El trabajo de los inmigrantes EL TRABAJO DE LOS INMIGRANTES Allá en la lejana España, mis bisabuelos, en medio de tristes guerras y de miseria, dijeron a mis abuelos que con trabajo vivirían tranquilos en nuestra América. Entonces ellos, sus hijos, dejaron todo: familiares, amigos, a Zamora, su suelo, emigraron muy tristes pero valientes con la ilusión del trabajo bajo otro cielo. Aquí el sudor mojaba sus toscas ropas y sus manos de a poco encallecieron, sus espaldas desearon que se haga noche, mas tuvo otro sabor el pan que comieron. Mis padres, sin asombro, vivieron siempre en medio del trabajo de cada día, y también aprendieron que su cansancio si viene del trabajo los dignifica. También crecí aprendiendo cada mañana que no es una tortura la campanilla del reloj que nos saca de nuestro sueño para emprender el trabajo de cada día. Sé que no hay nada más dulce que el buen reposo y quiero que mis hijos también lo sepan; si lo logro y trabajan con alegría habrá un nuevo eslabón DE ELENA SALVÁ BARBERO (Poetisa de TRES LOMAS_Argentina)
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