Munera - Albacete

Erase una vez un joven, un tanto feito que se encontró con una deslumbradora joven; naturalmente se enamoró enseguida de ella. Se declaró y recibió tantas calabazas y calabacines que se introdujo en una empresa de calabazas; facturaba y vendía muchas calabazas y calabacines, pero... el dinero no le daba la felicidad; esperaba dejar el negocio de calabazas y entrar en el mundo de los corazones enamorados. Llamaba una y otra vez en el corazón de su joven amada, pero siempre estaba ocupada con otros amores. El joven feíto, ya no era tan joven pero sí más feíto y se le ocurrió buscar en otro corazón que no fuera el de su amada y se le abrió de inmediato. Todas sus angustias, todas sus amarguras las colgó en su huerto de calabazas y calabacines y se enamoró de otro corazón. Como en todos los cuentos este este también acaba bien; en éste os diré que el joven feíto que ya no era tan joven pero sí más feíto, se casó con una joven no tan preciosa como su siempre amada pero si más humana, más comprensiva y además llevaba títulos bajo el brazo. No cabe decir que fueron muy felices y comieron perdices. Los calabacines los regaló a otro joven feíto para que le dieran la misma suerte que tuvo el joven feíto que no era tan joven pero sí más feito.
(Dedicado a las jovenes que dan calabazas a los pobrecitos feítos). Sabed queridas princesas que los feítos tienen corazón grande, sentimientos buenos y siempre están ansiosos de ser amados por chicas de esa querida tierra que es Munera.

feito mi corazon se rinde a tus pies cuando kieras kedamos para ke me demuestres el sentimiento del amor y de la tierra en ke nacimos