El Colegio de la Divina Infantita

Colegio de la Divina Infantita de Instinción
Fue construido bajo la orientación y dirección de los hermanos canónigos don Francisco y don Federico Salvador Ramón en el año 1914. Estuvo en actividad hasta la llegada de la guerra civil española en 1936, que desapareció como tal de una manera absoluta e irreversible.
En los primeros años de su funcionamiento se significó por un ingreso considerable de alumnos, tanto externos como internos, que procedían estos últimos de ciudades como Granada, Guadix, Almería o Jaén y de varios pueblos de la provincia. En estos primeros años tuvo un éxito extraordinario, llegando incluso a desplazarse a este Centro, varios profesores del Instituto de 2ª Enseñanza de Almería como el profesor Tuñón de Lara y don Joaquín Ruiz entre otros, para proceder al examen de los alumnos. Varios de los maestros de 1ª Enseñanza de Instinción como don Felipe Salvador García y don Alfredo Blanes Blanes, cursaron sus estudios en dicho Centro. También estudió en él, el maestro Ángel Pardo Berenguel y muchos de los vecinos del pueblo.
Además de las funciones de dirección que ejercieron los hermanos don Francisco y don Federico Salvador, también fueron magníficos profesores, muy rectos en su docencia pero muy queridos por todos los habitantes de Instinción y de todos los que les conocieron.
Don Francisco murió en Instinción y don Federico en un viaje que realizó a Méjico y California en 1931. El Ayuntamiento nombró al padre Federico y a su hermano Francisco “hijos predilectos” y llevan sus nombres las dos plazas del pueblo.
A pesar de la desaparición de tan ilustre señor, el Colegio de la Divina Infantita continuó funcionando normalmente tanto en su aspecto religioso como docente, pero ya solamente en este último con alumnos externos, todos ellos de este pueblo de Instinción y bajo la dirección de la Madrecita Pureza, que además de ser una auténtica profesora, era muy inteligente y con muy buenas cualidades para ejercer dicha misión. Además de la Madrecita Pureza, actuaba también de profesora la señorita Conchita, muy cariñosa y simpática y algunas más con diferentes funciones dentro del convento, como la señorita María, entre otras.
Con esta normativa y siempre bajo la dirección de la Madrecita Pureza, continuó funcionando el Colegio de la Divina Infantita de Instinción en su doble función religiosa y docente todos los años sucesivos, hasta que en 1936 por desgracia para todos, terminó su existencia.
Su desaparición lo lamentó todo el pueblo y particularmente aquellas personas que pasaron por dicho Centro, del que conservaron un grato recuerdo y especial cariño.