Prometer hasta el "deber" Fue Núñez Feijoo el primero en afirmar que el Presidente Rajoy “no cumple con su programa pero cumple con su deber”. Por entonces yo no preste atención a esa alegación, tesis o aserto del gallego dirigente autonómico porque me pareció de una ligereza absoluta, pareciéndose más a una excusa peregrina que a una declaración política de peso. Esa misma versión, calcada de la anterior, la leí en una entrevista al Sr. Rajoy en el diario El País y ya, la cosa, empezó a pesar más como tesis de estrategia política. La confirmación de tal hipótesis fue definitiva al oírla en vivo y en directo de boca de Mariano en el pasado debate del estado de la nación. Y es eso, en mi opinión, lo que pretenden desde el PP: que se acepte sin reservas por la ciudadanía que es el deber, o lo que se entiende por tal, lo que explica la acción política del actual gobierno sin atender otras cosas por parte de este y sin criticar otras por parte de aquella. El deber, como fin ultimo, obviando los medios con los que se quieren alcanzar los objetivos. Y en parte tiene razón. El deber es algo que tienen que tener en cuenta los gobernantes. Pero el deber tiene muchas interpretaciones, a pesar de que parezca que solo con pronunciar esa palabra, lo que se hace es incuestionable. Y de tantas apreciaciones que se pueden hacer al respecto, la que nos ocupa es una de ellas. ¿Cuál es el “deber” del Sr. Rajoy en este caso, cumplir su programa o cumplir con su deber? O planteado de otra forma. ¿Cual era el deber del entonces candidato Rajoy, decir lo contrario de lo que pensaba hacer, o decir aquello que era su intención hacer y lo ocultaba? ¿Es lícito, legitimo o moralmente aceptable decir ahora que este es mi “deber” cuando nunca se ha puesto en conocimiento del electorado que lo que iba a hacer no era lo que prometía? Creo que el Sr. Rajoy lo que “debería” de haber hecho en su momento era tratar al electorado como mayor de edad y no como a un alumno al que se “debe” tutelar y orientar cuando se está en una posición de poder. Se ha equivocado queriendo hacer valer unilateralmente lo que el considera “su obligación” ante lo que fue su compromiso electoral. La contestación que esta teniendo en la calle así lo pone de manifiesto. Y las encuestas también. Y más cuando la situación económica no mejora visiblemente a pesar de sus buenas intenciones, no me cabe duda. Y lo que es peor, lo que se dice desde Bruselas no es muy alentador. |