Peñafiel - Valladolid

–Tres años han transcurrido,
tres años que, en su correr,
me han visto con gente buena,
me han visto con gente fiel.
Tres años de duras guerras
luchando siempre con fe,
que la fe nos dio el aliento
de Tudela a Peñafiel.
Tres años que, con ser años,
han sido tres años, tres,
teniendo el amor tan lejos
sin saber quién es mi bien.
Y, porque llega el momento,
es momento de volver,
es momento de abrazarla
y de besarla también.
Que tres años son de vida,
los que en la guerra dejé,
donde perdí en el combate,
la gente que allí mandé.
Que no era poco el peligro
que hubimos de contener,
cuando el sarraceno vino
de Tudela a Peñafiel.
Y, porque fue la bravura
la que, al no retroceder,
no quiso ceder la tierra,
no los pudieron vencer.
Porque es orgullosa sangre
la que se suele perder
en el campo de batalla,
porque darla es gran merced.
Tres años han transcurrido,
tres años que, en su correr,
con la gente más valiente
me hallaron sobre un corcel.
Tres años de duras guerras
luchando, si era el deber,
contra las gentes infieles,
porque el moro es siempre infiel.
Tres años que, con ser años,
pudieron parecer cien,
porque, lejos los amores,
fue la guerra menester.
Y, porque llega el momento,
cuando el retorno he de hacer,
los ojuelos no recuerdo
de aquella que fue mi bien.
Que tres años son de vida,
los que en el campo pasé,
combatiendo al enemigo,
combatiendo al moro cruel.
Porque el peligro era grande
y el sacrificio también,
porque sube el agareno
en su rápido corcel.
Y, porque quiere la lanza
ver por la tierra correr
la sangre de reyes moros,
vio la cristiana también.
Que no es poco que murieran
por las torres defender
los hombres de más valía
que saben servir al rey.

José Ramón Muñiz Álvarez
"Romance de Peñafiel"
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

vaya coñazo