enseñó de votos la tormenta,
y qué de santos mi memoria debe
al naufragio y al mar!¡Qué de oraciones!

Nunca tierra alcanzara;antes violenta
Mi nave errara,pues el puerto,breve,
Me trajo olvido a tantas devociones.

A LA MAR

La voluntad de Dios por grillos tienes,
Y escrita en la arena ley te humilla,
Y,por besarla,llegas a la orilla,
Mar obediente, a fuerza de vaivenes.

En tu soberbia misma te detienes;
Que humilde eres bastante a resistilla;
A ti misma tu cárcel maravilla,
Rica,por nuestro mal,de nuestros bienes.

¿Quién dio al pino y abeto atrevimiento
de ocupar a los peces su morada,
y al lino de estorbar el paso al viento?

Sin duda,el verte presa,encarcelada,
La codicia de oro macilento,
Ira de Dios al hombre encaminada.

Me encanta.

¡Me alegro! Gracias.Ésta Antología Poética del Mar,es para el afi-
cionado a las cosas del mar constituye esta antología un verdadero breviario poético,en el que reconocerá,a través de la voz de los poetas
de todos los tiempos,la eterna belleza del mar:su poesía,su placidez,su furia y su dulzura cambiantes.
Para el amante de la poesía,la ANTOLOGÍA POÉTICA DEL MAR tendrá el mérito de ofrecerle un extenso panorama de los poetas más conspicuos,
desde los ánonimos a los contemporáneos,sin olvidar a los de nuestro
Siglo de Oro,que cantan al mar y a los hombres que viven y mueren en él.Todo el valor estético y dramático del mar se recoge en la presente
antología,ensalzado por la pluma emocionada y sincera de nuestros poetas
que,frente al maravillosos espectáculo marino,han sabido traducir en armoniosos versos la eterna canción del mar infinito y obsesionante.

Esto se lo debemos agradecer,al gran trabajo de selección de D. RAMÓN
SANGENÍS.
¡GRACIAS D. RAMÓN!

LUPERCIO LEONARDO DE ARGENSOLA
(1563 - 1613)


SONETO

Recibe, oh sacro mar, un esperanza’
a cuya causa pueblos mil devotos
están hoy ofreciendo justos votos,
porque la restituyas con bonanza.

Reducid, fieros vientos, a templaza
vuestros desordenados alborotos;
dad ocio, no experiencia, a los pilotos;
vuestra quietud usurpe su alabanza.

Del poderoso Carlos la alta popa
sienta vuestro favor, y en su deseo
concurrid con España y con Saboya.

Con esto enmedáreis el caso feo
de haber dado al adúltero de Troya
pasaje favorable contra EuroPa.