Olula del Río - Almeria

Europa recibió ayer buenas noticias económicas. España no. Después de año y medio de duras caídas del Producto Interior Bruto (PIB), la economía europea recuperó el crecimiento aupada por la potencia de la locomotora alemana, cuyo vigor para salir de la crisis ha desbordado todas las previsiones. El empuje de Alemania, unido a los buenos resultados de otros pesos pesados del continente, como Francia e Italia, permitieron que la actividad creciera en el tercer trimestre un 0,4% en la zona euro, y un 0,2% en el conjunto de los Veintisiete, según Eurostat. España, con una contracción intertrimestral del PIB del 0,3%, es la única gran economía de la moneda única que sigue hundida en el pozo, y Bruselas avisa de que será la última en salir.
Los datos de la agencia estadística europea -provisionales, pues países de menor peso como Irlanda, Finlandia, Luxemburgo y Malta no han comunicado sus resultados- son la confirmación oficial de que la peor recesión en sesenta años ya es historia en el viejo continente. Eso no significa que todos deban de alegrarse por igual. En algunas grandes economías, como España y Reino Unido (que sufrió una contracción del 0,4%), persisten los números rojos, aunque con señales de que el deterioro se suaviza y el crecimiento está más cerca.
En la zona euro, donde la recesión se prolongó cinco trimestres, uno menos que en el conjunto de la UE, además de España siguen en recesión Grecia y Chipre, que registraron caídas respectivas del 0,3% y del 1,4%. Bruselas echó sal en la herida española; en su informe mensual sobre empleo, la Comisión Europea aseguró que «se prevé que España sea el último miembro de la eurozona que alcance la recuperación», y avisó de que el impacto de la crisis todavía se hará notar en forma de más paro y de aumento de la pobreza.