Vitoria-Gasteiz - Alava

La violencia religiosa en la ciudad de Jos, en el norte de Nigeria, se ha saldado con cerca de 500 muertos. Durante todo el fin de semana, los ataques de musulmanes de la etnia fulani contra los pastores cristianos de esta región han despertado los peores fantasmas del país. La cifra de víctimas es difícil de decir con exactitud. Ayer, la prensa local hablaba de 150 fallecidos, pero los datos del Gobierno hoy multiplican ese número.

Según fuentes gubernamentales, tres aldeas cristianas de Jos fueron atacadas durante todo el fin de semana por grupos de musulmanes armados con machetes. La prensa local habla de venganza por el asesinato de varios centenares de personas en dicha localidad el pasado mes de enero.

El Ejército se ha desplegado en la zona y el presidente Goodluck Jonathan les ha pedido que frenen el flujo de armas.

La mayoría de los fallecidos e los poblados de Zot y Dogo-Nahawa son mujeres y niños. Según la BBC, ambas localidades han sido arrasadas, de acuerdo con el testimonio de un trabajador de la ONG Stefanus.

Un residente dijo a la agencia Reuters que los atacantes entraron en Dogo Nahawa con armas de fuego. “Empezaron a disparar al aire para sacar a la gente de sus casas y una vez fuera los iban cortando con los machetes”.

Jos se encuentra a caballo entre el norte, mayoritariamente musulmán, y las regiones cristianas del sur.

La masacre que están padeciendo los cristianos por parte de las huestes criminales islámicas en Nigeria, así como en otras partes del mundo se debe en gran parte a la pasividad con que la población cristiana trata este genocidio, encubierto por los abyectos medios de comunicación como simples conflictos étnicos.

Los mahometanos tienen claro que para expandir el espacio vital islámico es menester el exterminio, literalmente, de las poblaciones cristianas, porque para un musulmán el único que tiene derecho a la vida es aquel que se pliega a las consignas del primer genocida y terrorista de la historia, Mahoma. La civilización cristiana ha de ser consciente que la libertad y la supervivencia no es una gracia sino un privilegio que se consigue luchando día tras día contra el enemigo musulmán. Los cristianos hemos de comprender que la coexistencia con los musulmanes no es más que una ensoñación defendida por la casta política corrupta y los medios de comunicación de masas que han decidido claudicar y autodestruir la civilización occidental.

Con el islam no se puede vacilar lo más mínimo, no se puede dar un paso atrás, porque lo único que se consigue es envalentonar a estas huestes de criminales genocidas que son los musulmanes. Es necesario que comprendamos que no hay un islam bueno y otro malo, simplemente hay islam, que junto con el marxismo es la mayor lacra contra el progreso de la humanidad.

estan sin civilizar y con armas en la mano y la religion por medio podriamos llamarlos salvajes pero se queda corto

Estos son los de alianza de civilizaciones