Recordando un poco Hace tiempo que he estado tentado de colgar una poesía (si se puede considerar como tal) que escribí hace unos años, pero un poco por la extensión de la misma, otro poco poque tal vez las cosas propias no tienen por qué resultar interesantes a otros, otro poco por pereza... Bueno, ahí va. El que se expone a escribir se expone a ser criticado. me apetece este balsámico recuerdo y al mismo tiempo,puede ser una referencia costumbrista de una actividad que el paso del tiempo, como en otras muchas, le ha dado un giro considerable. EL PASTOR Habrán sido los cencerros, o los perros, o aquel gallo del corral el que te ha robado el sueño, siempre pequeño, recordándote que es hora, que es hora de trabajar. ¡No te equivoques, zagal! yo duermo con los cencerros, con el ladrido del perro y con el gallo del corral; duermo con aquella churra que no para de berrear, igual me duermo en la cama que en la cija o el corral. A veces recuerdo al alba que el día va a comenzar, y otras veces es el alba el que me viene a llamar; el que me dice al oído: -ven a pasear conmigo ahora que la gente duerme. -vamos a ver aquel trigo que nos segaron ayer, las ovejas ya te esperan , tienen ganas de comer, de carear la ladera. Con las alforjas al hombro, con la cayada y los perros, vas llevando a las ovejas hasta el alto del Cicuerdo. ¡Qué recuerdos! -Esto lo segaba yo, yo solito, con la hoz, aguantando en las costillas todo el peso de este sol. Echa una mirada lejos. Ni un alma alrededor. A la izquierda está Serranos, a la espalda Fuente el Sol. Tras Las Peñas, Lomoviejo. Honcalada está de frente, se divisa allá a lo lejos; ¡Pero dónde está la gente! Te sientas sobre un cantón y observas a las ovejas. -La Galana está parada... la pobre...ya va muy vieja. ¡A ver si tiene salero pá criarme una cordera! -No la voy a desechar... a su hora... que se muera. Desata el fardel y vienen rapidamente las perras, impacientes , muy nerviosas y sin dejar de dar querra; La Chiripa, la más nueva, no se puede parar quieta, Kiu, su madre,se calma, y espera su parte, atenta. Del almuerzo,la mitad, a las perras se lo ha dado que con él comparten mesa, mantel, comedor y plato; -Porque son trabajadoras, ¡Y vaya que si lo son! -Sólo les faltaba darme algo de conversación. A la sombra del pinar se refugian del calor y hacen un rato la siesta ovejas, perro y pastor. El Sol,en el herizonte, ya se empieza a despedir. Mitad sangre,mitad fuego, parece querer decir que le está dando una tregua, que la aproveche, que es corta, que mañana va a salir más bravo,a la misma hora. Caminando, despacito, te diriges a la ré, observando a las ovejas, igual que hacías ayer y como haces cada día: satisfecho, si han comido; triste, si la segadora se ha llevado todo el trigo. Nadie sabrá de tus penas, nadie sabrá tu dolor. Tu rostro nunca delata toda tu vida interior. ¡Quién sabrá si estoy enfermo, si no se lo digo yo! -Los problemos y tristezas hay que echarlos al zurron y ponerlos a la espalda, que es donde mejor se llevan, pues no te quitan de ver el resto de la vereda. Ya has encerrado al rebaño en la ré,junto al Machín. En El Pozanco,las ranas, les cantan para dormir mil nanas al mismo tiempo, y poco a poco, rumiando, en el polvo del barbecho, cansadas, se van echando. Cómplices de soledades van, a tu lado las perras a reposar la jornada; van hacia La Corredera. Donde reposa el morral, donde duerme la cayada, ya están en elguarda-carro; y encima de aquella manta, que siempre está en el escaño, se tumban a descansar porque mañana ya saben que tienen que madrugar. El ama las interrumpe con un zoquete de pan y sobras de la comida, que las suele reservar. El pastor lo tiene ya servido y puesto en la mesa. ¡Nadie sirvió como tu sin esperar recompensa! ¡Ni rosarios por la tarde, ni misas, ni comunión, ni novenas,ni plegarias, ni golpes de corazón! Todo eso no vale nada, ¡Eso se lo digo yo! Pero una vida al servicio de los demás,sin temor a que no le quede tiempo, ni tan siquiera un poquito, para gastarlo con ella... eso si que es infinito. El pastor y su señora, con cansancio y alegria, ya se van a des cansar. ¡Mañana será otro día!
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