Ania - Asturias

jueves, 15 de enero de 2004


FRANCISCO JAVIER FERNANDEZ GRANDA / Viticultor
Primicia vinícola
Francisco Javier Fernández Granda, viticultor romántico o futurista elaborador del primer vino Las Regueras 2003

J. M. PELÁEZ


VITICULTOR. Javier Fernández Granda. / J. M. P.
Javier es una persona sencilla, activa, entusiasta y vitalista. Sacrifica gran parte de su tiempo libre (su trabajo y formación nada tienen que ver) en actividades relacionadas con la viticultura y la enología.

La gastronomía en general es para él algo más que una simple afición, y en especial el mundo del vino para el que no escatima ningún tipo de esfuerzo.

Desde que le conozco no sé de un solo día que no comente (lleno de ilusión y esperanza) con cualquier persona que comparta con él su afición, el desarrollo y comportamiento de alguna fase de su proyecto vinícola, que en ese momento le preocupe especialmente.

Idea, análisis y entusiasta implicación (junto a mucha lectura) son el esquema básico de su funcionamiento.

Defensor e impulsor a ultranza de Las Regueras, el rico potencial del entorno es ahora, en su tiempo libre, la razón de este viticultor comprometido e ilusionado por el zumo de la uva fermentado.

«Muchos lectores al finalizar de leer este articulo se extrañarán y quedarán sorprendidos de la gran vinculación de este bonito concejo, de aguas cristalinas, aire puro y exento de industrias que bien merecería por sí el sobrenombre de concejo ecológico, con la producción de vino» –nos comenta Javier.

–¿Hay en las Regueras condiciones naturales para elaborar vino?
–Las Regueras están favorecidas por una orientación Sur, protegida de los vientos del Norte y con una escasa pluviometría. Podemos afirmar que tiene un pequeño microclima tipo mediterráneo adecuado para la existencia de la ‘vitis’ silvestre.

–¿Desde cuándo hay vino en la zona?
–El inicio de la viticultura aquí se remonta a la época romana, o quizás a tiempos anteriores. Hoy se conoce que desde el paleolítico este lugar estuvo habitado por el hombre. Hay manuscritos del año 858 que hacen mención de donaciones de viñedos en Andayón. Posteriormente fue fundamental la ubicación de monasterios. Todo ello favorecido por el paso de la vía romana y luego del Camino de Santiago. Por si fuera poco, documentación del año 1657 explica como el padre Fray Francisco Feijoo Granda venía a las Regueras a comprar vino para el convento de San Francisco de Oviedo. Por último, un antiguo escrito menciona que en Carril se desbordó hace siglos el Nalón, y las personas tenían que pasar por las viñas, pues el camino estaba cubierto por el agua.

–¿Alguna persona estudió la toponimia del concejo?
–Sí, el ilustre reguerano José Manuel Fernández, y encontró multitud de fincas que conservan el nombre de viña, la Viñona o la Viña Xuana, situadas en Premoño, Ania, Santullano, Andayon, Bolgues. En el palacio de Bolgues, casa natal del ilustre asturiano Tirso de Avilés, estaba situada la viña del palacio y su vino fue comercializado bajo el nombre de Duque de Canalejas. El último viñedo se ubicó en Silvota, propiedad de don Evaristo que lo cultivaba con gran esmero. Tanto en esta finca, como en el palacio de Bolgues, quedan algunas parras que bien pasan del siglo de antigüedad.

–¿Y el botánico francés Durieu?
–Estuvo en Asturias en agosto del año 1835 y manifestó su sorpresa de que a pocas leguas de Oviedo había viñedos que maduraban. De paso por Cangas y Tineo también observa que hay viñedos pero que hay años que no llegan a madurar.

–¿Contento con los resultados de la primera vendimia?
–Sí. Lo importante es que siglos de tradición no desaparezcan. Aunque sea de forma simbólica, es fundamental comenzar a recoger de nuevo los frutos de la tierra. Además, al ser la primera vez en muchos años, tengo doble satisfacción.

–¿Que nos puedes comentar del vino?
–Hace casi tres meses que terminó la fermentación alcohólica. Tendrá que pasar algún tiempo para poder opinar. La primera impresión es buena. Tiene buen color, desprende olores agradables, y en boca está bien.

–¿Que clase de variedades tienes?
–Tengo varios tipos de uvas, tanto blancas como tintas, al no tener conocimiento de las clases que se cultivan aquí, llevo dos líneas. La primera es recuperar viejas viñas que quedan por los viñedos. La segunda es la plantación con viñas de ciclo corto y con pie americano. Pero al no tener patrones por donde guiarme hay que esperar a ver los resultados.

–¿Cuentas con alguna colaboración?
–No, pero todo esto está dando un vuelco espectacular. A quien le comento este proyecto queda encantado, sea la Universidad de Oviedo, sean los medios de comunicación, sea el Ayuntamiento de Las Regueras, sean enólogos... Deseo agradecer a mis vecinos de Ania todo el apoyo que me dieron, facilitándome los medios necesarios para poder realizar esta actividad.