Villarrobledo - Albacete

Hoy desgraciadamente otro paisano nuestro se ha dejado la vida en el asfalto,ganandose la vida para el y los suyos se la ha dejado en una cuneta de navarra.Hoy Joaquin(El rojo o Ciquelo)se ha ido de viaje para siempre.Joaquinete descansa en paz.Mi mas sentido pesame para su familia.

¿quien es ese chofer? ¿con quien es su esposa?

Pobre chico. DEP.

Borrado por su Autor.

En los enlaces que pongo viene la noticia, su nombre completo era Joaquin Collado Toledo, aunque en el Diario de Navarra pone que era de Jerez de la Frontera por que ahora vivia allí, en el otro periodico si que pone que es de Villarrobledo, su padre es Jose Maria Collado (Ciquelo) conocido y muy aficionado y miembro del Club Cilista. Una verdadera pena con 35 años y 3 hijos. En Noticias de Navarra (segundo enlace) si indica que era natural de Villarrobledo. Descanse en paz.


https://ww.diariodenavarra.es/20101214/navarra/fallece-etxalar-camionero-al-caer-n-121-a-terraplen.html?not=2010121402205970&idnot=2010121402205970&dia=20101214&seccion=navarra&seccion2=condolencias&chnl=10

https://ww.noticiasdenavarra.com/2010/12/14/sociedad/navarra/un-camionero-accidentado-en-etxalar-tercera-victima-de-la-n-121-a-en-70-dias

Me ha impresionado mucho la siguiente crónica.

La mayoría de las veces al enterarnos de la muerte de alguien en la carretera nos la cuentan como una cifra y no caemos en que detrás hay toda una familia destrozada. Lo tenemos tan familiarizado que no nos damos cuenta de lo que transciende a esa muerte.

Pobre chaval. Todas mis condolencias para su familia.

La crónica:

Son las seis de la mañana de un día trágico. Jose Mari y su mujer reciben en su casa de Villarrobledo (Albacete) una inesperada llamada telefónica. Es de la Comandancia de la Guardia Civil de Pamplona. Joaquín Collado Toledo, su hijo, de 35 años de edad, el quinto de ocho hermanos, casado, y padre de tres hijos -dos niños y una niña- ha muerto. Joaquín cruzaba Navarra con su camión articulado desde Francia, cuando se salió en una curva.

Joaquín apenas llevaba quince minutos conduciendo cuando ocurrió todo. Había descansado en el área de servicio de Behobia. Paró la tarde anterior. Durmió hasta la una y media de la madrugada, y a las dos menos cuarto, quince minutos antes de continuar, telefoneó a Rosi, su mujer. Preguntó por sus tres hijos: Joaquín, de 14 años, Eusebio, de 10, y Sandra, de 6. "Todos estaban bien. Esperándole", refiere Jose Mari, y partió... Joaquín tenía previsto llegar por la mañana a Valencia y descargar las patatas. Después, descansaría el tiempo estipulado, volvería a cargar con naranjas, y se dirigiría hacia Holanda.

Sin embargo, el destino se cruzó doce kilómetros después de haber iniciado la marcha. No se sabe muy bien la causa. El chófer perdió el control y el trailer cayó terraplén a bajo, hacia la orilla del Bidasoa. Volcó. El suceso se dio en la N-121-A, a la altura de la Central Hidroeléctrica de Bera.


"No pude hablar con él"

Jose Mari no pudo hablar con su hijo la tarde anterior (domingo), cuando les llamó para preguntar cómo se encontraban. "Nos pilló en el coche. Como yo conducía, cogió mi mujer", se lamenta una y otra vez, "tengo que esconder las lágrimas por mi mujer. Quedé en contactar con mi hijo más tarde...y no lo hice". Joaquín volvía de descargar un cargamento de Inglaterra. Se aprovisionó de patatas en Francia, y descansó las horas exigidas por el tacógrafo. "¡No hay derecho a que tengamos que conducir de noche! ¡Debería estar prohibido!", se desahoga Jose Mari.

Sabe bien de lo que habla. Él también es camionero. A sus 64 años, lleva 42 en el oficio. Conoce muy bien la N-121-A. La ha hecho en cientos de ocasiones. "El tacógrafo -sistema que mide si cumplen el número máximo de horas de conducción sin descanso- es una presión psicológica enorme para un camionero. Conducimos con un reloj en la mano. Nosotros somos conscientes de que hay que respetar los horarios. Tiene que haber otra manera de controlar esto. Antiguamente, cuando no existían estos instrumentos de control, dormíamos y trabajábamos sin tanto estrés. No había tantos accidentes mortales", enfatiza.

Jose Mari recuerda la víspera de Reyes, hace ahora tres años, cuando se vio obligado a descansar a las tres de la tarde en Aranda de Duero. "¡Es injusto! Me quedé toda la tarde en Aranda, pudiendo llegar a Albacete. Al final tuve que conducir de madrugada. Por culpa del tacógrafo, me tocó seguir de noche y me quedé clavado con el hielo cuatro días en pleno puerto de Somosierra. "Con todos los gastos que conlleva un camión, al final, mi hijo sólo podía entregar en casa unos 1.300 euros. "¡Ha muerto por este dinero!"

48 horas después del accidente, todavía quedan restos del camión. Allí, en el kilómetro 62,5, muy cerca del río Bidasoa, Jose Antonio Lekuona, de 57 años, y Aitor Uranga, operarios de la grúa destinada al rescate en carretera, recogen una fotografía del suelo embarrado (ver página anterior). La imagen forma parte de una de las últimas reuniones familiares que celebraron en Villarrobledo. En un primer término, a la derecha, aparecen sus padres.

Una fotografía

"He visto demasiados muertos en la carretera", asevera Lekuona resignado, con la mirada puesta ahora en los restos de la gabarra. Reposa en lo alto de la N-121-A. Dos agentes de la Guardia Civil controlan el tráfico. "Esta carretera transmite falsa confianza", dice uno de ellos.

Muy cerca del punto donde ha aparecido la foto, hay también un balón de playa azul a medio hinchar, y una fotografía de Sandra, la hija de 6 años de Joaquín.

De vuelta a Pamplona, con los pensamientos puestos en la fotografía de Sandra, se puede comprueba que los vecinos que residen al margen de esta carretera, y los camioneros que descansan a esa hora en las áreas de descanso, coinciden en calificarla como una "arteria maldita". Y los datos así lo confirman: estos dos últimos meses se han registrado cuatro accidentes mortales. En los cuatro, con vehículos pesados implicados.

Los camioneros consultados hablan de "descuidos humanos". Los vecinos explican que "se ha quintuplicado la densidad de los camiones tras la mejora de algunos tramos de la carretera" desdoblados. Otros agentes de la Guardia Civil manifiestan que esta carretera es una "vía de la que uno no puede fiarse". Evitan culpar a los camioneros.