Valencia - Valencia

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Salustiano Borrascas

30 de enero de 1938
Tras la Matanza de Badajoz llevada a cabo con notable éxito por quienes obedeciendo las órdenes dadas por el general del ejército rebelde Juan Yagüe Blanco, (El Carnicero de Badajoz) que, a su vez las obedecía del sanedrín formado por sus cómplices en la rebelión contra el poder legal establecido, La Segunda República y, cuyo fin último no era otro que, sembrar el terror entre los habitantes de los territorios que iban quedando sometidos a los rebeldes y, evitar así, que los leales a la legalidad establecida democráticamente, pudiesen reorganizarse y acosar a las diferentes columnas que avanzaban hacia Madrid, como es el caso de esta, conocida como La Columna de la Muerte, que se desplazó desde Sevilla hasta la capital y que desvió parte de sus efectivos hasta Badajoz antes de proseguir el avance. Bien es verdad que, tras los primeros momentos en que eran los militares rebeldes los que en combate o en operaciones de limpieza mataban a discreción a todos los que se les antojaban fuesen o no combatientes, tal como es el caso de Badajoz, los crímenes posteriores a las tomas de las ciudades ya eran llevados a cabo por personal de la guardia civil y falangistas, estos últimos, la mayoría nacidos en los pueblos donde se realizaban las acciones criminales que, en la mayoría de los casos, consistían en ir a buscar a sus domicilios o a los escondites donde se hallaban a fulanito o citranito y que conocían, merced a los chivatazos habituales que la bajeza moral humana produce en estos casos y, eliminarlos allí mismo o en un descampado, cuneta o junto a las tapias del cementerio local o de el pueblo de al lado. Poco tiempo después y con el terror ya sembrado en los pueblos y ciudades, las escuadras falangistas de un pueblo iban a los de los alrededores, donde no eran conocidos y en ellos realizaban su macabra labor contra las mujeres, hombres y niños a los que ellos, ironías, llamaban rojos rebeldes.

El bombardeo que tal día como hoy del año 1938, sufrió la ciudad de Barcelona por parte de varias escuadrillas del ejército fascista italiano que, procedente de las Baleares entraban en el cielo de la ciudad por la parte de Montjuich y que, entre otras produjo, la muerte por metralla de 42 personas, la mayoría niños húerfanos que se había refugiado en los sótanos de la iglesia dedicada a Sant Felip Neri, entre otras muertes y daños en el resto de la ciudad, también tenían como objeto, aparte de causar bajas y daños en lo que ellos decía territorio de rojos, el sembrar el terror. Eso sí, violando todos los tratados internacionales porque, nunca antes, las tropas beligerantes habían había atacado a la población civil pero, en esta guerra incivil nuestra, ya se rompieron todas las barreras éticas y morales que habían regido hasta entonces los conflictos que se dilucidaban por la fuerzas de las armas pero que ya, con la incursión del gas mostaza y otros tóxicos, habían hecho su aparición en la anterior guerra internacional del 1914.

Acción similar a la de Guernika llevada a cabo por los alemanes junto a los italianos el año anterior, el 26 de abril de 1937 contra la población civil, donde se calculaba que hubo entre 120 y 300 muertos aunque, estudios mas recientes dan la cifra de 126 persona muertas.

Estas acciones inmorales y otras que anteriores y posteriores cometidas por fuerzas armadas y la abyecta conducta posterior del Régimen Nazi, con sus campos de exterminio de judíos, gitanos y demás seres indefensos sobre los que se creían superiores, terminaron con el horror sobrecogedor de Hiroshima y Nagasaki.

El caso es que: la idiotez humana no tiene límites y su malicia, tampoco. ““Por supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba usted, que continuara con 4.000 prisioneros o que los dejara libres para que Badajoz fuera roja otra vez?”


Mañana si esooo.... yaaaaaaaaa..... seguiremos con la corrupción de los actuales Podridos pues vamos a tener tiempo. Y cada día más.

Salud