Villarrobledo - Albacete

Ha venido a decir D. Carlos Solchaga, ex ministro de la era “felipista” en las carteras de industria y Economía (un peso pesado del PSOE), que D. José Lúis Rodríguez se rodea de secretarios en lugar de ministros, porque el susodicho vive en un mundo presidencialista, donde el único agente político relevante es él. Algo parece evidente: el líder de este país ha apartado de sí a las personas brillantes que pudieran competir con su fulgor(¿) y los actuales ocupantes de los sillones azules no destacan por su brillo mediático o por su brillo intelectual.

Ya en el contexto del Ayuntamiento de Villarrobledo, el problema igualmente es la presencia de numerosos secretarios de “jefes” y supuestos líderes que se las dan de democráticos, presumen que todo lo consensúan con su “equipo”, de que no imponen las cosas, de que sólo tratan de convencer.

La realidad es bien distinta, usan técnicas de manipulación para imponer sus criterios mediante el miedo de los dependientes que ese gran jefe pudiera despedirlos o tomar represalias. Puede ser que quien se rodea de oscuros suponga de sí mismo una alta capacidad de gestión para llegar a todo, y supervise hasta los más mínimos detalles en los trabajos. Quizás trabaje (o haga trabajar a un fiel servidor) más de 14 horas diarias, y quiere que todos hagan lo mismo, y casi todos se quedan, pero como él no les deja hacer nada, sólo trabajan cuando él les pide algo; consecuentemente, están mucho rato, pero trabajan poco tiempo. El no se da cuenta, y engorda la nómina de asesores, más y más, por si acaso.

Nada más cerca del sentimiento de inferioridad en un personaje mediocre. Así es el perfil de quien se rodea de secretarios. El jefe, líder, que asume todas las decisiones ( y maquiavélicamente cesa a quien se le escapa de su estela) crea a su alrededor símiles de borregos que acatan las órdenes del pastor y, eventualmente, de algún perro de presa que se “ajunta” al gran jefe. Se quedan con él los aprovechados, los endebles o los tontos útiles, más algún iluminado que se cree que puede llegar al líder o que es capaz de mitigar los efectos de sus errores.

Los secretarios, esos elementos pegados al cargo que sólo administran y cobran (su sueldo), en esa nave, brillan más que el capitán. Y el capitán sólo aparece, cuando hay que hacer recopilación de lo realizado y presentación de resultados…colocando el plural en su discurso (hemos hecho) en lugar del singular (yo, yo, yo).

En definitiva se trata de acólitos que rodean al jefe que les garantiza el sustento y crean un mundo mágico donde las decisiones se toman con varita y se jalean como la gracia de un bebé orondo. Entonces…en el momento del descubrimiento, las decisiones deben tomarlas otros, deben ser rápidas, dirigidas al epicentro, tajantes… ¿Me da usted otra solución?.

Para todo hay cauces legales en esta vida, y el PP en lugar de parecer un eterno Calimero, lloroso y deprimido, podría echarles los eggs suficientes y plantar en la mesa una moción de censura.

Sólo es necesario valor y que al menos una décima parte de los Diputados la propongan.

Esa es la forma correcta de hacer las cosas, sólo que nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato.

Saludos

Si, que te vuelvas a presentar otra vez a las elecciones. IP fugáz.

en cierta medida, es lo que está pasando en el ayuntamiento, seguidismo, jaboneo, nepotismo y favoritismo cuatro comportamientos que suponen la mayoria de los meritos requeridos para conseguir la deseada promoción o incluso el mantenimiento del puesto de trabajo, y eso, con mucha ventaja sobre la capacidad, el esfuerzo y los resultados. cruda realidad pero que felonía¡ que perfidia¡ que vileza¡ con este tipo de submeritos.

El fanatismo político es una constante, que lleva a las naciones al desastre total, pues el fanático político nunca pensará que las decisiones de sus lideres sean incorrectas, nunca se cuestionara el ideario político de un Lider. El fanático político siempre encontrara una razón para atacar al partido político enemigo, y todo el que piense distinto por ende será un enemigo En realidad el fanatismo es un concepto que suele llevar apellido,eso es lo que les pasa a la mayoria.

En una nación, país, localidad, comunidad, etc siempre tiene que haber un grupo de personas, que tomen la mayoría de las decisiones que regulan el funcionamiento del grupo, ya que de otro modo no se podría
vivir en sociedad.
¿Quiénes son ese grupo de personas que asumen el gobierno de una colectividad?,
en nuestro caso unas personas que se han presentado a unas elecciones y han sido elegidas democráticamente por el resto de la comunidad.
¿Por qué se han presentado a las elecciones?
a) porque quieren servir al resto de la comunidad, sin tener otros intereses personales.
b) porque quieren aprovecharse del cargo que puedan obtener.
c) porque quieren obtener un mejor empleo que el que tienen.
d) porque les gusta figurar.
e) porque alguien les dijo preséntate.
g) porque quieren tener el poder.
h) por otros motivos.

Cada cual que elija la respuesta que mejor se adapte a su personalidad, y posiblemente hay estará la respuesta de lo que buscaron los que actualmente nos gobiernan.

Ahí van otro par de preguntas:
En el corto tiempo que llevamos con gobiernos y ayuntamientos democráticos, ¿ha habido alguien (lease PP, PSOE, IU, Regionalistas), que teniendo el poder de decisión no se haya beneficiado personalmente o no haya beneficiado a algún allegado?

En el futuro próximo, ¿alguien piensa que esta predisposición humana a "aprovechar el momento" va a cambiar?

Reflexión: siempre tiene que haber alguien en el gobierno (estatal o municipal), y el que este siempre va a arrimar el ascua a su sardina,
esto hay que asumirlo; hay que intentar que quien esté se lleve lo menos posible, y si se lleva 3 que traiga 5.

Eso es lo que pienso, salvo que alguien me convenza de lo contrario.

Bien!! que bueno, que razon llevas.

Suscribo integramente lo que has dicho, es una reflexión a apllicar en muchos ámbitos, no sólo en la política, sino en la religión, en el mundo de la economia mas capitlista o comunista y otros. Pero me parece muy acertada tu reflexión sobre el fanatismo político.