Redován - Alicante

A mi en el fondo me da lastima el Sr. Rajoy. Tanta confianza que despertó con su triunfo electoral, en el que se veía una salida inmediata de la crisis, y que lejos de superarla esta siendo otra victima política más de la misma. Lo malo de esto es que todo el sacrifico al que nos está sometiendo no da, de momento, los resultados esperados. Le están creciendo los problemas por su empeño en ser más papista que el Benedicto, metiéndose en todos los charcos que se le ponen por delante sin otro mensaje final que el de decirnos que todo nos será concedido si tenemos paciencia y esperamos algo parecido a un milagro. El Mariano es ahora mismo una especie de profeta que anuncia buenas nuevas, pero que no concreta el momento en el que se van a producir, entre otras cosas, porque no lo sabe. En realidad nadie lo puede saber. Pero a toda paciencia hay que ponerle un límite. Aunque ese límite estará en relación con los efectos, negativos por supuesto, que tengan a corto plazo las medidas de ajuste a las que estamos siendo sometidos los trabajadores, pequeños empresarios y comerciantes, funcionarios y sobre todo, los colectivos mas débiles y vulnerables como son los parados, pensionistas y personas dependientes. El presidente del gobierno esta convencido de que las medidas que esta tomando van en la dirección correcta y que serán de efecto positivo en dos aspectos esenciales para la recuperación económica; crecimiento, primero, y creación de empleo después. Todo eso está muy bien, incluso los que protestan por los recortes, creo que tienen esa esperanza. Pero lo que de verdad juega en contra de esos buenos augurios es la incertidumbre del cuando va a ser eso, porque en anteriores circunstancias criticas que ha experimentado la economía mundial, aparte del crack de 1929, el ciclo estaba mas o menos determinado y la certidumbre de que la salida estaba a la vuelta de la esquina era asumida de antemano. Pero ahora no tenemos esa sensación, y esto, a juicio de algunos, o muchos analistas, es lo que nos esta creando ese nerviosismo y preocupación porque no vemos el final de la recesión y el principio de la recuperación económica. Ya darían esto ultimo por bueno esos mismos analistas, aunque ese principio de recuperación, insuficiente para crear empleo, pero suficiente para liberarnos un poco de esta psicosis, se estancara en torno al +1% del PIB. Todo esto, a día de hoy no son más que conjeturas porque la realidad es la que es, según palabras del Presidente. Esperemos que esta cruda realidad no se prolongue demasiado porque el horno esta ya para echar los bollos.

La economia es tambien un estado de animo y expectativas y como tu dices Tramon,el horno no esta para bollos.

Un saludo