Acosadores y otras yerbas. Es evidente que no conozco nada de la situación política en el municipio de Ponferrada y no puedo saber en que se fundamenta la moción de censura, desde un punto de vista estrictamente político, planteada contra el gobierno municipal del PP y que ha creado tanta polémica en los últimos días. Pero tal vez el fondo politico de la misma sea lo de menos, a tenor de todo lo que la envuelve y contamina, y sin ese factor, es decir, en circunstancias normales, su tratamiento político y mediático, pasaría a la historia rápidamente sin pena ni gloria. Mociones pongas y las ganes, porque de estas hay en todos los lados siendo otro frente abierto, en la mayoría de los casos, entre los dos partidos mayoritarios del panorama (y que panorama) político español. Después de todo lo leído y oído sobre el asunto yo pienso que el “pagano” en toda esta historia ha sido el PSOE. Aunque en buena medida por meritos propios, siendo la precipitación en la gestión del caso, el mayor error cometido por no esperar a que se consumara el aspecto más importante, según parece, como condición definitiva para formalizar la moción de censura y que no era otro que la dimisión de Ismael Álvarez como concejal. También podría haber dimitido antes y no participar en el procedimiento, pero me parece a mi que este le tenía ganas a su anterior partido y no ha querido perderse la ocasión de apartarlo del poder. Yo no lo entiendo de otra forma. Ese apresuramiento en resolver la situación ha venido de las críticas al proceso por la condición de condenado por acoso sexual del mencionado sujeto, pero ese extremo fue contemplado, según parece, y parece lógico, en la negociación entre las dos formaciones para que este se apartara de la política definitivamente. Ciertamente, el apoyo a la moción tendría que darlo él, un acosador, y su grupo. Pero no olvidemos que este individuo fue elegido por una parte (16,52%) de sus conciudadanos, todos, o casi, votantes del PP cuando él mismo era de ese partido. Y para más asco, cuando ocurrieron los hechos por el que fue juzgado, más de 3.000 personas salieron a las calles de esa ciudad en apoyo del ya ex alcalde. Y entre ellos los concejales del PP que entonces formaban el grupo municipal. De todo esto no se hablaría, si de una vez por todas se legislara para que los imputados, o ya condenados por cualquier delito, no pudieran presentarse en ninguna candidatura política y optar así a cargos públicos. Pero mientras esto siga así, menos rasgarse las vestiduras cuando veas la paja en partido ajeno. |