Nava del Rey - Valladolid

Atribuye al PP «mentiras», «rencor», «miseria», «resentimiento» y «fango», mientras su partido veta en el Parlamento andaluz la creación de una comisión que examine la subvención concedida a la empresa de su hija
El caso Matsa entró ayer en el Congreso. El vicepresidente tercero, Manuel Chaves, fue acosado por el PP, que reclama su dimisión por incumplir la ley de incompatibilidades andaluza y el Código de Buen Gobierno, al otorgar, cuando aún era presidente de la Junta de Andalucía, una subvención millonaria a una empresa de la que es apoderada su hija.
Chaves, amparado por los aplausos socialistas, se revolvió con descalificaciones a los tres diputados que le interrogaron, a quienes acusó de «mentir a sabiendas», actuar desde el «rencor» y el «resentimiento», «manipular los hechos» y «arrojar basura e insidias». Entre tanto, en el Parlamento andaluz, los socialistas avanzaban que vetarán la creación de una comisión de investigación sobre el caso.

Chaves llegó al Congreso sabiendo que no tendría una buena mañana. Tres diputados populares -Juan Manuel Moreno Bonilla, Rafael Merino López y Ricardo Tarno Blanco- le dirigirían sendas preguntas sobre el caso Matsa que no serían complacientes. No se equivocó.

Ya antes de que el trío abriese fuego, la portavoz del PP en la Cámara, Soraya Sáenz de Santamaría, le lanzó el primer dardo. Lo hizo durante su duelo dialéctico con la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega. «Mientras en España se cierran muchas empresas y 10 millones de familias pasan graves apuros, no es decente que el presidente del PSOE, el vicepresidente del Gobierno, el señor Chaves, abuse de su cargo para dar 10 millones de euros a la empresa de su hija».

De la Vega puso entonces la mano en el fuego por su compañero de banco: «La honestidad del señor Chaves está por encima de todo». La guerra acababa de empezar.

Moreno Bonilla entró a saco exigiendo a Chaves una comparecencia en la Cámara para dar explicaciones. El vicepresidente respondió desafiante reclamando «fecha» y pasó al ataque acusando a su interlocutor de interpretar «torticeramente la ley», «manipular los hechos», «arrojar basuras e insidias» y actuar «desde el rencor y la miseria».

Moreno Bonilla sacó entonces el listado de acusaciones según las cuales Chaves dio trato de favor a la empresa en la que trabaja su hija, cuando, en virtud de la ley, tenía la obligación de haberse inhibido. «Lo que ha hecho», aseguró, «es ética y estéticamente reprobable y le va a perseguir toda su vida política». De ahí a exigirle la dimisión no hubo más que un paso: «O renuncia a su cargo o Zapatero no tendrá más remedio que cesarlo».

Manuel Chaves lo negó todo. Según su versión, ni aprobó un «incentivo» a Matsa -«el Consejo de Gobierno se limitó a ratificarlo»-, ni su hija tuvo participación en el procedimiento, ni se dio a la citada empresa un trato de favor, ni él ha incumplido ninguna ley. «No hay nada que ocultar», dijo, «todo es transparente». Y como prueba, aseguró que había hecho «rectificar» una información sobre este caso a EL MUNDO. «Lo único que les interesa es meter a los demás en el fango en el que algunos de ustedes están metidos», recalcó.

El relevo lo tomó entonces Merino López, quien reprochó a los socialistas que con sus aplausos montaran «un festival taurino» como cuando jalearon al ex ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo que, recordó, «dimitió a los dos días».

Merino repasó todos los artículos que, a su entender, ha vulnerado Chaves y sacó a colación varios casos de corrupción de socialistas en Andalucía. «¿Usted va a darnos lecciones de honestidad?», le espetó al mismo tiempo que mostraba a la Cámara una página de este diario en la que Chaves aparecía fotografiado en la empresa Matsa.

En ese punto, el vicepresidente se escudó en sus victorias en las urnas asegurando que éste es el nudo gordiano del que nacen «las mentiras y montajes» del PP. «No van a poder políticamente conmigo», sentenció.

El final del enfrentamiento se libró con el diputado Tarno Blanco. Chaves arremetió de nuevo contra EL MUNDO al que no citó expresamente pero al que acusó de promover el caso en su contra.

«Sólo espero», finalizó, «que ya hayan satisfecho sus frustraciones personales y políticas y hayan pagado el peaje debido a un periódico de difusión nacional que les marca el son al que bailan».


Los momentos calientes del rifirrafe entre los 'populares' y el vicepresidente tercero

>Chaves. «Hacen una interpretación torticera de la ley, manipulando hechos, utilizando medias verdades y falsedades para crear una gran mentira y arrojar basuras e insidias».

>Moreno Bonilla. «Ha actuado con la desfachatez a que está acostumbrado en nuestra tierra y quizá por ello ha tenido que salir huyendo de Andalucía [...]. Con usted este Gobierno se está convirtiendo en una fotocopia de la última etapa del señor González: derrotas electorales, paro y corrupción».

>Merino López. «La última vez que ustedes montaron un festival taurino como el que acaban de hacer ahora, un ministro, a los dos días, tuvo que presentar la dimisión».

>Chaves. «El único conflicto que mantengo es contra las mentiras y los montajes que ustedes continuamente se inventan. ¿Cuál es el problema, la madre de todas las batallas? Que llevan 27 años en la oposición en Andalucía y eso tiene que producirles mucha impotencia y desesperación».

>Tarno Blanco. «Nuestra única obsesión es saber la verdad, la única. Por cierto, usted es presidente del PSOE, el domingo perdieron las elecciones. Usted también pierde elecciones, que no se le olvide, que no se le olvide».

>Chaves. «Sólo espero que tras el día de hoy ya hayan satisfecho sus frustraciones personales y políticas y también hayan pagado el peaje debido a un periódico de difusión nacional que les marca el son al que ustedes siempre están bailando»

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