La Residencia de Pablo, versión Partido Popular Como cambian las cosas, como cambian las personas. Leí en algún sitio que para Juzgar estaba Dios y para verdad el tiempo, y el tiempo ha puesto a cada uno en su sitio. Cuando gobernaba el partido socialista y Pablo estaba en la oposición, y en el Consejo de Administración de la Residencia, (Cuando mandaba el Partido Popular, hasta el año 1999, En el Consejo de Administración de la Residencia no estaban presentes ni formaban parte de ella los concejales socialistas) , no se cansaba de decir, de soliviantar a los residentes, a las familias de estos, a los vecinos y al pueblo en general de que en la residencia se pagaba mucho para lo poco que se comía y para los servicios que se prestaban, (que eran muchísimo mejores, con mucho, que cuando mandaba el partido popular en la Residencia y en el pueblo), pero para él no. Pablo siempre criticó, sin dar razones convincentes, todo el proceso organizativo, económico, y social que se llevaba en la Residencia, a pesar de que gracias a la labor de su Gerente Alberto, nunca estuvo mejor. Decían los concejales del Partido Socialista Obrero Español en el Consejo de Administración que en cada Reunión Alberto siempre pedía y sacaba algo más. A pesar de lo que diga la gente (si la envidia fuera…) Alberto se ha preocupado por la Residencia (Residentes, Instalaciones, Servicio, y personal) más que si la empresa fuera suya. Ahora ha cambiado radicalmente la situación. Ahora gobierna el partido popular y en consecuencia manda en el Consejo de Administración de la Residencia. Y según se deduce por lo tratado en el pleno de ayer hace de su capa un sayo. Actúa unilateralmente y no atiende a razones. Ve enemigos por todos lados, y desconfía de todos aquellos que no son afines en ideas y otras cosas. Incluso, Alberto, el gerente, da la sensación de que no es de fiar para el Partido Popular o más concretamente para Pablo, ya que hace caso omiso de sus informes. Donde dije digo, ahora, claramente, es diego. Se confirma lo que todo el pueblo sabía, que en las elecciones municipales del año 2007, Pablo prometió a los residentes y a algunos de sus familiares que les iban a bajar lo que pagaban por estar en la Residencia, claro está, siempre que ganaran las elecciones. También prometieron a algunas empleadas, prebendas, que por cierto una vez ganadas las elecciones no cumplieron, ni con los residentes ni con las empleadas. Ahora, aprueban una Ordenanza en contra de un gran número de familiares de residentes, y de los concejales del Partido Socialista Obrero Español, subiendo las tasas de forma discrimada y sin atender a ningún tipo de lógica matemática. Se equivocan, y pueden hacerlo, errar es de humanos, pero hacerlo desde la soberbia no tiene perdón de Dios. Y el problema no es baladí, el problema es que nos jugamos la viabilidad de nuestra Residencia.
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