Poesía. ESPERANDO A MARÍA Esperando a María Un pequeño niño lloraba porque consuelo no encontraba a medida que el tiempo pasaba el pequeño más sufría hasta que un luminoso día apareció la dulce María que muy alegremente le decía: “estaré siempre a tu lado por nada del mundo te dejaría” Pasó el tiempo, el niño crecía en su corta vida hubo nubes y tormentas incluso hubo épocas en que le llovía. Cumplió los trece años, catorce y llegando a los dieciseis otros sentimientos su vida movía Tenía amigos y amigas que por él se preocupaban nadie sabía de su melancolía hasta que un día les confesó “estoy esperando a María” Tu María es un sueño, le decían nosotras somos tu sueño, sus amigas respondían la buscaré y la encontrare ¡por encontrarla lucharé con empeño!. Pasaba el tiempo, María no aparecía de él se apoderó la apatía esperaba un sueño que no se cumplía ¡Donde está lo que de niño le prometía? “estaré siempre a tu lado por nada del mundo te dejaría” Pasó aquella edad tan borrascosa se casó con una princesa hermosa ya de adulto tuvo también muchas alegrías hijos e hijas que le comprendían. Cuando su vida ya hibernaba buscó refugio y lo encintró de nuevo el sueño le atormentaba ¡Aquella promesa que María no cumplía!. El tiempo se agotaba, pronto se acabaría creo que fue un sueño o puede se que le mentía, hasta que un luminoso día apareció la dulce María y muy alegremente le decía: “estaré siempre a tu lado por nada del mundo te dejaría” El niño-abuelo lo preguntó: ¿porqué tu promesa no cumplías? ¡siempre he estado a tu lado! ella le respondía. ¡He sido tu Ángel de la Guarda! y por nombre tengo María. Emilio Martínez Díaz El poeta del Almanzora. |