Benínar - Almeria

Los caracoles son unos animalitos que caminan arrastrándose y van muy despacio; hay muchas especies, pero como los que se crían en Benínar, particularmente en el Llano y en el cerro de Las Viñas, no los hay en el mundo. Son esos de la carne rosita y que tienen un tamaño muy apreciable. Una vez purgados, lavados y cocinados es un alimento que deleita al paladar del más exigente y si están algo picantes mejor que mejor. Yo me pregunto: ¿qué clase de especie es ésta de la carne rosada? Allí, quiero recordar, le decían: serranos.
Los caracoles tienen una particularidad y es que son hermafroditas, lo mismo actúan como machos que como hembras. Recuerdo cuando iba recogiéndolos que me los encontraba a veces por parejas, dándose un abrazo que yo pienso sería de amor.
Últimamente se aprovechan las babas de caracol para uso cosmético y está muy bien visto por las damas

En la tierra donde vivo por este tiempo en todos los bares ofrecen la tapita de caracoles.
Una de los barres del paseo marítimo está especializado en caracoles y es el bar que siempre no se encuentra sitio donde sentarse.
Existen en casi todas las barriadas sitios donde acuden la gente para llebarse - en mismo envase donde se portan el pollo asado en el invierno, - en este tiempo lo que portan son caracoles.
Estos, mis vecinos, le llaman - a los chiquitillos blancos que estaban repoblados los brazales, si mal no recuerdo para los benineros eran gitanillas, - caracoles y a los que nosotros le lamamos boquinegros, estos, le llaman cabrillas.
Los caracoles de aquí los preparan con poleo y a las cabrillas con tomate frito y con salsa de almendras.
No te puedes hacer una idea la de camiones que por esta fecha entran por el puerto de Algeciras procedente de Marruecos con toneladas de caracoles.
Así, que los que nos comemos aquí, seguro que son marroquíes. Caracoles marroquíes.
Por último. Tengo una cuñada valenciana que dice:
"Los caracoles que entran en un puño, me cuestan más caros que lo que pagó Concha Piquer, por una botellita de tinto "en tierra estraña", - no se si te acuerdas de la canción - pero siempre que hago arroz, tiene que tener el sabor del caracol".
La verdad es que mi cuñada es de Cuenca y vive en el "PAIS VALENXIA". No se donde aprendió el sabor genuino del caracol.
Termino diciéndote, que donde yo aprecio los caracoles es cuando los que tengo en los arriates, me dicen con antelación cuando va a llover.
Lo siento, pero es toda mi cultura en el tema del caracol.
No he escatimado ninguna información. Te he contado hasta lo de mi cuñada de Cuenca.
Saludos.

Siempre se han criado cerdos para su explotación comercial y consumo humano, de igual forma se crían corderos, vacas, conejos, patos, pollos, etc., etc., hoy en día se ha creado la producción o criaderos de caracoles al que viene a llamarse: helicicultura. Es toda una técnica para la obtención de unos caracoles con las máximas garantías de higiene. Proporcionan unos buenos ingresos aunque su trabajo es también muy laborioso. Con el tiempo creo que se dejará de coger los caracoles, podíamos llamarles salvajes, para optar por los de granja ya que tienen más garantías. Como es natural los de criadero les resulta al consumidor mas caros, aproximadamente el doble que los salvajes.
Todo se perdona por una buena ración de hermosos caracoles y si están bien cocinados se llega uno a chuparse los dedos. ¡Que aproveche!
Saludos.-

No se que decirte de los caracoles.
Me acuerdo que mi abuela Dolores, murió relativamente joven y siempre se dijo en casa que fue como consecuencia de comer caracoles la noche anterior.
A los caracoles les tengo desde siempre yuyo.
Saludos.

Sin lugar a dudas los caracoles pueden proporcionar más de un susto y ello es debido a la comida que ellos puedan haber ingerido. Por eso antes que nada hay que purgarlos con el fin de que expulsen los alimentos venenosos que puedan haber tomado, como la hiedra, cipreses, setas, aligustres, etc. Después viene un lavado profundo con el fin de eliminar las cantidades grandísimas de babas. A continuación se cuecen con el aliño correspondiente y finalmente ya se pueden saborear.
Los caracoles son portadores de muchos parásitos e infectan a los animales que se los comen. También pueden transmitir o propagar enfermedades, de hecho se les considera portadores de la gripe y de la gripe aviar.
Con todo este panorama no nos queda más remedio que optar por los caracoles de criadero que tienen la máxima garantía de higiene y una alimentación ideal, proporcionada por sus cultivadores.
Un saludo.-

No os da la impresión que os estais comiendo un gusano?.Me moriria de asco si me tuviese que comer uno.
Saludos.Ana