Góntar - Albacete

Tendria unos seis años, en un invierno de los de antes, y no encontrandose en mi casa mi padre y siendo mi abuelo demasiado mayor, me tocó llevar la mula a beber al zarzalico.
Bajando por las cuadras donde encerraba las vacas la tia Presentación, me dí una culatá en el hueso de la ciconqui, que me retorcia del gusto.
Al llegar al lavadero, habia tal extension de hielo y tan duro, que los cascos de la mula ni lo podian romper ni atravesar.
Ante tal dilema me volví a casa y les conté mis peripecias, mi fracaso y mis caidas.
Decidieron darme un cubo metálico y que yo le trajera agua a la mula, y si me caia que no rompiera el recipiente.
Para animarme mi abuelo me prometió que cuando regresara que diria el "gran secreto de las caidas".
A regañadientes, dando el rodeo correspondiente, dandome los trompicones reglamentarios y las caidas preceptivas, logré traer agua para la mula.
Llorisqueando y esperando el consuelo de los mios, mi abuelo
me acarició y me dijo:

"-Ves, tú sólo has descubierto el secreto del fracaso. Todo consiste en levantarte solo una vez mas de las que te caigas. ....Si un hombre retrocede...es para coger carrerilla...

Demetrio

ERES UN HOMBRE CON MUCHA SUERTE.
LA VIDA HA SIDO DURA
SABES EL VALOR DE LAS COSAS.
POR ESO IGUAL QUE TÚ
YO NO SOY AMBICIOSA.
ME CONFORMO CON SER FELIZ

Marga.

ES relindo lo que escribis los dos.