Escalona - Toledo

Cuenta la Historia del Castillo de Escalona, que cuando el Infante Don Juan Manuel, mando construir el Palacio tuvo en cuenta construir una serie de pozos los cuales servirían como escarmiento para los condenados, estos pozos eran inaccesibles para salir de ellos, a no ser que otra persona entrara y por medio de cuerdas y poleas, sacaran al que estaba en su interior. Este tipo de ejecución era conocido como empozamiento.

En ellos se arrojaban sobre todo a los condenados a muerte, sin ningún tipo de alimento ni agua, su única alimentación era que tanto la servidumbre como la tropa que residía en el Castillo, hacían sus necesidades en dichos pozos, así que el condenado ya nos podemos hacer una idea de que se alimentaba, pero cuando ya se hartaban de ver siempre la misma cara, lo sacaban del pozo y lo llevaban a una zona del mirador del rio, lo subían a los mas alto y desde allí lo despeñaban.

Si alguno por una casualidad se movía o intenta huir porque el golpe no le había resultado mortal, los soldados desde la almena que mira al rio, con sus ballestas hacían prácticas de tiro hasta asegurarse que el condenado había fallecido. En uno de estos pozos fueron arrojados Alvar y Fernán Núñez, una vez que el condestable Don Álvaro de Luna y los soldados les dieran muerte. Mando sellar dicho pozo para que sus cadáveres se pudrieran allí y el hedor de los cuerpos no se expandiera por el palacio.

En cambio a otros condenados por violaciones, los arrojaban a dichos pozos y los alimentaban con pan y agua, con el fin de mantenerlos durante mucho tiempo con vida, después los sacaban y los encerraban en jaulas, estas jaulas las colocaban en el exterior del Castillo, con el fin que las aves de rapiña dieran cuenta de ellos, los habitantes de la Villa así como los del Palacio se divertían viendo como las aves desmenuzaban esos cuerpos, llevando incluso a los niños para que se recrearan en el espectáculo.

Otros tipos de pozo, tenían en la parte central un tronco afilado en su punta, ataban al condenado de tal forma que con su cuerpo desnudo formara una aspa, lo bajaban con cuerdas y poleas y centraban el cuerpo, de tal forma que dicho tronco penetrara por sus partes y lo dejaban caer, provocando así que el tronco saliera por su boca, de esta forma lo empalaban vivo.

En otros en cambio arrojaban al condenado al pozo en vacio, con una piedra atada en el cuello, para después ir llenando poco a poco el pozo con agua, de esta forma el condenado sufría una muerte muy lenta y dolorosa.

Muchos de las victimas que sucumbieron a estos pozos, eran inocentes pero se les condenaba por envidias de vecinos y nobles contra estas personas, la contabilidad de estas víctimas se cuentan en diferentes interpretaciones, ya que se contaban los homicidios políticos, raciales o religiosos. Estas muertes se basaban en maltratos, inanición, enfermedades, torturas o ejecución, así que estas víctimas nunca fueron consideradas como tal ya que los condenados debían ser dados por desertores y no por muertos.

Después estos pozos fueron usados muy habitualmente por la Santa Inquisición, para arrojar vivos y a su suerte a tantos y tantos sabios, hombres de letras, religiosos… y un largo etc. que no comulgaban con sus políticas y sus ideas. La Inquisición uso un método aun más cruel, pues ponía varios recipientes con aceite hasta llevarlo a ebullición, para después arrojarlos sobre sus víctimas, les hacían creer que si estaban en gracia de Dios él les salvaría y el aceite no los abrasaría.

Gracias por leerme
luismgon

muy interesante no conocía esto