Redován - Alicante

El señor Gobernador, como cualquier hijo del altísimo, sentía los rigores del invierno que estaba azotando nuestros pueblos con algo más de rigor del que nos tiene acostumbrados. Enfundado en una mullida guasapa azul celeste, se ocultaba del fuerte y frío viento que se remolinaba a su alrededor y al que, como buen guerrero, oponía resistencia para conseguir llegar a su palacio en el que le esperaban asuntos de gran calibre. Con su delfín debía repasar el estado de las mejoras que estaban haciéndose en la aldea, así como otras que debían planificarse con el fin acallar los rumores sobre sus descuidos en el cuidado del bosque comunal, por la dudosa subasta del relleno de la vieja cantera, así como de otros asuntillos de cierta consideración, de los que para su suerte, sus enemigos los caballeros rojos no habían estado a la altura esperada. Se avecinaban fechas, en las que el Señor de todos los señores podría quitarle el liderazgo y control de los bienes comunales de su querida aldea. A eso, se decía, voy a oponerme con todos los artificios inventados o por inventar.
Al atravesar la gran puerta que da entrada a la cálida estancia palaciega, el Sr. Gobernador fue humildemente saludado por el que, sin duda, es su mejor vasallo:

—¡Buenos y cálidos días le de el Altísimo a su Excelencia!

—¿Qué haces aquí refugiándote de la intemperie y no trabajando en mis bienes, como es tu obligación?

—Sr. Gobernador de voluntades y bienes, humildemente me atrevo indicarle, que este su más fiel servidor, cuando todavía el reloj no había tañido la sexta campanada ya se encontraba en los tajos que me tiene encomendados. A esa hora ya estaba dando órdenes a sus otros vasallos sobre el cometido que en este día del señor le correspondía realizar para gloria del Altísimo y beneficio del Sr. Gobernador, al tiempo que escuchaba los rumores que las Cuatro Esquinas ventea sobre su Excelencia.

—No me hagas perder mi preciado tiempo con tu palabrería y dime lo que de verdad tiene interés para mi: ¿Esta vez, cuales son las infamias que sobre mi ha vomitados plebeyos, vasallos y ciervos envidiosos de mi buen hacer?

—Su Excelencia debe perdonar mi atrevimiento, pero mi boca solo transmite lo dicho por otros ingratos habitantes de esta aldea que para nada tienen en cuenta las veces que su generosidad les ha donado más de un mendrugo de pan y a algunos el poder asistir a sus hermosas pláticas en la sobria Sala de Juntas.

—¡Los que tienen la mente podrida no cuentan para mi! Al grano, ¿Me han difamado de nuevo?

—Dicen que como pronto el Gran Señor visitará nuestra querida aldea, su excelencia se está gastando miles de doblas en embellecer plazas y jardines, que se encuentran en perfectas condiciones de belleza y uso, y que—después de un hondo respiro y sin atreverse a mirar a los ojos de su señor, el vasallo Bartolo prosiguió— algunos reprocha a su Excelencia que antes dijera a unos aldeanos que le visitaron en su castillo, que las aceras debían ser acondicionadas por sus propietarios y que ahora, en vísperas de la visita del que le podría quitar el sillón, ha mandado repararlas a cargo de los altos impuestos.

—Sabía yo que los envidiosos y ruines pueblerinos echarían culebras sobre mi a causa de esas bellas mejoras que las plazas estaba pidiendo a gritos, así como del arreglo de las aceras que estaban sin pavimentar.

El Sr. Gobernador se frotaba las manos entre sí para ahuyentar el frío que todavía no las había abandonado y en su rostro se percibía cierta irritación que podría deberse a la posibilidad de que el que tiene que venir le apeara de su sillón—según ciertos riumores—, al frío reinante fuera de la estancia palaciega, o a los comentario transmitido por su vasallo Bartolo. Fuera como fuere, el estado de excitación del Sr. Gobernador empezaba a no gustar a Bartolo, dado que en otras ocasiones en las que se había puesto de igual semblante, el primero en sufrir las consecuencias de su ira había sido él. Con cierto despecho, El Gobernador le inquirió

—¿Tienes alguna infamia más que contarme?

