Avilés - Asturias

Antiguamente en el Carbayedo tenía lugar el mercado del ganado al cobijo de los tupidos carbayos que enseñoreaban la zona. La plaza, hoy peatonal, rescatada para el disfrute popular es lugar de encuentro con amplias terrazas donde solazarse los soleados días estivales mientras los menores juegan entre la renovada arboleda.

Sin otro ánimo propagandístico que el de ensalzar mi pueblo diré que a la derecha de la estatua (fuera de foto) está La Tataguya, antiguo chigre donde los paisanos cerraban el trato entre culines de sidra y pintas de vino; hoy dedicado a la restauración aún conserva la vieja entrada con el antiguo mostrador del chigre, los bancos contra la pared y banquetas en las mesas. Aquí hay que probar, entre otras exquisiteces, la longaniza de Avilés. En frente (También fuera de foto) al otro lado de la plaza, El Carreño cocina los mejores callos de la villa. Después de fartucase, el tragón disfrutará libando variados chupitos y cubalibres en las cafeterías y sidrerías del entorno, como el Ochobre, diminuto bar asimismo decorado a la antigua usanza con las formas propias de la ancestral plaza.

El Carbayedo viene a resultar el núcleo central de una amplia zona dedicada a la restauración donde el visitante que valore la buena mesa topará, además de los bocados ya mentados, una rica merluza rellena de gambas, un delicioso bonito (en temporada) o la consistente fabada y el suculento pote de berzas para los fartones más recalcitrantes.

V. Castrillón