Esta obra se centra en la vida de Nini y el Ratero, los cuales desarrollaban su vida dentro de una cueva y vivían a costa de la caza de ratas.
Estos dos personajes estaban constantemente sometidos a la presión del alcalde del pueblo, Justito, al cual presionaba el Gobernador. Exigían el inmediato desalojo de la cueva, para poder derrumbarla, pero la cabezonería del Ratero era mayor que la cantidad de propuestas económicas y sociales de vida que se le proponían.
Nini y el Ratero tenían una perra, llamada Fa.
Un joven habitante de Torrecillórigo, Luis, tenía como afición la caza de ratas también, pero no sabía mucho del tema y estropeaba las camadas de ratas. El Ratero odiaba a muerte a Luis.
Llega un momento en la historia, en la cual se acaban los alimentos relativamente, disminuyen las camadas de conejos, hurones, zorros, ratas, etc... Lo cual daba como única fuente de alimento las cosechas, pero por unas causas o por otras iban a tener problemas de alimentación. Poco antes de que llegara la época de recoger los cultivos, llegaron las heladas, y los aldeanos del pueblo se reunieron en el bar de Malvino para intentar solucionar ese problema, y Nini les comentó que, para sacar las huertas adelante, era necesario que el viento soplara al amanecer. A la mañana siguiente una fuerte ventisca solucionó el problema. Días más tarde Prudencio tenía sensaciones de que algo muy negro se acercaba, y fue a consultarlo con el Nini, y le dijo que sí, que una gran tormenta se acercaba, Prudencio lo fue a comentar en el pueblo, pero nadie le creyó y días más tarde una granizada destruyó todas las cosechas.
En uno de estos días, el joven de Torrecillórigo tuvo un encuentro con el Ratero, y este, tras una enzarzada discusión mató con un pico a Luis y a su perro tras él, por el motivo de que, según él las ratas eran suyas.