Villamiel de Toledo - Toledo

Usar los problemas del agua como arma política es un error: se banaliza la gestión de un recurso que resulta imprescindible para la todos, y desmotiva al ciudadano que se involucra en la sostenibilidad del recurso. El agua es algo que debe estar por encima de cualquier objetivo político.
Nadie tiene culpa de que el agua contenga arsénico. El origen del arsénico está en el substrato.
El arsénico es un metal que aparece de manera natural y ubicua en el medio ambiente, en forma de diferentes compuestos inorgánicos y orgánicos, tanto en estado sólido como líquido. Aunque en algunas zonas geográficas la concentración puede ser más alta, su contenido medio en la corteza terrestre es de 5 gramos por tonelada, apareciendo normalmente combinado con más de 150 elementos diferentes (cobre, plomo, azufre, níquel, hierro, cobalto, zinc, etc.)
Cuando en el substrato rocoso de un acuífero están presentes minerales que contienen arsénico, mientras se encuentran sumergidos bajo el agua, no hay oxidación y el arsénico se mantiene en forma insoluble. Pero si el nivel del agua baja tanto que el substrato queda al descubierto, el arsénico se oxida por contacto con el oxígeno del aire, con lo que se vuelve soluble. El agua que pase por las zonas oxidadas al subir nuevamente el nivel freático (cuando se infiltra la lluvia, etc.), disolverá el arsénico y quedará contaminada.
Desgraciadamente, este tipo de contaminación es irreversible y eliminar el arsénico del agua es caro y complicado, aunque posible, y da lugar a un residuo peligroso.
La única solución es vigilar estrechamente la calidad del agua, ya que el arsénico es un residuo indetectable para el consumidor, al ser inodoro e insípido.
En cuanto a los efectos, el arsénico en forma de compuesto inorgánico, que es el que suele contaminar el agua, es capaz de causar cáncer de pulmón (por inhalación) y de piel (por ingestión). Se acumula en el organismo de quien bebe habitualmente agua contaminada y los efectos aparecen aproximadamente tras cinco años de exposición.
La legislación española fija un límite de 10 μg/l

La información sobre la calidad del agua se debería obtener sin dificultad en los servicios de aguas municipales, que dependen del ayuntamiento. Por lo general, aunque se trate de una población pequeña sin infraestructura para realizar directamente los análisis periódicos, recibirá de su comunidad autónoma los resultados de los análisis que se han realizado, y el ayuntamiento debería exponerlos en bando municipal para todos los vecinos. También se puede consultar la base de datos SINAC (Servicio de Información Nacional de la Calidad del Agua (https://inac.msc.es), que gestiona el Ministerio de Sanidad y Consumo, aunque la información que contiene no está adaptada para que sea comprendida por todos los usuarios ni está siempre actualizada y, además, faltan algunos datos prácticos como la dureza o el origen concreto del agua.

Es preciso mantener el agua en unos niveles aceptables de calidad. Y esto no hace referencia simplemente a los posibles problemas de sabores, olores, etc., sino sobre todo a la seguridad: es inadmisible que haya poblaciones que suministran a sus habitantes agua con arsénico, trihalometanos, nitratos, etc. como viene sucediendo. Se deben establecer medidas preventivas para evitar cuanto antes estas situaciones de riesgo, e independientemente de cualquier postura política, elegir de entre todas las opciones posibles, la más rápida y segura en el tiempo por el bien y la salud de todos.
Nadie tiene culpa de que el agua contenga arsénico, pero sí de que aún no esté resuelto el problema.

A mi lo realmente me gustaria saber es que piensan los compañeros de gobierno de nuestra vecina-concejala.Yo creo que algo deberan decir al respecto.........no?


Espero vuestras aclaraciones!!!!!!!!!!!!!