Bartolo tragó saliva y pensó que nada más debía contar, dado el estado anímico en el que se encontraba su señor, pero se dijo, que tenía la obligación de contar todo lo que se decía en la calle, pues para ello recibía de su señor el mejor de los mendrugos y hasta, en contadas ocasiones, pan recién horneado.

—No me lo tengo en cuenta, mi señor, pero algunos malnacidos vecino se preguntan con cierta sorna, si su excelencia va a visitar a alguna de las chabolas, como nuestro queridísimo Rey viene haciendo, según lo ha cantado un trovador deslenguado.

Sin pronunciar palabra y saliendo fuego de sus ojos, el Gobernador giró sobre sí y se dirigió escaleras arriba a su estancia de trabajo. Se comentó que unos segundos después de haber entrado a ella, el viejo y astuto gato, que en días de frío solía cobijarse al calor de la chimenea, salió de la amplia sala como alma que lleva el diablo.

Verdaderamente un cuento de infamias e infamias.

De los malos malísimos sólo pueden esperarse infamias y contra los listos, claros. ¡Los listos qué listos son los jodíos!

La gente del PP no cataloga como malisimos los que políticamente están enfrente,ni listisimos a los nuestros.
Todos los ciudadanos se merecen un respeto, cualquier que sea su opinión.
No pinchamos,como haces tú con tus cuentecicos.
Por cierto,que pasa con sus encuestas?se han convertido en papel mojado
Que largo se te va hacer de aqui al 24M.

Visitadoras preséntate al los micro relatos. A lo mejor ganas

PEPETE, es cierto, no tratais a los que no son de vuestra cuerda de malisimos, solo de destruirlos como personas y si de paso podeis su vida profesional, tambien. (Aqui incluyo a vuestros socios díscolos, aunque ya han vuelto al corral, perdonando to lo que paso)

Te recuerdo los piropos ..cabezas podrías, sinverguensas, amigos de lo ajeno, visitadores de lupanares, etc (utiliso estas palabras porque no me deja el administrador utilizar otras, aun que todos me entendéis)

Posdata: ya pago la lus. Soy uno de los pribilegiaos que han encontrado trabajo desde hace 2 meses (55 horas semanales por 667,35 euracos al mes)
Haber si ahora con este dineral y con un poco de suerte me compro un ordenador moderno que lleve corrector, para no tener tantas faltas de grafía.
Unabraso campeon.

En nuestro vocabulario no está la palabra destruir,somos un partido constructivo,y como en las mejores familias han habido discrepancias.
Pero eso como tú sabes ya es pasado,y ahora somos una familia unida y con una meta muy clara,que es ayudar a todos los ciudadanos de Redován con nuestra política.
Me alegro que tengas trabajo,señal de que poco a poco saldremos adelante,y no te preocupes por tener faltas de ortografía,cada uno escribe como sabe.

55 x 4 = 220 horas. : 667 euracos. =. a 3 euracos la hora
Este es el panorama que abeis (el pp) impuesto en España
Pensándolo bien, me quedo sin ordenador nuevo. O tendré que dejar de pagar el recibo de la luz.
Tu que harías en puesto mío PEPETE

Hombre,me parece que tu Jefe es un explotador por pagar a 3 euros la hora,se aprovechan de gente como tu que no tiene opción de elegir y tiene que tragar con empresarios que aprovechan la crisis para lucrarse.Yo en tu puesto seguiría buscando trabajo,por que seguro que encuentras algo mejor,ya que estamos saliendo de la crisis.Y por el ordenador,no te preocupes,ya veras como pronto te podrás comprar uno nuevo.

Lo que faltaba. Si resulta que es de tu cordel. Incluso creo que sienta a tu lao. Te pido por favor que en la reuniones que tengais, esijas que los empresarios no esploten a los pobre ticos obreros. No digo su nombre porque me cuesta el trabajo.

Que quieres decir que es de mi cordel? y se sienta a mi lado?

Pepete te falta dos hervores,tu sin los whatssapp que te mandan para ser la voz de tu amo eres muy flojo.