Villalón de Campos - Valladolid

En estos tiempos en los que nos agarramos a un clavo ardiendo a la hora de defender lo que se ha dado en llamar "lo nuestro", llama la atención que haya minoristas de la alimentación que se sigan pasando la normativa por el forro del fardel y que la Administración mire para otro lado. Digo esto porque me desagrada que cuando uno/a va a comprar pescado, filetes o cebollas se encuentre en la tesitura de no saber a qué precio está el género y si preguntas te hagan sentir como si le huvieses faltado a la mismísima Virgen de Fuentes, que ya es faltar. Llegados a este punto, no es de extrañar que se aproveche el viaje al médico que se hace a Valladolid o Palencia para cargar el maletero de artículos de primera necesidad y decir aquello de que "el tenga seco que siegue". Si en vez de tanto lamento se emprendiesen políticas comerciales que diesen mayor competitividad a los establecimientos locales, desde bares, panaderías, pescaderías, mercerías, etc., otro pelo nos luciría, que con el camino que llevamos, más que pelo será calva la que nos brille, y a lo peor una monda calavera.

que razon tienes pellejero resentido, es verdad que la ley obliga a poner los precios, pero se lo pasan por donde les da la gana, claro que si pasara la autoridad que corresponda al caso ya veriamos, pero villalon es asi , que no se quejen.

Si no estoy equivocado, los Ayuntamientos son competentes en esta materia, aunque sean los veterinarios del área básica de salud los que hacen las inspecciones. Lo triste de todo esto es que aunque el veterinario levante acta de la infracción cometida, termina en un cajón del despacho del jefe del servicio de salud pública de Valladolid, por aquello que en mejor no meterse en líos cuando no está en juego la salud de los consumidores. Y en esta materia como en tantas otras, los alcaldes se ponen de perfil, para evitar enfrentamientos que pudieran lesionar su imagen pública. Como véis, de poco sirven las leyes, como apunta el compañero pellejero.