Según avanzaban en la construcción del parque para los niños, a los abuelos les surgían nuevas ideas. Entonces; sabiendo lo importante del agua en el mundo del juego de los jovencitos, se les ocurrió añadir este pozo del que pueden sacar toda el agua que quieran -nunca se agota-
al tiempo que por la total seguridad que tiene no existe ningún riesgo para su integridad. Fue buena idea y los niños lo disfrutan.
Sobre la plataforma del pozo montan vigilancia la primavera y el otoño, y el verano sobre la fuente del estanque también observa los juegos de los infantes. El invierno se encuentra al fondo del parque.