LA SECTA DEL PROFETO Fraternidad Cósmica. Nonsiamosoli. La historia de este grupo es una de las más esperpénticas de las manifestaciones sectarias conocidas, aparte de ser prueba de la incapacidad humana para reconocer la evidencia. Situémonos por un momento en Sicilia, porque su cielo en el año 1919 vería el nacimiento de Eugenio Siragusa. Este profeta de nuestro siglo acabó dejando su trabajo como funcionario de arbitrios en Catania para buscar a «los hermanos del espacio», entre los años 1952 y 1962. En 1952 un rayo luminoso proveniente de un ovni se interpuso en su camino de aburrido funcionario llevándole a esta persecución que culminaría diez años más tarde cuando en una cueva del Etna se encontró cara a cara con unos extraterrestres que dijeron ser «mensajeros de Dios». Sus nombres eran Asthar, Seran, Link o Woodok, entre otros, siendo el principal de entre ellos Adoniesis, un elohim, es decir, un dios; aunque Siragusa lo llamara genio solar. Como no podía ser menos este genio es la reencarnación de un sacerdote de la mítica Atlántida, Hermes Trismegisto, el apóstol S. Juan, Giordano Bruno, Rasputín y Cagliostro. Estas vidas sucesivas le han llevado a alcanzar un desarrollo del ocultismo excelso y le ha colocado entre los grandes de los seres extraterrestres. Funda la Fraternidad Cósmica en 1962, teniendo la secta su sede en Sicilia, cerca del Etna. Entre sus creencias está la reencarnación de las almas en seres extraterrestres. Adorna de ufología los textos del Apocalipsis cristiano, y así cree que la NUEVA JERUSALEN será una enorme ciudad volante con una gran nave nodriza y muchas naves guardándola. Anunció para agosto de 1967 una serie de cataclismos sobre nuestro planeta, pero después de que no ocurriera más que un caluroso día mediterráneo, puso para el día 12 de octubre la nueva fecha, y también el comienzo de una nueva era que llegó el año 1979. En el año 1975 el grupo obtiene un fuerte espaldarazo mediante el liderazgo de Roberto Negrini, gran admirador de Siragusa, pero ahora con el centro de operaciones en Bolonia. Tres años más tarde fue clausurada y sustituida por el «Centro de Estudios de la Fraternidad Cósmica», que más tarde se llamaría «Orden Solar», más teñida de ocultismo, magia sexual y neopaganismo que de ufología. Los verdaderos seguidores de Eugenio Siragusa se han concentrado en torno a la secta Nonsiamosoli («no estamos solos»), que tiene centros en casi todos los Estados de nuestro continente, por supuesto también España, y con presencia en los EE.UU, México, Argentina o Zaire. Nonsiamosoli tiene a dos hermanos como presidentes, Filipo y el estigmatizado Giorgio Bongiovanni. Este había anunciado el arrasamiento de la Tierra por un asteroide y las consecuentes secuelas encadenadas, de las que ya hemos hablado, en el año 1967. La última fue la esperada para el año 1991. Las creencias del grupo giran en torno al nombre del grupo: «No estamos solos», los extraterrestres están entre nosotros, se comunican con la raza humana. A ello unen las teorías de Siragusa sobre las reencarnaciones, la condición divina del sol y, por supuesto para que no falte nadie, han mezclado todo en una batidora donde también está la Virgen de Fátima, pues ésta se le apareció a Giorgio quien en su anterior vida fue uno de los tres videntes de Fátima, el pastorcillo Francisco. Desde entonces presenta estigmas como el Crucificado. Los grupos Nonsiamosoli se encuentran en especial en Galicia y Cataluña, aunque también en alguna de las ciudades más importantes de la península como Madrid y Barcelona.
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