Olías del Rey - Toledo

fuente:redacciontoledo@diariolatribuna.com

El Ayuntamiento de Toledo ha lanzado un ultimátum a los de Bargas y Olías para que antes de que acabe el año acepten poner dinero para cubrir los 3 millones de euros que cuesta el arreglo del colector del arroyo del Aserradero con el fin de que deje de verter agua residual sin depurar al Tajo. En caso contrario, según anunció ayer el concejal de Urbanismo, la obra será realizada con otros medios, sin especificar si serán propios de la capital o se buscará a otro que pague la factura, pero lo que es seguro es que a los dos pueblos vecinos se les cerrará esta la vía de evacuación de sus aguas fecales y pluviales.
Javier Nicolás afirma que se ha pasado a los dos municipios y a la Diputación el borrador de convenio de colaboración pero que a él nadie la ha dicho «absolutamente nada», salvo «que lo estaban mirando», y como la paciencia se les agota dan de plazo el mes de diciembre para obtener una respuesta positiva. «Si no se nos dice nada, haremos las obras que sean necesarias para garantizar el correcto saneamiento de la zona que afecta a Toledo, que es La Abadía, el centro comercial, y cada uno tendrá que resolver los problemas como los tenga que resolver», reflexiona.El concejal es partidario de «una solución global porque es lo que manda el sentido común» pero no está por la labor de esperar más ni de compartir gratis los beneficios de obra.
Según sus datos si Bargas y Olías se quedan sin conducción para depurar en Toledo tendrán que instalar un bombeo de sus residuos hacia la depuradora que tienen en sus términos municipales. La diferencia, para Toledo, parece estar en el tamaño del colector necesario ya que La Abadía tan sólo genera 80 metros cúbicos al día y para ese volumen no hace falta una gran tubería.

Tajo. Sin embargo la convocatoria de Nicolás, reconvertido a concejal de medio ambiente por un día, fue para hablar de la situación general del Tajo, repasar el origen de los males y repetir la necesidad de garantizar unos caudales mínimos como punto de partida a la recuperación de lo que hoy considera que es «un río muerto» al menos en su tramo medio.
Según el concejal el problema es que Madrid y Guadalajara «se beben» el 85% de lo que sale de la cabecera, el regadío se hace con sistemas ineficientes, la recarga de lo que pasa por Toledo capital, poco y sin depurar convenientemente, viene del Jarama y la calidad de agua no se recupera hasta que el río no sale de la provincia.
Así las cosas aboga por «un pacto» entre políticos, administraciones, plataformas cívicas etc., que tome como base el borrador del plan de cuenca elaborado por la Confederación donde al trasvase se garanticen 100 hectómetros cúbicos «para abastecimiento» humano y sólo se pueda superar ese envío si hay reservas en la cabecera y el caudal por Toledo y Talavera cumple unos

¿Pagaron al final los Ayuntamientos?

están esperando el sobre de Bárcenas.... JAJAJA

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