Huércal-Overa - Almeria

¿Quo vadis?


ANTONIO GARCÍA BARBEITO , ABC.es, Martes , 24-11-09

No sale de su cuarto de experimentos. Está como un obsesionado en fórmulas mágicas, y lo mismo aparece una mañana jurando que ha hallado la fórmula de un crecepelos que otro día dice saber la manera de hacer que llueva con cielo raso. No digo que haya enloquecido, pero quizá no sería disparatado tener en el ropero una camisa de fuerza. Nunca se sabe, en casos así. Nadie sabe qué delirio puede estar rondándole -o invadiéndole-, pero quien lo mira, quien se fija en sus ojos ve a un hombre que ve bichos por todas partes y se ha creído Indiana Jones. Asusta su mirada entre miedosa y recelosa, su inestable mirada que rompe en voz de ensayada iracundia cuando señala como enemigo a una oposición que anda demasiado en lo suyo como para ir a apagar fuego a la casa del vecino. Esa mirada es la de un hombre que ha despertado de una pesadilla y se mueve por el día rodeado de fantasmas. Obsérvenlo: no hay en su mirada ni confianza en él ni en nadie, por más que llame a los suyos para creerse acompañado. Está solo, solo en su espiral de errores, subido al vagón de una montaña rusa en la que, mareado, no ve el final ni recuerda el principio. Oye voces, gritos, pero es incapaz de traducirlos, no sabe si son vítores o reproches. Presenta una mirada que ha ido perdiendo su serena inocencia del principio hasta convertirse en la de un hombre que quiere creerse valiente en el último estirón del miedo.
No quiso ver cuanto veíamos, negó lo que palpábamos, y de pronto pasó del mensaje de paz a armar los ejércitos. De su ceguera ante la crisis pasó a desplegar -¿por qué no a su tiempo?- medidas de urgencias que siempre llegaban, llegan, tarde. Ha sacado las tiritas cuando la herida pide quirófano. Tras el Plan E, ahora amaga con la Ley de Economía Sostenible, y mañana saldrá con otra pólvora entre las manos, diciéndonos que ha encontrado oro en el grifo del lavabo. ¿Quo vadis, presidente?