Valencia - Valencia

Los expresidentes de gobierno, ciertamente no son como los jarrones chinos, porque influyen y mucho. Desde Pujol pasando por Felipe, Asnar o Ibarra, cada uno en su ámbito, todos están ahí, manipulando desde la comodidad de un segundo plano y sin el desgaste de salir en los periódicos de la facción contraria tildados poco menos de ser los autores materiales de la muerte de Abel.

Pero hay uno, que sin haber llegado a presidente de un “gobielno español”, lleva arrellanado en su escaño desde los tiempos en que la Piqué todavía era virgen que, por arte de birlibirloque, está provocando una fractura en su partido que, sin lugar a dudas, le pasará una respetable factura cuando haya elecciones. Porque si, porque aunque lo parezcamos, el personal no somos bobaliconcetes del todo y poquito a poco, vamos asimilando lo que vemos y oímos.

Ponerse del lado de UPyD, ese grupúsculo populista comandado por una resabiada del PSOE que ha encontrado un chollazo en la actual situación económica, legal y política que estamos atravesando las Españas todas, en un asunto tan espinoso como el que tiene planteado el registrador y su comparse encima de la mesa, es como para cagarse, mearse, revolcarse en la zurpia, ponerse al sol a secarse y luego no lavarse.
De un golpe, este partido ha perdido votos por la izquierda en algunas de las Españas, (las más España) y ha perdido y hecho perder a otras ramas de su misma formación e ideal una riada de ellos en las demás, pero sobre todo, en Catalunya, territorio que otrora fue el verdadero tiro de ese carro al que llamamos PSOE al que vemos atascado en un lodazal del que las buenas maneras de Rub al Kaaba y su guante de seda, es incapaz de sacar. Sobre todo, gracias a la labor de zapa que esos barones enquistados en sus escaños y rodeados de prebendas desde tiempos de Maricastaña en los t que, según algunos empezaba a amanecer y, efecto, amaneció, pasó el sol de Breda y se fue por el Oeste sin que, en su cómo regodeo, se percataran de que las generaciones nacen, crecen y deciden y, después, como todo, fenece.

Lo único que me faltaba por oír de estos memos acomodados, es esa mentecatez elevada al cubo, de que el partido de los socialistas catalanes ha dejado de ser socialista porque se está acercando a los independentistas y que, hay que refundar un partido como el que los tales comandan en otras parte del territorio. ¿Con quién al frente? ¿Tal vez con un henmano Juan? ¿ Quizá con una Rosa Díez? ¿Tal vez con Albert Rivera?

Puede ser que, convenga recordar a todos estos pasmaos aficionaillos a la historia contemporánea y algo menos moderna, que ése partido del que dicen que ha dejado de ser socialista, siempre fue un vivero de votos para el socialismo español desde sus posiciones catalanistas y federalistas, donde nadie es excluido. Donde todos los que quieren una España progresista, sin fanatismos religiosos o de otra índole, democrática, plural, razonable y razonada, y se respeten los derechos y las libertades y las instituciones y la lengua de sus pueblos, es la de todos, en la que todos caben. O debiéramos caber

Salud.