El Ejido - Almeria

Los moriscos, próximo objetivo de la progresía para socavar las raíces culturales de la Nación

Cadena humana entre la Catedral de Córdoba y una mezquita de la ciudad para reclamar el Premio Príncipe de Asturias para los musulmanes expulsados hace 400 años.

REDACCIÓN HO.- Habitaban la España reconquistada, la misma que ahora reclama Al Qaeda, y tras la victoria de los ejércitos españoles decidieron quedarse, a diferencia de la clase política musulmana, que abandonó Andalucía camino del Magreb. Terminaron convirtiéndose al cristianismo, al menos oficialmente, y durante décadas vivieron sin problemas, sobre todo en el sur y este peninsular.

Durante el reinado de Felipe II, la amenaza islámica procedente de la Turquía otomana se convirtió en el principal problema de Europa, y las naciones de la época formaron una alianza que, comandada por militares españoles, tenía por objeto frenar la expansión del islam en el continente.

La historia de los moriscos que el “progresismo” oculta

Pero en España existía una quinta columna, los moriscos, que ya colaboraban con los piratas berberiscos, que constantemente atacaban las costas. Se habían amontinado en distintos reinos y empezaron a planear una nueva sublevación similar a la de las Alpujarras, años atrás, en colaboración con el gran rival de España en Europa, la monarquía francesa.

San Juan de Ribera, arzobispo, patriarca, virrey y capitán general del Reino de Valencia, fue uno de los protagonistas de la expulsión de los moriscos, quinta columna islámica de un país que se acababa de librar de 700 años de ocupación y estaba al borde de ser nuevamente ocupado.

El virrey del reino donde más moriscos había no era partidario de la expulsión, y así lo expresó a Felipe II. Pero la política se impuso y solo obtuvo del rey que los niños menores de 10 años pudieran quedarse en España si así lo deseaban sus familias. De este modo, entre 200 y 500 mil moriscos fueron expulsados hace cuatro siglos.

Una estrategia de destrucción de las raíces culturales

Una cadena humana formada por cerca de 400 personas ha unido este sábado la Catedral y una sinagoga de Córdoba para reclamar el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2010 a los moriscos andaluces. Al parecer, solo a los andaluces. La Junta de Manuel Chaves ya les concedió la ciudadanía en 2006.

El acto, que se enmarca en la estrategia de la izquierda de socavar las raíces culturales nacionales, ha tenido diversas fases:

1º El director de la Biblioteca de la Casa de Sefarad, una de las entidades convocantes, ha proclamado que la cadena situaba a “Córdoba y a Nueva York en las capitales mundiales de la concordia".

2º La habitual consumidora de subvenciones públicas y por tanto directora de cine Pilar Távora ha escenificado con una sobrina suya una pieza flamenca.

3º Un artista, José Luis Muñoz, ha fabricado una estrella de ocho puntas con los lazos verdes que lucían los asistentes.

4º La viuda de Saramago ha bendecido con su presencia la lectura de unos textos de su esposo, recordando que él también apoyaba a las víctimas de lace 400 años.

5º Se ha leído una carta del embajador de Obama en España, en la que se afirma

que el acto "cambia la perspectiva histórica de una realidad".

6º La hija del director de la Biblioteca de Tombuctú ha leído poesías escritas por los antiguos moriscos.

7º Y se ha interpretado la hermosa música andalusí.

Tras lo cual nadie duda de que el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2010 será para los moriscos expulsados hace cuatro centurias. Las Damas de Blanco cubanas tendrán que esperar tal vez otros tantos siglos.

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