Muelas de los Caballeros - Zamora

Siempre es motivo de satisfacción encontrarse con "viejos" amigos [dicho sin segundas, claro está]. Ayer me autocité en el macroapartamento de José Miguel Palop, en Cullera, dispuesto no sólo a verle a él y a su señora, sino también a invitarles a cenar. Él me dijo que al lado del apartamento había una exquisita pizzeria. Yo, que acudía en plan generoso, le dije que había que ir al mejor de los restaurantes posibles: "al lado de mi casa, no te preocupes, allí es donde mejores pizzas he comido". Después de una larga y agradable charla, con su mujer como testigo, nos dispusimos a degustar las pizzas. [Diré que casi toda la conversación giró en torno a la música, como siempre]

Pero, mira por dónde, que al salir de casa cayó un diluvio universal, digno del anuncio del fin del mundo. Puesto que el presupuesto de paraguas era escaso (uno para tres, como los Mosqueteros, pero a lo pobre), pregunté [ignorante de mí]: "¿Dónde está el restaurante?". Es entonces cuando aparecen las respuestas más pegrinas del enguerino: "Allá, detrás de aquel edificio". O sea, acudo a Cullera para disfrutar de una cena al lado de donde reside Palop, cae lluvia a borbotones, algunos vecinos ya iban en barca por la acera, y el amigo José Miguel me dice que hay que cruzar toda una calle enorme, un parque, dos semáforos, un riachuelo, dos puentes... ¡Por Dios, José Miguel! Como le dije a su mujer: su concepto de "al lado de casa" es muy diferente al mío.

Aún hay más. Llegamos al restaurante de marras, en donde las puertas estaba abiertas de par en par como si estuviésemos en pleno mes de agosto; había goteras, una de ellas encima Fani, la mujer de Palop (que ya estaba dispuesta a cenar con paraguas); hacía mucho frío, parecía el congelador de mi casa... En fin. Por fortuna, las pizzas estaban exquisitas: tanto la de salmón como la de dátiles Eso sí, diré que para una ocasión que acudo generoso, derrochador, dispuesto a tirar la casa por la ventana, la cena sólo costó 20 euros con cuarenta céntimos. La propina la puso el de Enguera porque yo no llevaba más suelto. En fin... Así es una noche de gala con el amigo Palop.

Espero que disfrutéis de las vacaciones de Pascua. Saludos,

Agustín Zaragozá

Más de lo mismo, empieza con el DO sostenido, Sam. Este Agustín no hay por dónde cogerlo. ¡Cómo dices que viniste en plan generoso para ir al mejor restaurante, si no cesabas de decir que llevabas poco dinero! ¡Ahora, bandido, yo sí que sé con quién no te duelen prendas,y pa-ella flores a mansalva!¿Dónde podíamos ir tres comensales con esas pespectivas monetarias que no fuera a una pizzería? Y con mucha precaución, llevando mi bolsillo bien lleno, por si acaso, no fuese que nos hiciesen fregar los platos. ¡Mirad si es cínico! Cuando el camarero trajo el montante de la exquisita y abundante cena, dio la puñetera casualidad que lo llevaba justo, 20,40 euros, ni uno más, ni uno menos, y lógicamente la propina fue a cargo de los invitados. Ocurrió lo mismo que le dijo un amigo a otro a la salida de un médico:

- Uno. ¿De dónde vienes Pepe?
- Otro. Del médico.
- Uno. ¿Y te ha acertado lo que tienes?
- Otro.¡Acertado! Me ha pedido 100 euros y no llevaba ni un céntimo más.

Y luego dice que estuvimos hablando de música, yo creo que de alguna cosa más: de como es su profesión, la política, de un piso-chollo que le han ofrecido, y de sus alumnos, - que por cierto, y sin que sirva de precedente -, que deben ser unos chavales estupendos, ya que nos contó cosas inverosímiles, debían nombrarte Ministro de Cultura, a ver si tú arreglabas el desaguisado de la enseñanza, el comportamiento, como mínimo, estoy seguro.

La pizzería está a 200 metros del apartamento, y el exagerado dice que llovía como si fuese el diluvio universal, y tan solo nos cayeron unas cuántas gotas que sirvieron para limpiarnos las legañas. Y dice que venía a disfrutar de una cena, ¿pero como se puede venir a disfrutar de una cena con un billete de 20 y tres tarjetas caducadas? Agustín, si éramos tres comensales y pedimos dos pizzas, un vaso de agua del grifo, y una cerveza sin alcohol, para que fuese más barata. ¿Qué pensaste, que no pedimos más porque no teníamos más apetito, o porque queríamos ayunar por las fechas que nos encontramos? Pues no, sino porque tú ya te encargaste de metermos el miedo en el cuerpo. ¡Como pidáis tres, una irá a vuestro cargo! ¡Cómo voy a comprarme otro paragüas, si tengo que ahorrar para las ocasiones!

Una noche de gala, yo diría que de acordarme de la mili, que pasé más hambre que esos del programa de la Isla de no sé qué de Tele 5.

Bueno, hasta la próxima, que no deja de ser un placer - a pesar de todo -,el compartir un rato de charla con el amigo Agustín, que por cierto, sigue teniendo 25 años, a ese paso no podré ser su padre, sino su abuelo.

Un abrazo

José Miguel

Ya sabía yo que todo serían quejas de mi amigo Palop. ;)

Me alegra leer un mail con tanto humor y con un chiste tan divertido, que voy a contar en todas las ocasiones que pueda. Bueno, fuera de las bromas, siempre es divertido charlar con los amigos, pues esta vida pasa muy rápido (incluso para mí, que siempre tengo 25, como dice José Miguel). Así es que, de lo único que tenéis que hacer caso, es de que hay que reunirse con los amigos más a menudo. A ver si os pasáis por Cullera, que es una ciudad encantadora, preciosa, y nos tomamos todos una paella.

Saludos,

Agustín