Vitoria-Gasteiz - Alava

El PNV trata de cerrar el boquete que la corrupción abre en sus filas solamente a un año de las elecciones municipales

El PNV está tratando de cerrar desesperadamente el gran boquete que la corrupción acaba de abrir en sus filas.

Si en Gipuzkoa todavía colean los escándalos que hace dos años rodearon al Partido Nacionalista Vasco en el Departamento de Hacienda, en el Museo Balenciaga y en lo hace referencia al nombramiento de su anterior candidato a diputado general, ahora es en Álava donde se han encendido todas las luces de alarma para la formación liderada por Iñigo Urkullu.

De hecho, los líderes del PNV, tan locuaces como suelen ser para, por ejemplo, cuestionar las acciones policiales contra ETA, apenas han hablado desde que, en la tarde de ayer, ocho personas vinculadas con el partido, entre las que destaca Alfredo de Miguel, diputado foral de Administración Local y Equilibrio Territorial y vicepresidente segundo de la Caja Vital (en la fotografía), fueran arrestadas por la Ertzaintza acusadas de un presunto delito de cohecho, blanqueo de capitales y tráfico de influencias. Al parecer, Alfredo de Miguel, en libertad con cargos, dimitirá hoy mismo presionado por el diputado general del PNV en Álava, Xabier Agirre.

De cualquier modo, lo que más preocupa en estos momentos en el PNV es no conocer la dimensión exacta de los delitos que se imputan a sus dirigentes, ya que desde la Fiscalía de la Audiencia Nacional solamente se ha señalado que la acusación, basada en una denuncia anónima, se basa en el supuesto cobro de comisiones ilegales derivadas de operaciones de compraventa de terrenos realizadas en el parque tecnológico alavés de Miñano, y que al parecer fueron efectuadas a través de una sociedad llamada Kataia Consulting S.L.. De esta empresa, radicada en Vitoria y presuntamente dedicada a resolver asuntos legales, apenas se conoce actividad, más allá de estar dada de alta en el registro de contratistas del Gobierno Vasco. Tampoco dispone de una página web corporativa.

Por otro lado, el PNV teme que, tras esta denuncia, se abran, tal y como ha ocurrido en otras ocasiones en casos similares, una lista de denuncias en cascada que pongan al descubierto, cuando solamente falta un año para la celebración de las próximas elecciones municipales, posibles irregularidades en alguna de las numerosas tramas político-económico-financieras que han surgido alrededor de este partido a lo largo de sus más de tres décadas ocupando ininterrumpidamente el control de los principales órganos de poder de la Comunidad Autónoma Vasca.

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