Ontur - Albacete

VAMOS A REBAJAR UN POQUITO LA TENSION QUE SE PALPA EN ESTE FORO:

Salgo de la ducha..... me miro al espejo y pienso en voz alta: "!
Qué bueno sería tener unas tetas más gordas!".


Mi marido que lo ha oído, en lugar de decir: "¡No es verdad!", como dice normalmente, dice:"Si quieres que te crezcan, debes pasarte un trozo de papel higiénico entre las tetas durante algunos segundos".

Con muchas dudas, pero decidida a probar todo, cojo un trozo de papel higiénico y me lo paso entre las tetas durante algunos segundos. después le pregunto: "¿Durante cuanto tiempo lo tengo que hacer?" Y él me contesta: Tienes que hacerlo todos los días durante varios años".

Le digo: "¿Tú estas seguro de que pasándome un trozo de Papel higiénico entre las tetas todos los días durante unos años éstas me crecerán?. Y él me respondió: "Si te ha funcionado con el culo, ¿Por qué no te va a funcionar con las tetas?.

Mi marido está todavía vivo, y después de algunos meses de rehabilitación, quizás vuelva a caminar.

Verás querido amigo:

Tú nos has enseñado el truco, por cierto, muy gracioso. Genial.
Y ahora viene la segunda parte, o sea, aquello de: el almendruco.

Ese señor tan galante que agasaja a su esposa con esos piropos tan hermosos, nada más salir de la clínica de rehabilitación, muy recuperado él, muy guapetón y muy arrepentido, antes de llegar a casa se pasa por El Corte Inglés, se compra unos palos de folf y al día siguiente se levanta muy temprano, se viste con el pantalón a cuadros, su polo con el anagrama del club y su gorra con visera.
Carga el saco con los hierros, la maderas y sin olvidar los de patear, agarra su Mercedes último modelo y se dirige al campo de golf a sorprender a los curiosos con sus habilidades.
Se ha pasado una buena temporada en la clínica curándose de las heridas de una mujer humillada, de culo gordo pero humillada, y aunque no está muy entrenado, él mantiene la idea de deslumbrar con su juego a los espectadores.

Así que pone en marcha su Mercedes y allá que se encamina hacia ese terreno sembrado de agujeros situado a 50 km. de su domicilio.

Pero hete aquí, que apenas un par de km. recorridos, el cielo se oscurece, se encapota y grandes nubarrones hacen acto de presencia. Una tenebrosa tormenta con truenos y relámpagos hacen presagiar un gran diluvio que no tarda ni cinco minutos en comenzar a descargar un aguacero impresionante.
Como no podía ser de otra manera, aquel señor amante del golf piensa que no es el mejor día para entrenar, y sin que lo vea la policía, da la vuelta en plena carretera en zona con raya continua, y regresa a su dulce hogar para hacerle compañía a su mujer de culo gordo.

Llega a casa, tira los palos por encima del sofá, se desnuda y frotándose las manos, no se sabe bien si por el frío o por lo que le esperaba en la cama, se zampa en el lecho conyugal, y con la luz apagada, se arrima por detrás a su mujer y cuando ya nota su culo gordo, la abraza y le dice:
¡Oh cariño! ¡Qué ganas tenía de llegar y meterme en la cama contigo!
Y responde la mujer: ¡Sí amor mío! ¡Hazme tuya una vez más! ¡Como ayer! ¡Como anteayer! ¡Como antes de anteayer! ¡Hazme eso que tanto me gusta! ¡Vuélveme loca! ¡La semana pasada me sorprendiste con aquel numerito tan excitante! ¡Quiero que lo repitamos!
Y añade: No temas por mi marido, no hay prisa, tardará en regresar, mira el día que hace y el idiota ese no tiene otra cosa mejor que hacer que irse a jugar a golf.

Ahora dicen que está en la misma clínica. Quienes le han visitado aseguran que no le han visto heridas por ningún sitio. Sin embargo, su mujer de culo gordo tiene un informe médico que dice:

Hombre en estado de coma y con gesto de sorpresa, acude a los servicios de urgencias de este hospital, con un infarto de mil demonios. Y el informe finaliza con un escueto: "No sabemos qué le ha podido pasar"

Saludicos para todos.

Pedro Higuera