Alhama de Almería - Almeria

Se positivamente que cuando algunos lean este escrito clamarán, pedirán mi cabeza, recurrirán a los tan usados insultos y descalificaciones.

Quizás sería bueno para su salud cívica, para su formación democrática, para su hombría de bien, que empezasen a ser honrados de pensamiento, analistas de situaciones, ciudadanos de primera, no marionetas de estos o aquellos. Pues, por ello, así nos va.

Porque: Las movidas constantes de estos corruptos políticos que nos gobiernan, los de antes y los de ahora.

El engaño permanente al que nos someten, día sí y día también, los unos y los otros.

La imagen que ofrece una inmensa mayoría de ciudadanos a los que parece importarle todo un bledo si se pueden aprovechar de algo, aunque sea a costa del prójimo, cercano o no.

La irracionalidad del permanente “circo” político-económico que, aún viendo que nos hundimos más y más en el fango, sigue adelante sin cortarse un ápice y luchando con uñas y dientes para conservar sus prebendas.

La desvergüenza de los altos cargos, de parte y parte, que se ponen de acuerdo en secreto para que nadie meta mano en sus bolsillos. Haciendo ellos posible, eso sí, las cada vez más ruinosas economías familiares del ciudadano de a pie.

Estas cosas y muchas más, que sería prolijo enumerar, crean un sentimiento en el ciudadano de bien de vergüenza nacional. Le hace sentir vergüenza de ser español por permitir tanto latrocinio, tanta mentira, tanto desmán.

Cuando un mandatario y su gobierno niegan la mayor ocultando una crisis que se cernía galopante y que nos llevaría a la ruina más absoluta, es para avergonzarse de ser español.

Cuando un gobierno, viendo la más catastrófica de las situaciones, vislumbra “brotes verdes”, es para avergonzarse de ser español.

Cuando creciendo el paro a pasos agigantados, nuestros gobernantes proclaman a los cuatro vientos que “estamos en la champion league de la economía”, es para avergonzarse de ser español.

Cuando un gobierno retrasa la agonía de sus ciudadanos, convocando unas elecciones a largo plazo para dar tiempo a una posible recuperación de la credibilidad que les permita volver a ganar, es para avergonzarse de ser español.

Cuando, una vez perdidas esas elecciones, se difunde a los cuatro vientos un mensaje de buenísmo, tachando sus últimos meses de modélicos, cifrando el déficit estatal en una cuantía totalmente falsa por corta, es para avergonzarse de ser español.

Cuando un futurible presidente expone líneas maestras para sacarnos de la crisis si gana las elecciones, teniendo en ellas métodos que no pasan por un exagerado sacrificio del pueblo, es para tener esperanzas. Luego, cuando ganadas esas elecciones se comienza haciendo todo lo contrario a lo expuesto, es para avergonzarse de ser español.

Cuando ese futurible, ya ganadas las elecciones, expone su plan de gobierno en la sesión de investidura y en esa exposición delimita medidas, duras, sí, pero con un sentido de la responsabilidad política, ciudadana y humana, dejando claro en sus directrices que habremos de sacrificarnos todos pero que ese sacrificio no será cáustico para nadie, es para sentirse lleno de esperanza. Cuando, nada más tomar posesión, empiezan las medidas contrarias totalmente a lo expuesto y prometido, es para avergonzarse de ser español.

Cuando un equipo económico de ese gobierno, que tiene la tarea de salvar nuestra economía, analiza el traspaso de poderes entre los que se encuentran las cuestas del Estado y dice que ”Se ha realizado un traspaso modélico”, es para sentir cierta tranquilidad pues ya sabemos lo que hay, no nos aguardan sorpresas. Cuando a escasas semanas de dichas declaraciones resulta que nada es cierto, que el déficit es muy superior, corroborado por la U.E. Cuando eso, junto con otras muchas cosas ocurren, resulta que estos también nos han engañado, estos también mienten para su beneficio, estos también buscan salvar su camisa y que se queme el de siempre. Entonces es cuando, lo que se vive, es para avergonzarse de ser español.

Cuando en contra de todo lo dicho y prometido para ocupar la poltrona, se crucifica la economía del ciudadano de a pie, se recortan sus derechos, sueldos (de una u otra forma), etc,… y, por el contrario se mantiene al parafernalia estatal, en todas sus formas. Cuando no se revocan puestos inútiles. Cuando no se anulan subvenciones a sindicatos, partidos políticos, COE, Ongs inexistentes e inoperantes. Cuando no se anulan puestos cuadruplicados de un mismo organismo. Cuando no se da ejemplo con el ejemplo. Cuando no se procesa al defraudador, al malgastoso de lo público, es para avergonzarse de ser español.

Cuando una inmensa mayoría de ciudadanos seguimos yendo a las urnas apostando por un golfo u otro, en lugar de poner en práctica una abstención total para despertar conciencias, es para avergonzarse de ser español.

Y así, en el sentir de todos, podría seguir hasta el infinito. Pues es tan grande, tan vieja, tan despiadada la mentira de este país………… Es tan deplorable nuestra casta política. Son tan vergonzantes nuestros gobernantes, de antes y de ahora. Es tan taimada, pusilánime y boba nuestra sociedad, que todo lo que nos pase es poco. Porque todo lo aguantamos con la esperanza de ser de la clase dominante. Porque todo lo soportamos con la idea de que “con los nuestros estaremos mejor”, aunque eso jamás se cumpla salvo para los de siempre.

Por todo lo expuesto es por lo que creo que, hoy por hoy, en estos tiempos, es para avergonzarse de ser español.

Los que tienen que avergonzarse son los que votaron al pp,por que los han engaÑdo a todos , y ahora lo tenemos que sufrir todos, rajoy y el pp nos va a arruinar a todos ... menos a los que, tienen dinero, los pobres seran mas pobres y los ricos mas ricos, esa es la realidad