Benínar - Almeria

La semana pasada murío una beninera. Lola Maldonado Moreno más conocida como la hija del Evanista.
Como a todos/as las benineros aqui la recordamos y deseamos que descanse en paz.
A sus hijas nietos hermano y demás familia, mi más sentido pesame.
Descanse en Pazzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

Descanse en paz. Un abrazo a su familia

Nuestro más sentido pesame para toda la familia. Descanse en paz.

Rincón-Sánchez

En los años sesenta tuve la oportunidad de conocer a Lola, una guapa mujer, en la tintorería qaue regentaba su madre en Almería.

Los Gutiérrez, mandamos nuestras condolencias a toda su familia, especialmente para los que conocemos: su hermano Juan y sus sobrinos Francisco y Cesar.

Que en paz descanse.

Esta paisana con su marido Enrique desempeñaron una labor no reconocida por la mayoría de los benineros.
En los años sesenta cuando ningún beninero tenía seguridad social, ni pensión, ni cotización, etc., Benínar, estaba totalmente al margen de todos aquellos logros que iban apareciendo en España, esta familia de Lola y Enrique, montó una oficina en la calle que hay frente a la puerta principal de la Iglesia Virgen del Mar y por allí fueron pasando beninero a beninero para "regular sus papeles" y estar al día de todos aquellos logros sociales.
Por supuesto que aquellas visitas de paisanos en su gran mayoría, se pagaban como se pagaban hasta aquellos días dichos trabajos burocráticos. Aquellos trabajos que brindaba Lola y Enrique, eran recibidos (todo lo que producía el campo o el corral) con una sonrisa por aquellos paisanos que vivían en la capital.
En los años cincuenta y sesenta, no se si tenían algunos reales o pesetillas ahorradas los benineros, lo que si es cierto es que ellos cuando tenían que pagar como gratitud ante cualquier trabajo realizado, se pagaba con productos del huerto o del corral, lo que ocurría, es que no siempre entendía dicho pago "en especies" los capitalinos. Por supuesto es que Lola entendía mejor que nadie lo que necesitaba cada beninero.
Casi tres décadas estuvieron Lola y Enrique prestando servicios a los benineros, donde hacía falta, y cuando hacía falta puesto que los benineros tenían que ser informados y acostumbrados a la burocracia y a los horarios de la Administración.
Los benineros en aquellos tiempos entendían que donde estaba su embajada, donde se resolvían todos sus problemas era visitar en primer lugar LA TINTORERÍA DE LOS EBANISTAS. El consuelo ante su problema lo remediaba LOLA LA MADRE, siendo el pañuelo de lágrimas y los problemas burocráticos eran resueltos en la oficina de su hija y los problemas que no tenían solución se les entregaba a su hijo Juan y por arte de magia aquel problema quedaba resuelto.
No estaría mal que en una de sus reuniones Plaza de Benínar reconociese la labor realizada por la FAMILIA DE LOS EBANISTAS durante cuatro décadas a todos los benineros, por ser esta familia la que sitúa al pueblo de comportamientos de tribu a ser introducidos en la modernidad.
Saludos.